INVESTIGADORES
CHERNIAVSKY Axel Damian
capítulos de libros
Título:
Uso de la lengua o abuso del lenguaje. Función y valor de la metáfora en el discurso filosófico
Autor/es:
AXEL CHERNIAVSKY
Libro:
¿Inactualidad del bergsonismo?
Editorial:
Colihue
Referencias:
Lugar: Buenos Aires; Año: 2008; p. 5 - 380
Resumen:
Muchos comentadores notaron la predilección del discurso bergsoniano por la metáfora: Édouard Le Roy y Jean-Louis Vieillard Baron, para citar uno contemporáneo a Bergson y uno contemporáneo nuestro. Merleau-Ponty incluso hace de ella el objeto de una crítica, la que acusa a Bergson de poeta. En efecto, el fenomenólogo sustituye la intuición, que juzga demasiado mística, por una intencionalidad que nos lleva a las cosas mismas, y una prosa, que le parece demasiado literaria, por un discurso racional y crítico.             El asunto resulta coherente si nos remitimos a los análisis de Ricoeur en La metáfora viva. Luego de haber establecido que la metáfora significa bajo la forma de “ser como”, es decir, que significa al mismo tiempo “es y no es”, se pregunta, en el octavo estudio, cuál es la ontología implicada por esta figura. Y responde que esta ontología debe ser dinámica. La metáfora significa “las cosas en acto”, las cosas como acciones, como “no impedidas de advenir”, como “explosiones naturales”. Siempre en términos muy bergsonianos afirma: “la expresión viva es la que dice la experiencia viva.” Ejemplifica su propuesta con Heidegger, pero hubiese podido hacerlo con Bergson. De hecho, es John Mullarkey quien lo hace, cuando escribe que la metáfora, por su propia variación, imita el dinamismo de la naturaleza.             Ahora bien, Ricoeur mismo señala que la preocupación por marcar la diferencia entre la metáfora y la analogía constituye un rasgo característico del discurso especulativo. Por otra parte, cuando intenta caracterizar un cierto estilo hermenéutico, lo sitúa en la intersección de dos corrientes, la de lo metafórico y la de lo especulativo, deseoso de conservar el poder de la metáfora para decir lo vivido, es cierto, pero sin querer renunciar a la claridad del concepto.             Así Ricoeur contribuye interrogar la metáfora para determinar si verdaderamente es ella la figura más adecuada para significar la durée y, más generalmente, para expresar todo “empirismo verdadero”, toda filosofía que, aunque plantee un orden distinto por naturaleza del de la materia, realiza el esfuerzo para conferirle un máximo de consistencia, de tangibilidad. Pero también, más allá de Ricoeur, podemos preguntarnos si la relación entre este orden y el discurso es una relación de significación o de imitación en la cual es espíritu sería el objeto, por más moviente que sea, de la palabra.