Circa 1991. no-intervenciones con la literatura y otras formas del arte.

MÓNICA SZURMUK

Buenos Aires

Jornada; Los viajes de la teoría; 2016

Facultad de Filosofía y Letras, Universidad de Buenos Aires

La intricada relación entre Estados Unidos y Francia que Anne-Emmanuelle Berger describe tan perspicazmente El gran teatro del género es una de la que nosotrxs somos espectadores y espectadoras. Las lecturas y traducciones que describe Berger son un juego que se realiza a través del Atlántico norte y nosotrxs no participamos. Pero a diferencia de otros juegos, en éste quisiéramos participar, me parece. No todxs, por supuesto. La afirmación de la Cristeva Cabello ?Ya no leo a Butler, leo a valeria flores,? ubica el deseo de tener narrativas propias fuera del eje del Atlántico norte. Por supuesto desde la negación (yo no leo a Butler) hasta el pseudónimo de Cabello (Cristeva) son homenajes esquivos al diálogo noratlántico. No hay un momento fundacional del debate sobre lo queer fuera del marco noratlántico. Nosotrxs podemos hacerle contribuciones y creo que hoy más que nunca y por el peso de las legislaciones de los años recientes podemos imaginarnos el debate en otros términos, podemos ser artífices de un debate propio, que quizá eventualmente pueda horadar en algo las sólidas estructuras simbólicas del debate anglofrancés. No quiero decir que no tenemos contribuciones propias y creo que hay una generación nueva de críticxs que están abriendo nuevas maneras de pensar las sexualidades pero creo es que estas contribuciones no parecen aun tener ningún eco en los debates del norte. Lo que siguen son una serie de reflexiones personales sobre el inicio de la década del noventa, momento clave en la constitución del ?twist? sexo-genérico y también de los estudios culturales latinoamericanos. Las reflexiones son de dos tipos. Algunas más generales retratan el momento, las que más me gustan, sin embargo, hablan de mi año 1991.