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En las publicaciones científicas se emplean habitualmente dibujos de línea pura y puntillismo para la representación de los fósiles, no así la del dibujo a lápiz. Se presenta una comparación en base a ventajas y desventajas de cada técnica de dibujo relacionadas al trabajo de campo y laboratorio. La técnica de línea pura consiste en un dibujo limpio y restringido a la forma, únicamente, lográndose un efecto de lectura rápida en contornos, pero no en volumen, lo que dificulta la interpretación en 3D para el lector, particularmente en piezas con superficies complejas (vértebras, cráneos etc.). El puntillismo es contundente en su aspecto grafico, en cuanto a la determinación de planos (claro-oscuro y formas), pero no es generosa en los tonos intermedios que son los puentes entre lo plano y el 3D, perdiéndose la importancia de la definición en el detalle del dibujo y dificultando la interpretación del material complejo. El dibujo a lápiz es una expresión gráfica que brinda posibilidades casi-fotográficas y realización versátil in situ o en laboratorio, sin poder definir en detalle de volumen, forma, luz, sombra y pasajes intermedios. Estas propiedades ofrecen una lectura fiel, rápida y en 3D de las piezas representadas. El material con una apropiada resolución grafica aporta lectura positiva en el momento de consultas en publicaciones. Por esta razón se considera conveniente el uso del dibujo a lápiz, ya que este método permite la fiel representación en detalle de la pieza aportando una riqueza grafica contundente. De este modo se consigue plasmar información anatómica que no podría ser lograda mediante la descripción. En consecuencia revalorizamos la dedicación y criterio en la utilización de estas técnicas por los pioneros dibujantes e investigadores en la representación grafica científica.

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