Habitar la espuma, la biopolítica como máscara estatal

FERREYRA, JULIAN

Entre Nietzsche y Derrida

La Cebra

Lugar: Buenos Aires; Año: 2013; p. 219 - 227

Sloterdijk propone una concepción alternativa de la biopolítica a las principales del debate. La biopolítica como técnica de manipulación de la vida vegetal y animal para establecer condiciones de abundancia y riqueza en nuestra sociedad contemporánea. No niega de ninguna manera la existencia de la pobreza y la carencia. Sólo se instala en la estela de aquello que Deleuze y Guattari afirmaban en el Anti-Edipo: la carencia es organizada por la producción social. Los teóricos de lo grave cumplen un rol eminente en esta organización, este management de la carencia. De hecho, la biopolítica, tal como Foucault la construye, es una manera de conceptualizar de qué manera específica esta carencia es puesta en funcionamiento en nuestro mundo contemporáneo. En efecto, una de sus "patas" epistémicas, la economía política, se funda después de todo en la postulación de una carencia y una escasez fundamentales que el trabajo debería venir a remontar. Contra esa concepción de la biopolítica y la figura del hombre que le es correlativa (o, mejor dicho, como superación de ellas), Sloterdijk denuncia toda postulación del hombre como ser-carencial y por tanto de la política como una administración y una conjura metódica de la carencia. Considera al hombre como ser de lujo y señala la necesidad de un corpus teórico que trabaje sobre la base de ese exceso fundamental ligado con lo liviano y aéreo. En suma: la necesidad de una teoría de la espuma.