INVESTIGADORES
VOMMARO Pablo Ariel
artículos
Título:
“Acerca de una experiencia de organización social: las tomas de tierras y los asentamientos de 1981 en Solano”
Autor/es:
PABLO A. VOMMARO
Revista:
Revista de Historia Bonaerense
Editorial:
Instituto Historico de Moron
Referencias:
Lugar: Buenos Aires; Año: 2006 p. 53 - 61
ISSN:
0329-871X
Resumen:
La toma de tierras que se desarrolló en los partidos de Quilmes y Alte. Brown (sur del Gran Buenos Aires) entre los meses de agosto y noviembre de 1981 dio lugar a la organización de seis asentamientos: La Paz, Santa Rosa, Santa Lucía, El Tala, San Martín y Monte de los Curas (actual Barrio 2 de abril). De este proceso, que significó la ocupación de unas 211 hectáreas, participaron alrededor de 4.600 familias, es decir unas 20.000 personas aproximadamente. El trabajo que aquí presentamos es un primer avance de una investigación colectiva aún en curso[i]. Esto implica una doble limitación. Por un lado, es una parte de un proyecto colectivo más general y abarcativo; por el otro, es una comunicación parcial de resultados provisorios de una investigación de más largo aliento que continuamos desarrollando en los ámbitos institucionales en los que participamos. El objetivo de este artículo será hacer un recorrido crítico por algunos de los principales núcleos problemáticos en el estudio del caso que nos ocupa, intentando aportar a la comprensión de una cuestión más general: las nuevas configuraciones productivas, políticas y subjetivas de las organizaciones sociales en la Argentina contemporánea. De esta manera, discutiremos algunas de las hipótesis de los trabajos escritos sobre las tomas y asentamientos del 81[ii], centrándonos en especial en los siguientes aspectos: formas de organización de las tomas y asentamientos, papel de la Iglesia (particularmente las Comunidades Eclesiales de Base, CEBs que también aparecen con el nombre de Comunidades Cristianas Barriales, CCB) y lugar de la dictadura en este proceso. En cuanto a las formas organizativas, revisaremos la hipótesis más difundida acerca de la matriz sindical y la conexión directa con la militancia fabril de los setenta (presente sobre todo en Izaguirre y Aristizábal, 1988). En este sentido, profundizaremos algunos planteos que aparecen en el trabajo de Guzmán (1997) y pondremos de relieve algunos elementos como: la importancia de lo territorial, el protagonismo de jóvenes y mujeres, el papel de las CEBs y la construcción comunitaria en general, las formas de participación y los procesos de deliberación y acción colectiva, y la relación con algunas experiencias militantes de los primeros setenta que podemos denominar de carácter territorial. A partir de éstos y otros elementos se construye una red de organización con base territorial, capilar, que tiene la capacidad de ser a la vez difusa y concentrada, variando según la coyuntura, la situación y la disposición de sus componentes. Acerca del papel de la Iglesia en la organización de las tomas y asentamientos, analizaremos el rol de las CEBs tanto en la organización de las tomas como en la construcción de los asentamientos y la formación de militantes territoriales y comunitarios. Realizaremos, además, algunas distinciones dentro de la propia Iglesia, entre la que podemos llamar oficial y los sectores progresistas en relación a sus posiciones y prácticas durante la dictadura. Asimismo, entre una concepción más institucionalista y otra que podemos denominar más de base dentro del propio sector progresista (de esta manera podemos analizar el conflicto entre los sacerdotes Angel Caputo y Raúl Berardo al poco tiempo de producida la última toma[iii]). Dentro de esta problemática también consideraremos, sin duda, el proceso de conformación del Movimiento de Sacerdotes para el Tercer Mundo (MSTM) y la Teología de la Liberación, luego del Concilio Vaticano II[iv]. Sobre el lugar de la dictadura en las tomas y asentamientos, nos alejaremos de las visiones que niegan la pervivencia de la organización social y la actividad de resistencia en el período 1976-83, y de aquellas que analizan estos procesos como reacción inmediata y directa contra el gobierno militar y sus medidas sociales y económicas. Consideramos, entonces, que la dictadura militar (tanto en su dimensión represiva y de cierre de los canales de participación política institucional, como en lo referido a su política económica, habitacional y la erradicación de villas) fue uno entre otros elementos que conformaron una suerte de contexto de oportunidad que hicieron posible que las tomas y asentamientos se produzcan pero que no constituyen su causa directa y no explican su origen. Además, analizaremos algunos conflictos internos del gobierno militar y la situación de crisis en la que éste se encontraba en la segunda mitad de 1981 como factores que contribuyeron a crear condiciones propicias para que se produzcan las tomas en ese momento. Por último, aclaramos que este artículo se basará en los resultados preliminares de un trabajo de investigación empírica desarrollado durante algo más de un año durante el cual utilizamos distintas metodologías. Entre las principales se encuentran: Historia Oral (realización de entrevistas a distintos protagonistas de las tomas y organizadores de los asentamientos, tanto miembros de la CEBs como tomadores en general), relevamiento de artículos periodísticos de la época (agosto de 1981-abril de 1982) tanto de diarios locales como nacionales, lectura crítica de bibliografía sobre el tema, análisis de documentos de las Comunidades Eclesiales de Base (CEBs), uno de los principales organizadores de esta experiencia, del obispado de Quilmes y de comisiones de asentamientos posteriores, entre otras. [i] Nos referimos especialmente al grupo de investigación que el autor coordina desde 2005 en el Centro Cultural de la Cooperación (Departamentos de Cs. Sociales y de Política y Sociedad) y al proyecto sobre organizaciones sociales que se desarrolla dentro del Programa de Historia Oral de la UBA, con sede en la Facultad de Filosofía y Letras. Ambos fueron y son espacios fructíferos para desplegar discusiones que enriquecen y en parte constituyen lo escrito en estas páginas. Desde ya, cualquier error, inexactitud o falencia debe atribuirse exclusivamente al autor. [ii] Entre los principales textos consultados podemos citar a: Izaguirre y Aristizábal (1988); Fara (1985); Cravino (1998); Cuenya et al. (1984), Zibechi (2003), Guzmán (1997, mimeo), entre otros. Sobre otras tomas y asentamientos, ver por ejemplo: Merklen (1991 y 1997), Santillán y Woods (2005). Para un enfoque más general de la cuestión: Oszlak (1991), Yujnovsky (1984), Bellardi y De Paula (1986), Blaustein (2001), entre otros. [iii] El sacerdote Angel Caputo estuvo a cargo de la parroquia San Juan Bautista durante las tomas y Raúl Berardo fue uno de los impulsores de este proceso y estaba al frente de la parroquia Nuestra Señora de Itatí, un desdoblamiento de San Juan Bautista. El primero mantuvo una postura que privilegiaba la jerarquía eclesiástica y la institucionalidad por sobre el la dinámica propia del proceso, mientras que Berardo siempre intentó mantenerse fiel a la organización que contribuyó a crear aún a costa de enfrentarse, por ejemplo, con el Obispo Novak. [iv] El Concilio Vaticano II fue convocado por el Papa Juan XXIII en 1962 y clausurado por el Papa Paulo VI en 1965.