INVESTIGADORES
FERREYRA Diego Julian
congresos y reuniones científicas
Título:
El concepto de lo determinable como puente teórico entre Fichte y Deleuze
Autor/es:
FERREYRA, JULIAN
Lugar:
Belo Horizonte
Reunión:
Congreso; III Coloquio Internacional Fichte; 2014
Institución organizadora:
UFMG
Resumen:
Esta ponencia se propone poner en relación el pensamiento de Fichte con el de Gilles Deleuze, a partir del concepto de determinabilidad. El filósofo francés, en su reconstrucción del aporte del idealismo alemán a la imagen del pensamiento, hace el eje en lo determinable, el tercer valor introducido por Kant allí donde anteriormente se pensaba una relación inmediata entre la determinación y lo indeterminado, y que los poskantianos enriquecen otorgándole un carácter genético. Sin embargo, en Fichte este enfoque se encuentra, según Deleuze, desnaturalizado por el moralismo. Intentaremos mostrar cómo esta acusación retoma las críticas hegelianas en torno al rol del deber ser en el sistema fichteano. El problema es que la tendencia (Streben) es una exigencia a realizar una identidad sin fisuras del Yo consigo mismo, lo cual implica una absorción del no-Yo en el Yo. Pero allí donde Hegel lo critica por poner esa tendencia como irrealizable, Deleuze formula la objeción opuesta: poner como horizonte la realización de tal identidad, aún como irrealizable. A partir del Fundamento de toda la doctrina de la ciencia,defenderemos una interpretación alternativa de la parte práctica de la doctrina de la ciencia (el moralismo que rechazaba Deleuze), donde lejos de ser una traición a las posibilidades genéticas de la filosofía fichteana, las posibilita. En efecto, comprender la no realización de la tendencia como una falta implica una incomprensión del rol de la parte práctica de la doctrina de la ciencia. Lejos de oponerse a Deleuze, la perspectiva del deber que tiene Fichte es la misma que el filósofo francés tiene respecto al deseo: no debe concebírselo como falta sino como producción. En lugar de seguirlo por el camino de su propio pensamiento, Deleuze decide enfrentarlo teñido por la lectura de Hegel. Y sin embargo, todos los elementos necesarios para encontrar el camino común están presentes en la reconstrucción deleuziana del poskantismo. En efecto, si el aporte poskantiano consiste en el rol genético del valor de lo determinable y de qué manera este intercede entre la determinación y lo indeterminado, la interrogación debe colocarseprecisamente en el concepto de lo determinable. Y, según intentaremos mostrar, es justamente el concepto de lo determinable en el Fundamento de toda la doctrina de la ciencia el que permite presentar una articulación de la parte teórica y la parte práctica de la doctrinad de la ciencia donde la tenencia constituye lo real en tanto y cuánto esta no se realiza. Si se realizara, en lugar de producir lo real, lo aniquilaría. La no-realización no es una falta o carencia, sino la condición de posibilidad de su carácter genético. En lugar de traicionar el verdadero movimiento del pensamiento, entonces, el moralismo permite su concreción, justamente en los mismos términos en que Deleuze lo concibe. En efecto, este enfoque interpretativo no sólo permite salvar a Fichte de la acusaciones deleuzianas, sino enriquecer la comprensión de la propia filosofía de Deleuze a partir de una precisión teórica del concepto de lo determinable que es presentando en Diferencia y repetición en forma sucinta y elusiva. p { text-indent: 0.3cm; margin-bottom: 0.21cm; }p.cjk { font-size: 10pt;Esta ponencia se propone poner en relación el pensamiento de Fichte con el de Gilles Deleuze, a partir del concepto de determinabilidad. El filósofo francés, en su reconstrucción del aporte del idealismo alemán a la imagen del pensamiento, hace el eje en lo determinable, el tercer valor introducido por Kant allí donde anteriormente se pensaba una relación inmediata entre la determinación y lo indeterminado, y que los poskantianos enriquecen otorgándole un carácter genético. Sin embargo, en Fichte este enfoque se encuentra, según Deleuze, desnaturalizado por el moralismo. Intentaremos mostrar cómo esta acusación retoma las críticas hegelianas en torno al rol del deber ser en el sistema fichteano. El problema es que la tendencia (Streben) es una exigencia a realizar una identidad sin fisuras del Yo consigo mismo, lo cual implica una absorción del no-Yo en el Yo. Pero allí donde Hegel lo critica por poner esa tendencia como irrealizable, Deleuze formula la objeción opuesta: poner como horizonte la realización de tal identidad, aún como irrealizable. A partir del Fundamento de toda la doctrina de la ciencia,defenderemos una interpretación alternativa de la parte práctica de la doctrina de la ciencia (el moralismo que rechazaba Deleuze), donde lejos de ser una traición a las posibilidades genéticas de la filosofía fichteana, las posibilita. En efecto, comprender la no realización de la tendencia como una falta implica una incomprensión del rol de la parte práctica de la doctrina de la ciencia. Lejos de oponerse a Deleuze, la perspectiva del deber que tiene Fichte es la misma que el filósofo francés tiene respecto al deseo: no debe concebírselo como falta sino como producción. En lugar de seguirlo por el camino de su propio pensamiento, Deleuze decide enfrentarlo teñido por la lectura de Hegel. Y sin embargo, todos los elementos necesarios para encontrar el camino común están presentes en la reconstrucción deleuziana del poskantismo. En efecto, si el aporte poskantiano consiste en el rol genético del valor de lo determinable y de qué manera este intercede entre la determinación y lo indeterminado, la interrogación debe colocarseprecisamente en el concepto de lo determinable. Y, según intentaremos mostrar, es justamente el concepto de lo determinable en el Fundamento de toda la doctrina de la ciencia el que permite presentar una articulación de la parte teórica y la parte práctica de la doctrinad de la ciencia donde la tenencia constituye lo real en tanto y cuánto esta no se realiza. Si se realizara, en lugar de producir lo real, lo aniquilaría. La no-realización no es una falta o carencia, sino la condición de posibilidad de su carácter genético. En lugar de traicionar el verdadero movimiento del pensamiento, entonces, el moralismo permite su concreción, justamente en los mismos términos en que Deleuze lo concibe. En efecto, este enfoque interpretativo no sólo permite salvar a Fichte de la acusaciones deleuzianas, sino enriquecer la comprensión de la propia filosofía de Deleuze a partir de una precisión teórica del concepto de lo determinable que es presentando en Diferencia y repetición en forma sucinta y elusiva. Esta ponencia se propone poner en relación el pensamiento de Fichte con el de Gilles Deleuze, a partir del concepto de determinabilidad. El filósofo francés, en su reconstrucción del aporte del idealismo alemán a la imagen del pensamiento, hace el eje en lo determinable, el tercer valor introducido por Kant allí donde anteriormente se pensaba una relación inmediata entre la determinación y lo indeterminado, y que los poskantianos enriquecen otorgándole un carácter genético. Sin embargo, en Fichte este enfoque se encuentra, según Deleuze, desnaturalizado por el moralismo. Intentaremos mostrar cómo esta acusación retoma las críticas hegelianas en torno al rol del deber ser en el sistema fichteano. El problema es que la tendencia (Streben) es una exigencia a realizar una identidad sin fisuras del Yo consigo mismo, lo cual implica una absorción del no-Yo en el Yo. Pero allí donde Hegel lo critica por poner esa tendencia como irrealizable, Deleuze formula la objeción opuesta: poner como horizonte la realización de tal identidad, aún como irrealizable. A partir del Fundamento de toda la doctrina de la ciencia,defenderemos una interpretación alternativa de la parte práctica de la doctrina de la ciencia (el moralismo que rechazaba Deleuze), donde lejos de ser una traición a las posibilidades genéticas de la filosofía fichteana, las posibilita. En efecto, comprender la no realización de la tendencia como una falta implica una incomprensión del rol de la parte práctica de la doctrina de la ciencia. Lejos de oponerse a Deleuze, la perspectiva del deber que tiene Fichte es la misma que el filósofo francés tiene respecto al deseo: no debe concebírselo como falta sino como producción. En lugar de seguirlo por el camino de su propio pensamiento, Deleuze decide enfrentarlo teñido por la lectura de Hegel. Y sin embargo, todos los elementos necesarios para encontrar el camino común están presentes en la reconstrucción deleuziana del poskantismo. En efecto, si el aporte poskantiano consiste en el rol genético del valor de lo determinable y de qué manera este intercede entre la determinación y lo indeterminado, la interrogación debe colocarseprecisamente en el concepto de lo determinable. Y, según intentaremos mostrar, es justamente el concepto de lo determinable en el Fundamento de toda la doctrina de la ciencia el que permite presentar una articulación de la parte teórica y la parte práctica de la doctrinad de la ciencia donde la tenencia constituye lo real en tanto y cuánto esta no se realiza. Si se realizara, en lugar de producir lo real, lo aniquilaría. La no-realización no es una falta o carencia, sino la condición de posibilidad de su carácter genético. En lugar de traicionar el verdadero movimiento del pensamiento, entonces, el moralismo permite su concreción, justamente en los mismos términos en que Deleuze lo concibe. En efecto, este enfoque interpretativo no sólo permite salvar a Fichte de la acusaciones deleuzianas, sino enriquecer la comprensión de la propia filosofía de Deleuze a partir de una precisión teórica del concepto de lo determinable que es presentando en Diferencia y repetición en forma sucinta y elusiva.