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El 84% de los científicos considera “muy productiva” la cooperación internacional en Ciencias Sociales

Según una encuesta, Brasil lidera los intercambios con Argentina. También se muestra el déficit de cooperación con otros países en Sociales con respecto a otras grandes áreas.


Durante los dos meses que duró su estadía post-doctoral en Berlín en las instalaciones del Ibero-Amerikanisches Institut, producto de la cooperación internacional fomentada desde el Consejo Nacional de Investigaciones  Científicas y Técnicas (CONICET), la doctora en Antropología Lorena Córdoba rastreó bibliografía y buscó documentos y testimonios fotográficos sobre el auge cauchero en Bolivia durante los siglos XIX y XX –las relaciones establecidas entre los actores indígenas, viajeros extranjeros y exploradores (nacionales y extranjeros) de la Amazonía boliviana-. El trabajo dio como resultado la publicación en 2015 de los libros Dos suizos en la selva. Historias del auge cauchero en el Oriente boliviano y Capitalismo en las selvas. Enclaves industriales en el Chaco y la Amazonía indígenas. Además, la científica visitó el Museo de Etnología de Berlín y logró entablar una red de relaciones académico-científicas con diversos investigadores alemanes, que de otra forma no hubiese podido establecer.

El de la doctora Córdoba es un ejemplo de cooperación internacional en Ciencias Sociales y Humanidades, un área que no se destaca especialmente por este tipo de intercambios si se la compara con otras grandes áreas de conocimiento, aunque a partir de una encuesta anónima que comprende los últimos cinco años de actividad, realizada por la Gerencia de Desarrollo Científico y Tecnológico a mil científicos de estas disciplinas –el 50% del total-, se reflejó que es muy beneficiosa: el 84% de los investigadores encuestados calificó a la cooperación internacional en Ciencias Sociales como “muy productiva”.

¿Qué es la cooperación internacional? Es el contacto de la ciencia local con la comunidad científica mundial, y contribuye al intercambio, la formación y el desarrollo con institutos internacionales. El CONICET la fomenta en sus cuatro áreas de investigación a partir de diversos instrumentos, como son las visitas científicas –estadías en institutos asociados-, los programas de cooperación bilateral o los grupos de investigación internacional. En este sentido, en los últimos años, la gran área de Ciencias Exactas y Naturales fue la que más cooperación internacional  practicó: un 32,9% del total. En la gran área de Ciencias Biológicas y de la Salud, la cooperación internacional representó el 31,9%, en Ciencias Agrarias, de la Ingeniería y de Materiales, un 23,5%. Pero en la gran área de Ciencias Sociales y Humanidades, la cifra desciende considerablemente: alcanza apenas un 10,6%. Le sigue Tecnología, que alcanza apenas el 1% de la cooperación internacional.

“Es la primera vez que el CONICET realiza una encuesta que recoge información relacionada a los intercambios de investigadores de las Ciencias Sociales en Argentina con otros países, para saber cuáles son los principales atributos o características de esas vinculaciones”, indica la doctora Dora Barrancos, integrante del directorio del Consejo por el área de Ciencias Sociales y Humanidades. “Teníamos cierta evidencia empírica en torno al problema de una cierta refracción de las disciplinas sociales respecto de la sostenibilidad y ampliación de la cooperación internacional: resultaba evidente la mengua de esa cooperación con respecto a los otros conjuntos de disciplinas científicas del CONICET –agrega Barrancos-. Era necesario poner en evidencia los aspectos centrales de los intercambios en el área internacional de las Ciencias Sociales, y creo que esta primera encuesta exploratoria permite una perspectiva para transformar esos vínculos”.

Entre las cifras salientes de la encuesta, además, se destaca que el 80% de esos investigadores en Ciencias Sociales publicaron, a partir de la cooperación internacional, en revistas internacionales. También, que un 64% de los investigadores declaró haber realizado capítulos de libros como producto de dicha Cooperación. Aunque apenas un 23% de los investigadores indicó haber dirigido una tesis a partir de la cooperación internacional, de lo que se infiere que “la dirección de tesis generada a partir de actividades de cooperación internacional es baja, ya que esta relación es usualmente local, y la cooperación internacional a veces no es lo suficientemente extensa o completa para vincular a un tesista con un director de tesis extranjero”. En las conclusiones de la encuesta, esto se explica porque “si bien esto es generado por el perfil de la oferta académica de posgrados a nivel local que se expandió fundamentalmente en los últimos años, es una situación a remarcar que se deben desarrollar diferentes acuerdos con los locus donde se realizan tesis en el extranjero generando una mayor articulación no solo desde el CONICET, sino también desde las universidades nacionales para lograr una mayor presencia de tesis dirigidas como producto de la cooperación internacional. Esto podría resultar en una mayor proyección de los investigadores en Ciencias Sociales a publicar en revistas internacionales y otorgar una sinergia en los vínculos con instituciones científico-académicas”.

En cuanto a los países que más fuertemente apuestan a la cooperación con CONICET, se destaca Brasil, que representa el 17% de los casos. La posición continúa por España, con el 15%, Estados Unidos y México con 9% cada uno, luego por Francia y Chile con 8% y finalmente Alemania, Colombia, Reino Unido, Italia, Uruguay y Perú con una menor participación.

 

Más ejemplos

Más ejemplos de cooperación internacional en el gran área de Ciencias Sociales son: el de Pablo Buchbinder, doctor en Historia e investigador del CONICET en el Instituto Ravignani, que también visitó el instituto alemán entre el 2 de noviembre y el 29 de enero de 2016 y a lo largo de la visita científica trabajó intensamente en su proyecto centrado en el estudio de las relaciones académicas entre Argentina -particularmente entre la Universidad de Buenos Aires (UBA)- y diversos centros académicos de Alemania. Además de trabajar en la biblioteca y los archivos, la estadía le permitió profundizar el  intercambio con colegas alemanes que trabajan temas similares.

También el caso de Marisa Miranda, doctora en Ciencias Jurídicas de la Universidad Nacional de La Plata (UNLP), que cumplió una estancia en la Institución Milá i Fontanals (IMF) en España. Ella realizó una exhaustiva recolección y estudio de los fondos bibliográficos vinculados al proyecto de CONICET que dirige: “Eugenesia y biopoder: hacia una microfísica de las redes latinas y sus discursos en torno a la sexualidad durante el siglo XX”.

Pablo Di Leo, asimismo, es doctor en Ciencias Sociales del Instituto de Investigaciones Gino Germani y estudia el derecho y las políticas públicas en torno al cuidado de personas en condiciones de discapacidad, violencias y consumos problemáticos de drogas en barrios vulneravilizados de Rio de Janeiro y Buenos Aires. El doctor Fortunato Mallimaci, por su parte, las memorias, las utopías, las promesas y los movimientos sociales de víctima, a través de un estudio comparado entre España y Argentina. Y Pablo Kreimer, investigador de CONICET, estudia a partir de la cooperación internacional los nuevos actores, nuevas formas de producción de conocimientos y nuevos desafíos de la investigación científica contemporánea, con un estudio que compara Argentina con Bélgica.

Cabe destacar que el cuestionario de la encuesta sobre cooperación internacional en Ciencias Sociales fue de cuatro preguntas acerca del tipo de producción o actividad científica en los últimos cinco años, las instituciones con las que colaboró el investigador, el país donde estaba localizada la institución y una evaluación de dichas actividades de acuerdo a cuan productiva haya resultado la actividad/producción realizada.

 

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