INVESTIGADORES
PARRAS Ana Maria
congresos y reuniones científicas
Título:
Escenarios paleoambientales durante el Campaniano-Maastrichtiano en el norte de Patagonia
Autor/es:
PARRAS, A.
Lugar:
San Juan
Reunión:
Congreso; 4° Congreso Latinoamericano de Paleontología de Vertebrados; 2011
Institución organizadora:
UNSJ
Resumen:
Durante el Cretácico Tardío, al ascenso global del nivel del mar se le superpusieron cambios tectónicos de escala regional, que determinaron el comienzo de la fase compresiva en los Andes. Estos eventos, asociados con la ruptura del margen occidental de Gondwana y la consecuente migración de América del Sur hacia el oeste, provocaron el inicio de la primera transgresión del océano Atlántico en el norte de Patagonia. En sus comienzos (Campaniano tardío-Maastrichtiano temprano), la superficie cubierta por el mar no habría constituido un importante rasgo paleogeográfico. Durante el Maastrichtiano tardío se produjo la máxima expansión y la conexión entre las cuencas del Colorado y Neuquina, llegando la influencia marina hasta el pié de los Andes. Las rocas sedimentarias que registran estos eventos en el norte de Patagonia fueron estudiadas por numerosos autores desde fines del siglo XIX y están expuestas en el sur de Mendoza, centro-este y norte de Neuquén, suroeste de La Pampa, Río Negro y norte de Chubut. Durante las últimas décadas, surgió un renovado interés por las mismas debido a las numerosas concentraciones esqueletales de invertebrados y vertebrados que contienen, ofreciendo una excelente oportunidad para conocer las modificaciones sufridas por los ecosistemas en latitudes medias del Hemisferio Sur antes de las extinciones del límite Cretácico/Paleógeno. El análisis sedimentológico de más de veinte secciones estratigráficas ubicadas a lo largo de 800 km en sentido norte-sur, permitió reconocer diferencias en el arreglo de facies y en los ambientes depositacionales. En el sur de Mendoza y norte de Neuquén, correspondiente al sector andino de la cuenca Neuquina, que presenta una posición de retroarco, elevadas pendientes y abundante aporte sedimentario, las sedimentitas contenidas en la Formación Loncoche alcanzan espesores de más de 200 m. Éstas consisten en facies clásticas, granodecrecientes, desde arenosas-conglomerádicas a predominantemente pelíticas y evaporíticas, de ambientes fluvio-deltaicos y lacustres con sectores que evidencian influencia marina. Las pelitas de plataforma de la Formación Jagüel, cuando presentes, tienen escaso desarrollo, predominando las calizas fosilíferas de ambiente marino somero de la Formación Roca. En el sector oriental de la cuenca (que traslapa hasta los bajos interiores de Río Negro), caracterizado por influencia cratónica, baja pendiente y reducido aporte sedimentario, las sedimentitas están contenidas en la Formación Allen y sección inferior de la Formación Jagüel. La primera presenta espesores que no superan los 80 m, con facies clásticas en la base a pelíticas y evaporíticas hacia el techo que evidencian un ambiente fluvial con episodios lacustres a marino-marginal o marino somero dominado por mareas. En este sector las pelitas de plataforma de la Formación Jagüel tienen gran desarrollo, conteniendo el límite Cretácico/Paleógeno. En los alrededores del macizo de Somuncurá, las sedimentitas están incluidas en las formaciones Allen y Arroyo Barbudo (Miembro Aguada Cecilio) (al norte), Coli Toro (al oeste), Los Alamitos (al este), La Colonia (al sureste) y Paso del Sapo y Lefipán (al suroeste). Las secciones presentan un predominio de facies arenosas en la base a pelíticas hacia el techo con intercalaciones de evaporitas y tobas. Los ambientes han sido interpretados como fluviales y lacustres con escasa influencia marina a francamente marinos. Debido al carácter saltuario de los afloramientos, los numerosos cambios laterales de facies, la falta de edades absolutas y los diferentes ambientes tectónicos involucrados, la correlación cronoestratigráfica entre algunas de las unidades estratigráficas mencionadas, como así también entre los distintos niveles fosilíferos, es aún uno de los grandes problemas a resolver en la geología de Patagonia