INVESTIGADORES
FERREYRA Diego Julian
congresos y reuniones científicas
Título:
Filosofía política o política de la filosofía: los filósofos y el poder
Autor/es:
FERREYRA, JULIAN
Lugar:
Tucuman
Reunión:
Congreso; XIV Congreso Nacional de Filosofía; 2007
Institución organizadora:
AFRA
Resumen:
La ponencia se propone tratar el problema de la acción y la lucha política, y más específicamente indicar cuál es el rol de los intelectuales en el contexto socio-político actual en el marco de la acción y la lucha. A partir del trabajo del filósofo francés Gilles Deleuze (1925-1996), fundamentalmente del Anti-Edipo (1972), escrito en colaboración con Félix Guattari, su conferencia “Pensamiento nómade”, llevada a cabo en el coloquio de Cerisy-la-Salle ¿Nietzsche hoy?, y la entrevista conjunta con Michel Foucault publicada bajo el nombre “Los intelectuales y el poder”. Se intentará reflexionar sobre la actualidad de las herramientas conceptuales ofrecidas por Deleuze, Guattari y Foucault, y establecer si se trata de conceptos que sólo podrían tener vigencia en el marco de la efervescencia que siguió al mayo francés, o siguen brindando alternativas para pensar la relación entre la teoría y la práctica y, más específicamente, la filosofía y la acción política. El diálogo entre Deleuze y Foucault es una interrogación sobre cuáles son los puntos de contacto entre la obra de cada uno de ellos y su manera de vincularla con diversos compromisos políticos. El punto de econvergencia, el centro de gravedad, se va configurando en torno a lo que dará el título al encuentro: la cuestión del poder y, más específicamente, de la lucha contra el poder. Dice Foucault: “el rol del intelectual ya no es el de ubicarse ‘un poco por delante y un poco de lado’ para decir la verdad muda para todos; es más bien luchar contra las formas de poder allí donde uno es objeto e instrumento”. El problema es que el poder es un problema complejo. ¿Quién ejerce el poder y dónde lo ejerce? No lo detentan los gobernantes y, hablando con propiedad, nadie lo tiene. Y sin embargo se ejerce siempre en la misma dirección. No es una cuestión de interés, nos aclaran Deleuze y Foucault. Hay mucha gente que abraza el poder y no tiene realmente interés en la dirección en la cual éste se ejerce. Deleuze, retomando un tema que es de constante insistencia en el Anti-Edipo, plantea la cuestión en términos de deseo. Qué es lo que lleva a volcar el deseo en tal o cual sentido. Se trata del planteo de Wilheim Reich: las masas no fueron engañadas, desearon el fascismo en un momento determinado. Se trata de comprender cómo y por qué, para poder distinguir las inversiones de deseo que cargan nuestras acciones. Si la filosofía es, como plantean Deleuze y Guattari, una disciplina que se dedica a la creación de conceptos, estudiar el rol de un filósofo en el marco de las luchas consiste en evaluar si los conceptos creados están cargados con un deseo reaccionario o revolucionario. Esta evaluación no puede ser del orden de lo que Deleuze denomina la moral: no se trata de llevar a cabo un juicio tomando como patrón valores trascendentes. Se trata, por el contrario, de buscar criterios éticos: es decir, analizar si los conceptos, incrementan o no la capacidad de actuar y la potencia de aquellos que hacen uso de ellos.