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El objetivo de la presente ponencia es analizar el conflicto desatado en ocasión de la discusión del Convenio Colectivo de Trabajo metalúrgico en 1947, el cual se inició en agosto de ese año con la negativa de las organizaciones empresarias a aceptar el petitorio de mejoras presentado por la Unión Obrera Metalúrgica. En Rosario la inflexibilidad obrera y patronal impidió la inmediata resolución del litigio, el cual se extendió hasta mayo del año siguiente. Durante la marcha del conflicto el Estado actuó inequívocamente en defensa del sindicato obrero. La política laboral del peronismo fue resistida por los empresarios en virtud de que contenía un conjunto de reinvindicaciones que iban más allá de los incrementos salariales. La indiscutida potestad de los mismos en sus plantas se vio así severamente cuestionada por una doble intromisión: los trabajadores organizados y un Estado -representado en la Secretaría de Trabajo y Previsión (STyP)- que no era visualizado precisamente como neutral. La negativa empresaria a reconocer el incremento de las funciones del Estado en los asuntos laborales hundía sus raíces en los inicios de la gestión de Perón al frente de la STyP y se potenció en una coyuntura subrayada por diversos investigadores como particularmente conflictiva: el lock out empresario declarado en virtud de la promulgación del decreto 33302/45 que imponía el pago del aguinaldo. La notable visibilidad de este enfrentamiento contrasta marcadamente con otro momento cuyo análisis se halla prácticamente ausente en la bibliografía consultada. Hemos encontrado escasas menciones al conflicto metalúrgico analizado en esta oportunidad, evidenciándose un acercamiento solo parcial y centrado en la Capital Federal. Hacer visible este conflicto es relevante en primer lugar porque el escenario donde se desplegó -la ciudad de Rosario y sus alrededores- constituía un importante núcleo de desarrollo industrial metalúrgico, por lo cual su desenlace habría de generar importantes consecuencias en el resto del país. La notable extensión temporal -nueves meses en total-, motivada por la pronunciada intransigencia tanto de los trabajadores como de los empresarios locales, ponía de relieve la importancia de los intereses en juego tanto de empresarios, trabajadores y Estado. El desarrollo y el desenlace del conflicto analizado demostraron de manera cabal cómo la dirección sindical comenzaba a lograr un control riguroso de la movilización popular canalizando la protesta a través de una negociación centralizada e institucionalizada que neutralizaba las expresiones de autonomía, al tiempo que fortalecía un proceso de identificación política cada vez más estrecho. El contundente triunfo de los trabajadores mediante la obtención de uno de los convenios colectivos más avanzados de la época -en un gremio que habría de convertirse en uno de los más dinámicos del movimiento obrero argentino a partir de 1946- produjo un paso decisivo en la imposición estatal de las nuevas reglas de juego en materia laboral. Respecto al carácter de las fuentes consultadas hemos trabajado con la prensa local del período: los diarios La Capital y La Tribuna, el archivo de la entonces Cámara de Industriales Metalúrgicos de Rosario -especialmente las actas de reuniones del Consejo Directivo y de Asambleas Ordinarias y Extraordinarias- y la legislación nacional y provincial en materia laboral. La imposibilidad de acceder a los materiales del sindicato presenta una limitación que ha sido parcialmente subsanada analizando los comunicados públicos de la Unión Obrera Metalúrgica, los editoriales de la prensa y el relevamiento de los diálogos de las reuniones empresarias.

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