Socialismo y antiperonismo. Totalitarismo y estado de bienestar en la configuración del Partido Socialista Democrático.

SILVANA G. FERREYRA

Mendoza

Jornada; XIV Jornadas Interescuelas de Historia; 2013

Universidad Nacional de Cuyo

En esta ponencia nos proponemos explorar, a partir de la experiencia socialista, el problema de la reconfiguración de la izquierda tras el peronismo. Para demostrar la existencia de un universo complejo al interior del PS, algunos autores evidenciaron que los debates partidarios durante la década del treinta no se dieron sólo en torno al eje democracia- fascismo, sino también a partir del tópico estado-mercado. Estos trabajos pusieron en evidencia cómo un sector del PS incorporó al programa partidario un ?plan de defensa nacional? que defendía el intervencionismo estatal a partir de una serie de reformas económico- sociales y la nacionalización de distintos servicios públicos. El efecto que el peronismo tuvo sobre esta línea política no habría sido la de su derrota completa, aunque la omniprescencia de la lucha contra el ?totalitarismo? la habría desplazado a un segundo plano. No obstante,  el aumento de las capacidades estatales que originó el propio peronismo, en un proceso asociado a las experiencias de la socialdemocracia en la segunda posguerra y la consolidación del Estado de Bienestar, marcarían un camino ya difícil de revertir. Tras la ?libertadora? y la ruptura partidaria, el análisis de la trayectoria del Partido Socialista Democrático nos muestra cómo buena parte de estas iniciativas reaparecieron durante la ?semi-democracia?. Una de las excepciones ? sin duda importante-  fueron las nacionalizaciones, que continuaron siendo concebidas como expresiones del ?totalitarismo?, a la vez que sopesadas en un escenario internacional de Guerra Fría donde los socialistas democráticos promovían el alineamiento con el Bloque Atlántico. En esta línea, las propuestas planistas entraron en tensión con las consignas eficientistas y racionalizadoras, particularmente visibles en los proyectos descentralizadores, donde la tradición partidaria de activación de la sociedad civil se fusionó con las consignas derivadas de organismos internacionales para países ?en desarrollo?. Asimismo, un análisis de sus propuestas en torno a la cuestión del petróleo y la reforma agraria nos muestra el pasaje de la lucha contra el ?totalitarismo? hacia la defensa de la civilización occidental en la praxis socialista, una transición que parece haberse dado ya en la década del sesenta, a partir de las coyunturas que se dibujaron con el acercamiento definitivo de Cuba a la URSS y la instauración de la Alianza para el Progreso.