ITEDA-Instituto de Ciencias Antropológicas (UBA)

Científicos analizan la profecía apocalíptica Maya

Investigadores del CONICET reinterpretan desde la astronomía y la antropología qué sucederá el próximo 21 de diciembre


Las teorías que advierten que la inminente llegada del fin del mundo está anunciada en el calendario maya han cobrado fuerza en los últimos tiempos.

La caída de un meteorito gigante, un rayo solar destructor, incendios, maremotos y terremotos de enorme magnitud son algunas de las posibilidades barajadas por quienes esperan un desenlace fatal a fines de 2012.

Beatriz García, astrónoma e investigadora independiente en la subsede del Instituto de Tecnología en Detección y Astropartículas de Mendoza (ITEDAM-CONICET), describe a los Mayas como una cultura dotada de conocimientos astronómicos.

“No anunciaban profecías, sino que a través de la observación y del cálculo, predecían sucesos naturales periódicos tales como eclipses o las fases de la Luna o Venus”, explica.

Los Mayas utilizaban más de un calendario: uno de cuenta corta y otro de cuenta larga. El primero, de 365 días, era utilizado para la vida cotidiana y se basaba en las posiciones aparentes del Sol a lo largo de un período completo de traslación de la Tierra en su órbita.

El calendario de cuenta larga era de 144 mil días: “Servía para destacar fechas importantes que necesitaban un registro permanente y les permitía hacer cálculos y establecer hitos hacia el futuro y hacia el pasado”, asegura García.

Para la denominación maya un día era un kin, 360 días eran un tun y 144 mil días eran un baktun. El próximo 21 de diciembre culmina el baktun 13.

García sostiene que el estudio pionero de la astrónoma Maud Makemson sobre la Cuenta Larga en 1947, fue posteriormente reinterpretado “de la peor manera y transmitidas a la gente sin ningún tipo de filtro”.

Makemson afirmó que la finalización del periodo de 13 baktunes podría ser una fecha importante en su calendario y esto le permitió a la profecía maya del fin del mundo cobrar fuerza y expandirse desde entonces.

En 1966 el antropólogo Michael Coe asoció el fin del baktun con la llegada del Armagedón. “Según Coe, parte de su análisis está basado en el paper de Makemson, pero en ese artículo de 1947 no se infiere el fin del mundo para el cierre del ciclo 13 baktun”, explica García.

La investigadora advierte que varios textos al hablar de las profecías son presentados como de carácter científico. “Esto no sería un problema si se los catalogara como ficción pero la ciencia se basa en la verificación de sus predicciones”, dice.

Alejandro López, astrónomo, antropólogo e investigador asistente del CONICET en el Instituto de Ciencias Antropológicas de la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Buenos Aires (UBA), asegura que la aceptación social de la profecía está vinculada desde el punto de vista de la astronomía cultural al proceso de globalización.

“Hay una posibilidad de acceder a contenidos culturales de diferentes contextos y de distintos lugares para intentar construir con eso, nuevos horizontes de sentido”, afirma.

De acuerdo con el investigador, la búsqueda de una raíz americana por parte de movimientos vinculados a la espiritualidad funciona además como crítica al paradigma del desarrollo moderno occidental.

En este contexto, a partir del año 2000 se generó una gran expectativa milenarista, especialmente entre algunos grupos vinculados al movimiento de la “new age”. “Que en este caso se haya recurrido a los mayas como fuente de legitimación, se vincula con el valor simbólico que hoy se le asigna a lo aborigen como fuente de una sabiduría alternativa”, concluye.

  • Por Alejandro Cannizzaro
  • Sobre investigación:
  • Beatriz García. Investigadora independiente. ITEDAM.
  • Alejandro López. Investigador asistente. CONICET. FFyL, UBA.