CONICET | Buscador de Institutos y Recursos Humanos

Las tecnologías electroquímicas ocupan un lugar de privilegio en la economía moderna, proporcionando materiales, procesos y dispositivos esenciales para el progreso y el bienestar de la sociedad. Los campos de aplicación de los recubrimientos electrolíticos son muy diversos. Sin duda los más conocidos son aquellos cuya finalidad es la protección anticorrosión o los practicados con fines decorativos. El experimento que se propuso con el objetivo de ilustrar esta parte de la química fue un sencillo proceso de electrodeposición de cobre. Mediante la construcción de una celda electrolítica, con una fuente externa de alimentación eléctrica, se observara la electrodeposición de una capa de cobre sobre un objeto metálico (como por ejemplo un clip) que actúa como cátodo de la celda. El electrolito es la disolución de sulfato de cobre (II) que aporta iones Cu2+.Con los cables y las pilas se crea una diferencia de potencial (voltaje) en la disolución y los iones cargados positivamente (cobre) se dirigen al polo negativo de la pila y los negativos al positivo. En el caso de los iones cobres, una vez que llegan al polo negativo se produce la reacción del cobre cargado positivamente más un electrón proveniente del electrodo negativo para dar cobre metálico sin carga que es un sólido y precipita sobre el objeto que se cobrea. Mientras tanto en el otro lado el cobre de la lámina sufre el proceso contrario, el cobre que está originalmente sólido en la lámina, pierde electrones y pasa a cobre ionico que queda a la disolución, manteniéndose así el equilibrio de cargas. En resumen, con la corriente eléctrica generada se arrancan los átomos de cobre de la lamina, se oxidan y por medio de la disolución van hasta el objeto a cobrear y luego en éste se reducen de nuevo cubriendo su superficie.

enviar mensaje