DIVULGACIÓN CIENTÍFICA

Un país que avanza en materia agropecuaria

Ayer la Presidenta de la Nación hizo pública la autorización para la comercialización de dos desarrollos de investigadores del Consejo vinculados con la producción de soja y papa.


Cristina Fernández de Kirchner anunció en un evento realizado en Tecnópolis la aprobación final por parte del Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria (SENASA), dependiente del Ministerio de Agricultura, Ganadería y Pesca de la Nación, de dos eventos biotecnológicos desarrollados por investigadores del CONICET en colaboración con empresas nacionales, para su comercialización en el mercado. Se trata de la soja tolerante a la sequía y con productividad aumentada y la papa resistente a un tipo especial de virus, aprobadas el pasado mes de abril por la Comisión Nacional Asesora de Biotecnología Agropecuaria (CONABIA), también dependiente de la cartera de Agricultura.

Los científicos relacionados a estos hitos de la ingeniería genética son Raquel Chan, investigadora superior del CONICET Instituto de Agrobiotecnología del Litoral (IAL, CONICET-UNL) y directora del equipo que desarrolló la soja tolerante a sequía, y Fernando Bravo Almonacid y Alejandro Mentaberry investigadores independiente y principal respectivamente del Consejo en el Instituto de Investigaciones en Ingeniería Genética y Biología Molecular (INGEBI-CONICET), que junto a la empresa Tecnoplant-SIDUS desarrollaron las plantas resistentes al Virus de la Papa (PVY, por su sigla en inglés).

“Con el equipo de trabajo se logró a partir de un gen de girasol –puesto en plantas de soja, maíz y trigo- no sólo generar plantas tolerantes a la sequía y salinidad, sino que estén preparadas para alcanzar buena productividad en condiciones normales.
Esto permitirá producir más alimentos y aumentar el PBI, ante una una población mundial que crece cada vez más”, dice Chan.

 

Por su parte, Bravo Almonacid detalla que el virus que ataca este cultivo provoca deformación y decoloración de las hojas y esto afecta la fotosíntesis, lo que provoca que el tubérculo crezca menos y se reduzca su productividad. Este virus, que se transmite por insectos de la familia de los áfidos (también conocidos como pulgones), resulta difícil de erradicar ya que puede persistir en las siguientes generaciones de tubérculos. Además, agrega que “si la planta es coinfectada por otro virus el problema se puede traducir en una pérdida significante, lo que hace de esta investigación un hecho relevante en materia agropecuaria”.

El evento, celebrado en el marco del 87° aniversario del “Día del Camino”, contó con la presencia del ministro de Agricultura, Carlos Casamiquela, el ministro de Ciencia, Tecnología e Innovación Productiva, Lino Barañao y el Presidente del CONICET, Roberto Salvarezza, y autoridades nacionales, provinciales y municipales, que participaron tanto en el acto principal como en tres videoconferencias llevadas a cabo en las provincias de Santa Cruz, La Rioja y Buenos Aires.