INVESTIGADORES
ORTS Dario Leandro
congresos y reuniones científicas
Título:
EVOLUCIÓN TECTÓNICA DE LOS ANDES ENTRE LOS 37º 30’-38º 50’ S
Autor/es:
ROJAS VERA, E.; ORTS, D.L.; FOLGUERA, A.; ZAMORA VALCARCE, G.; GIMENEZ, M.; RUIZ, F.; MARTINEZ, P.; RAMOS, V.A.
Reunión:
Congreso; XVII Congreso Geológico Argentino; 2008
Resumen:
La fosa de Loncopué se localiza en el retroarco Neuquino entre los 36º40’ y los 38º 40’ de latitud sur, y está limitada hacia el este por el arco volcánico actual y su basamento representado por intrusivos cretácicos y miocenos exhumados sobre secuencias paleógenas, mientras que hacia el este por la faja plegada y corrida del Agrio, correspondiente a una zona imbricada cretácica, reactivada en el Neógeno. Desde la década del setenta numerosos autores han propuesto la presencia de actividad neotectónica en esta fosa en base a evidencias morfotectónicas que sugieren la presencia de un sistema de fallas normales desarrollado en el límite occidental de la faja plegada y corrida del Agrio, en contacto con las secuencias plio-cuaternarias.  Zapata et al. (1999), Jordan et al. (2001) y Zamora Valcarce et al. (2006), en base a la interpretación de líneas sísmicas proponen la presencia de una falla normal de inclinación oeste y rumbo N-S controlando el límite occidental de la cuenca paleógena de Cura Mallín, cuyo sector oriental coincide con la fosa de Loncopué. Estudios recientes muestran que efectivamente fallas normales con fuerte componente lateral están seccionando la estructura compresiva tanto relativa a las fallas invertidas de la cuenca de Cura Mallín como de la faja del Agrio, afectando también volcanismo basáltico de retroarco cuaternario. Adicionalmente indicadores paleosismológicos indican actividad sísmica de retroarco en una faja circunscripta a la actividad neotectónica del área. La faja plegada y corrida del Agrio es dividida en dos sectores según el estilo de deformación imperante, por un lado un sector interno (occidental) dominado por la inversión de hemigrábenes triásicos superiores-jurásicos inferiores mientras por otro un sector externo (oriental) dominado por deformación de piel fina, que se transfiere a las estructuras de basamento al oeste. Las estructuras extensionales paleógenas y neógenas han afectado diferencialmente al sector interno utilizando rampas de basamento que inclinan hacia el oeste lo cual ha definido la vergencia de la estructura extensional (Fig. 1). De esta manera el frente de deformación extensional se ubica en el frente de inserción en secuencias jurásicas, de la cuña de basamento que levanta al anticlinal del agua fría. Una serie de depocentros menores controlados por fallas NE y W-NW conforman el mayor depocentro ubicado al oeste de la faja del Agrio (Fig. 2). Estos romboedros en planta poseen diámetros que no superan los 10 kilómetros de longitud y coinciden con el diseño de la estructura en planta de las estructuras de basamento que conforman el sector interno de la faja del Agrio (Fig. 2). En base a los estudios de campo realizados con apoyatura de información gravimétrica, magnetométrica y sísmica, se confeccionó una sección estructural a los 38º10’S integrando la estructura de la cordillera Principal dominada por afloramientos neógenos, con aquella de la faja plegada y corrida del Agrio (Fig. 1). Modelos de densidad realizados ajustados a la anomalía de Bouguer calculada en la zona correspondiente a la fosa de Loncopué, muestran que se desarrolla en la vertiente oriental de la cordillera Principal un depocentro de 8 km de profundidad bajo secuencias plio-cuaternarias, que sólo puede ser explicado ante la presencia de espesores superpuestos de la cuenca de Cura Mallín y Neuquina. Este depocentro no coincide con los depocentros neógenos antes mencionados, estando desplazado hacia el oeste. La cordillera a estas latitudes ha pasado por una serie de fases de deformación que pueden ser resumidas de la siguiente forma: el levantamiento de este sector de la cordillera comenzó en el Cretácico superior con la inversión de los depocentros triásicos-jurásicos (parte interna de la faja plegada y corrida del Agrio). Para el Oligoceno superior-Mioceno inferior se abre la cuenca de Cura Mallín como consecuencia del incremento del ángulo de la zona de Wadatti-Benioff, hecho evidenciado por la migración del frente del arco hacia el oeste, reactivando extensionalmente los depocentros triásico-jurásicos. Un nuevo régimen compresivo en el Mioceno superior condujo al cierre de la cuenca de Cura Mallín, reactivando e invirtiendo el sector norte de la cuenca, formando la faja plegada y corrida de Guañacos, mientras que coincidentemente con la latitud de la faja plegada y corrida del Agrio la inversión fue más leve. Este acortamiento fue transferido a estructuras epidérmicas presentes en el sector externo de la faja plegada y corrida (Zapata et al. 1999, Zapata et al. 2002, Zamora Valcarce et al. 2006). En el Plioceno se desarrolla la cuenca extensional de Cola de Zorro. Esta fase extensional sería la responsable del colapso orogénico de la parte interna de la faja plegada y corrida del Agrio que definió la morfología orogénica actual, en la cual se individualiza una cordillera principal de un sector precordillerano separados por un bajo relativo. A diferencia de ésta, la fase extensional del Oligo-Mioceno generó depocentros aislados localizados hacia la cordillera Principal, hoy presentes en subsuelo a estas latitudes. La extensión pliocena genera el inicio de la subsidencia que culminará con la formación  de la fosa de Loncopué.