La bêtise como animalidad propiamente humana

FERREYRA, JULIAN

Colonia

Congreso; I Congreso Uruguayo de Filosofía; 2010

Universidad de la República, Facultad de Ciencias

Una cierta caracterización del hombre (como una diferencia específica en el seno de un género) está ligada a una concepción filosófica: la que pretende comenzar ?sin presupuestos? a partir de del yo, de lo que todo el mundo sabe que quiere decir ?yo?. Las dos figuras presentadas por Descartes en su Investigación de la verdad por la luz natural están ligadas: los presupuestos explícitos del hombre de ciencia (Epistemon) se interiorizan como presupuestos implícitos del filósofo sin presupuestos (Eudoxo). Intentaremos trazar en esta ponencia los puentes que unen esa concepción del hombre y de la filosofía con un determinado pensamiento político: el que toma como punto de partida de la sociedad el individuo solo y aislado. Se trata de las concepciones de la teoría política del siglo XVIII que Karl Marx criticara en su Introducción general a la crítica de la economía política de 1857 en nombre de una inversión: la organización social y el desarrollo de las fuerzas productivas son condición de posibilidad del individuo. La triple alianza entre el hombre concebido como especie, el cogito y ?las imaginaciones desprovistas de fantasía que produjeron las robinsonadas del siglo XVIII? constituyen un cepo que bloquea la posibilidad de pensar la sociedad contemporánea. En efecto, la organización social de nuestra época (el capitalismo) no se basa en esa concepción del hombre y la filosofía. Para poder pensar el capitalismo, es necesario romper ese cepo, que sólo puede pensar la organización social en términos imperiales (un Déspota en la cima, una cadena de transmisión, las unidades productivas en la base). Pero hay que pensar el capitalismo. Para ello, recurriremos a la figura de la bêtise, tal como el filósofo francés Gilles Deleuze la presenta en Diferencia y repetición de 1968. Esa figura permite descubrir la fisura en el yo, y su alianza con las concepciones cientificistas del hombre. A partir de allí, será posible pensar una nueva concepción del hombre, a partir de la individuación, es decir, de formas que se constituyen en un fondo pre-individual sin despegarse nunca de él. Lo propiamente humano es la persistencia del fondo en las formas que toma. La persistencia del fondo, entonces, a través de las diferentes formas de organización social. La posibilidad, entonces, de pensar otra organización social para el hombre, que no sea ni el despotismo ni el capitalismo.