INVESTIGADORES
BAEZ Walter Ariel
congresos y reuniones científicas
Título:
Los niveles “conglomeradicos” del tope del Grupo Cerro Morado, Sierra de Famatina, Provincia de La Rioja
Autor/es:
FEDERICO MARTINA; WALTER BAEZ; RICARDO ASTINI
Lugar:
San Carlos de Bariloche
Reunión:
Congreso; IV Congreso Latinoamericano de sedimentología y XI Reunión Argentina de Sedimentología; 2006
Institución organizadora:
Asociación Argentina de Sedimentología
Resumen:
En la región central de Famatina, próximo al puesto Cachiyuyo, aflora el Grupo Cerro Morado. Este consiste en una espesa sucesión (>700m) volcano-sedimentaria de edad Ordovícico Medio que suprayace en discordancia angular al Grupo Famatina. En detalle, lo componen vulcanitas ácidas e ignimbritas correspondientes a la Formación el Portillo y sucesiones mixtas volcano-sedimentarias con frecuentes intervalos marinos fosilíferos pertenecientes a la Formación la Escondida (Astini y Dávila, 2002). La unidad culmina con un potente nivel (~30m) volcánico de aspecto conglomerádico (stone-ball texture) interpretado como riolitas ricas en litofisas. Este tipo de depósito cuando está afectado por intensa meteorización puede ser confundido con depósitos sedimentarios, de no estudiarse con cierto detalle. Las litofisas son agregados de cristales fibrosos radiales, nucleados alrededor de una cavidad central (Mc Arthur et al., 1998). Mientras algunos autores las consideran como texturas volcánicas de devitrificación a alta temperatura (McPhie et al., 1993), otros las relacionan con la liberación de volátiles durante la cristalización esferulítica (Swanson et al., 1989). En detalle, se observan como agregados de cristales fibrosos radiales nucleados alrededor de una cavidad central. En el depósito estudiado poseen geometrías dominantemente esféricas y coalescentes que por meteorización presentan aspecto de fábricas clastosoportadas. En detalle, las cortezas están formadas por pequeñas esferulitas aglutinadas en torno a una cavidad central de forma elipsoidal y tamaño variable. Estas cavidades pueden estar parcial o totalmente rellenas con cristales de cuarzo de aspecto drúsico. La riolita presenta una estratofábrica aparente vinculada con variaciones en el tamaño y abundancia de las litofisas. En ocasiones se observan pliegues cerrados. Cada capa individual posee un espesor ~20 cm y ordenamiento normal. En la base de la unidad las litofisas son de 0,5 cm de diámetro y aumentan hacia el tope alcanzando tamaños de hasta 10 cm. La estratofábrica aparente y pliegues cerrados se interpretan como bandeados de flujo, típicos de una riolita, con presencia de una fase gaseosa, donde procesos de meteorización diferencial subsecuentes dieron origen a la aparente textura conglomerádica. Al microscopio, las litofisas presentan textura microporfirica compuesta por microfenocristales de plagioclasa y sanidina de ~0.8 mm de tamaño máximo dispersos en una matriz originalmente hialocristalina que ha sido totalmente silicificada. Entre los minerales accesorios se observan apatitas y circones de hábito acicular y prismático, típico de rocas volcánicas, y mafítos reemplazados por hematita. La plagioclasa posee forma subideomorfa, maclas polisintéticas y generalmente no está muy alterada. Por su parte, los cristales de sanidina son idiomorfos y en algunos casos se encuentran alterados y remplazados por sericita. Son comunes las típicas secciones basales hexagonales de la sanidina. Componen además la fracción gruesa, xenoclastos ígneos ricos en plagioclasa y cuarzo, con bordes redondeados y engolfados. La matriz es afanítica suturada y esta constituida por cuarzo xenomorfo con inclusiones de minerales arcillosos y cloritas de hábitos aciculares. La textura original de devitrificación ha sido totalmente enmascarada por procesos diagenéticos que produjeron la silificación. La cavidad central está formada por sucesivas capas de agregados cristalinos de cuarzo de hábito radial (peiniformes) que crecen desde los bordes en continuidad óptica. El tamaño de los cristales de cuarzo aumenta hacia el centro de la cavidad alcanzando tamaños de hasta 2,3 mm. Se observan también algunas fracturas rellenadas por cuarzo. Si bien el bandeado de flujo que presenta la riolita superficialmente recuerda a un bandeado sedimentario y la fábrica abierta sugiere depósitos conglomerádicos, el estudio macroscópico y microscópico detallado de los mismos evidencian un origen a partir de coladas lávicas de composición riolítica. Esto es consistente con la gran cantidad de depósitos volcánicos y volcaniclásticos que caracteriza al Grupo Cerro Morado. temperatura (McPhie et al., 1993), otros las relacionan con la liberación de volátiles durante la cristalización esferulítica (Swanson et al., 1989). En detalle, se observan como agregados de cristales fibrosos radiales nucleados alrededor de una cavidad central. En el depósito estudiado poseen geometrías dominantemente esféricas y coalescentes que por meteorización presentan aspecto de fábricas clastosoportadas. En detalle, las cortezas están formadas por pequeñas esferulitas aglutinadas en torno a una cavidad central de forma elipsoidal y tamaño variable. Estas cavidades pueden estar parcial o totalmente rellenas con cristales de cuarzo de aspecto drúsico. La riolita presenta una estratofábrica aparente vinculada con variaciones en el tamaño y abundancia de las litofisas. En ocasiones se observan pliegues cerrados. Cada capa individual posee un espesor ~20 cm y ordenamiento normal. En la base de la unidad las litofisas son de 0,5 cm de diámetro y aumentan hacia el tope alcanzando tamaños de hasta 10 cm. La estratofábrica aparente y pliegues cerrados se interpretan como bandeados de flujo, típicos de una riolita, con presencia de una fase gaseosa, donde procesos de meteorización diferencial subsecuentes dieron origen a la aparente textura conglomerádica. Al microscopio, las litofisas presentan textura microporfirica compuesta por microfenocristales de plagioclasa y sanidina de ~0.8 mm de tamaño máximo dispersos en una matriz originalmente hialocristalina que ha sido totalmente silicificada. Entre los minerales accesorios se observan apatitas y circones de hábito acicular y prismático, típico de rocas volcánicas, y mafítos reemplazados por hematita. La plagioclasa posee forma subideomorfa, maclas polisintéticas y generalmente no está muy alterada. Por su parte, los cristales de sanidina son idiomorfos y en algunos casos se encuentran alterados y remplazados por sericita. Son comunes las típicas secciones basales hexagonales de la sanidina. Componen además la fracción gruesa, xenoclastos ígneos ricos en plagioclasa y cuarzo, con bordes redondeados y engolfados. La matriz es afanítica suturada y esta constituida por cuarzo xenomorfo con inclusiones de minerales arcillosos y cloritas de hábitos aciculares. La textura original de devitrificación ha sido totalmente enmascarada por procesos diagenéticos que produjeron la silificación. La cavidad central está formada por sucesivas capas de agregados cristalinos de cuarzo de hábito radial (peiniformes) que crecen desde los bordes en continuidad óptica. El tamaño de los cristales de cuarzo aumenta hacia el centro de la cavidad alcanzando tamaños de hasta 2,3 mm. Se observan también algunas fracturas rellenadas por cuarzo. Si bien el bandeado de flujo que presenta la riolita superficialmente recuerda a un bandeado sedimentario y la fábrica abierta sugiere depósitos conglomerádicos, el estudio macroscópico y microscópico detallado de los mismos evidencian un origen a partir de coladas lávicas de composición riolítica. Esto es consistente con la gran cantidad de depósitos volcánicos y volcaniclásticos que caracteriza al Grupo Cerro Morado. Este tipo de depósito cuando está afectado por intensa meteorización puede ser confundido con depósitos sedimentarios, de no estudiarse con cierto detalle. Las litofisas son agregados de cristales fibrosos radiales, nucleados alrededor de una cavidad central (Mc Arthur et al., 1998). Mientras algunos autores las consideran como texturas volcánicas de devitrificación a alta temperatura (McPhie et al., 1993), otros las relacionan con la liberación de volátiles durante la cristalización esferulítica (Swanson et al., 1989). En detalle, se observan como agregados de cristales fibrosos radiales nucleados alrededor de una cavidad central. En el depósito estudiado poseen geometrías dominantemente esféricas y coalescentes que por meteorización presentan aspecto de fábricas clastosoportadas. En detalle, las cortezas están formadas por pequeñas esferulitas aglutinadas en torno a una cavidad central de forma elipsoidal y tamaño variable. Estas cavidades pueden estar parcial o totalmente rellenas con cristales de cuarzo de aspecto drúsico. La riolita presenta una estratofábrica aparente vinculada con variaciones en el tamaño y abundancia de las litofisas. En ocasiones se observan pliegues cerrados. Cada capa individual posee un espesor ~20 cm y ordenamiento normal. En la base de la unidad las litofisas son de 0,5 cm de diámetro y aumentan hacia el tope alcanzando tamaños de hasta 10 cm. La estratofábrica aparente y pliegues cerrados se interpretan como bandeados de flujo, típicos de una riolita, con presencia de una fase gaseosa, donde procesos de meteorización diferencial subsecuentes dieron origen a la aparente textura conglomerádica. Al microscopio, las litofisas presentan textura microporfirica compuesta por microfenocristales de plagioclasa y sanidina de ~0.8 mm de tamaño máximo dispersos en una matriz originalmente hialocristalina que ha sido totalmente silicificada. Entre los minerales accesorios se observan apatitas y circones de hábito acicular y prismático, típico de rocas volcánicas, y mafítos reemplazados por hematita. La plagioclasa posee forma subideomorfa, maclas polisintéticas y generalmente no está muy alterada. Por su parte, los cristales de sanidina son idiomorfos y en algunos casos se encuentran alterados y remplazados por sericita. Son comunes las típicas secciones basales hexagonales de la sanidina. Componen además la fracción gruesa, xenoclastos ígneos ricos en plagioclasa y cuarzo, con bordes redondeados y engolfados. La matriz es afanítica suturada y esta constituida por cuarzo xenomorfo con inclusiones de minerales arcillosos y cloritas de hábitos aciculares. La textura original de devitrificación ha sido totalmente enmascarada por procesos diagenéticos que produjeron la silificación. La cavidad central está formada por sucesivas capas de agregados cristalinos de cuarzo de hábito radial (peiniformes) que crecen desde los bordes en continuidad óptica. El tamaño de los cristales de cuarzo aumenta hacia el centro de la cavidad alcanzando tamaños de hasta 2,3 mm. Se observan también algunas fracturas rellenadas por cuarzo. Si bien el bandeado de flujo que presenta la riolita superficialmente recuerda a un bandeado sedimentario y la fábrica abierta sugiere depósitos conglomerádicos, el estudio macroscópico y microscópico detallado de los mismos evidencian un origen a partir de coladas lávicas de composición riolítica. Esto es consistente con la gran cantidad de depósitos volcánicos y volcaniclásticos que caracteriza al Grupo Cerro Morado. temperatura (McPhie et al., 1993), otros las relacionan con la liberación de volátiles durante la cristalización esferulítica (Swanson et al., 1989). En detalle, se observan como agregados de cristales fibrosos radiales nucleados alrededor de una cavidad central. En el depósito estudiado poseen geometrías dominantemente esféricas y coalescentes que por meteorización presentan aspecto de fábricas clastosoportadas. En detalle, las cortezas están formadas por pequeñas esferulitas aglutinadas en torno a una cavidad central de forma elipsoidal y tamaño variable. Estas cavidades pueden estar parcial o totalmente rellenas con cristales de cuarzo de aspecto drúsico. La riolita presenta una estratofábrica aparente vinculada con variaciones en el tamaño y abundancia de las litofisas. En ocasiones se observan pliegues cerrados. Cada capa individual posee un espesor ~20 cm y ordenamiento normal. En la base de la unidad las litofisas son de 0,5 cm de diámetro y aumentan hacia el tope alcanzando tamaños de hasta 10 cm. La estratofábrica aparente y pliegues cerrados se interpretan como bandeados de flujo, típicos de una riolita, con presencia de una fase gaseosa, donde procesos de meteorización diferencial subsecuentes dieron origen a la aparente textura conglomerádica. Al microscopio, las litofisas presentan textura microporfirica compuesta por microfenocristales de plagioclasa y sanidina de ~0.8 mm de tamaño máximo dispersos en una matriz originalmente hialocristalina que ha sido totalmente silicificada. Entre los minerales accesorios se observan apatitas y circones de hábito acicular y prismático, típico de rocas volcánicas, y mafítos reemplazados por hematita. La plagioclasa posee forma subideomorfa, maclas polisintéticas y generalmente no está muy alterada. Por su parte, los cristales de sanidina son idiomorfos y en algunos casos se encuentran alterados y remplazados por sericita. Son comunes las típicas secciones basales hexagonales de la sanidina. Componen además la fracción gruesa, xenoclastos ígneos ricos en plagioclasa y cuarzo, con bordes redondeados y engolfados. La matriz es afanítica suturada y esta constituida por cuarzo xenomorfo con inclusiones de minerales arcillosos y cloritas de hábitos aciculares. La textura original de devitrificación ha sido totalmente enmascarada por procesos diagenéticos que produjeron la silificación. La cavidad central está formada por sucesivas capas de agregados cristalinos de cuarzo de hábito radial (peiniformes) que crecen desde los bordes en continuidad óptica. El tamaño de los cristales de cuarzo aumenta hacia el centro de la cavidad alcanzando tamaños de hasta 2,3 mm. Se observan también algunas fracturas rellenadas por cuarzo. Si bien el bandeado de flujo que presenta la riolita superficialmente recuerda a un bandeado sedimentario y la fábrica abierta sugiere depósitos conglomerádicos, el estudio macroscópico y microscópico detallado de los mismos evidencian un origen a partir de coladas lávicas de composición riolítica. Esto es consistente con la gran cantidad de depósitos volcánicos y volcaniclásticos que caracteriza al Grupo Cerro Morado. stone-ball texture) interpretado como riolitas ricas en litofisas. Este tipo de depósito cuando está afectado por intensa meteorización puede ser confundido con depósitos sedimentarios, de no estudiarse con cierto detalle. Las litofisas son agregados de cristales fibrosos radiales, nucleados alrededor de una cavidad central (Mc Arthur et al., 1998). Mientras algunos autores las consideran como texturas volcánicas de devitrificación a alta temperatura (McPhie et al., 1993), otros las relacionan con la liberación de volátiles durante la cristalización esferulítica (Swanson et al., 1989). En detalle, se observan como agregados de cristales fibrosos radiales nucleados alrededor de una cavidad central. En el depósito estudiado poseen geometrías dominantemente esféricas y coalescentes que por meteorización presentan aspecto de fábricas clastosoportadas. En detalle, las cortezas están formadas por pequeñas esferulitas aglutinadas en torno a una cavidad central de forma elipsoidal y tamaño variable. Estas cavidades pueden estar parcial o totalmente rellenas con cristales de cuarzo de aspecto drúsico. La riolita presenta una estratofábrica aparente vinculada con variaciones en el tamaño y abundancia de las litofisas. En ocasiones se observan pliegues cerrados. Cada capa individual posee un espesor ~20 cm y ordenamiento normal. En la base de la unidad las litofisas son de 0,5 cm de diámetro y aumentan hacia el tope alcanzando tamaños de hasta 10 cm. La estratofábrica aparente y pliegues cerrados se interpretan como bandeados de flujo, típicos de una riolita, con presencia de una fase gaseosa, donde procesos de meteorización diferencial subsecuentes dieron origen a la aparente textura conglomerádica. Al microscopio, las litofisas presentan textura microporfirica compuesta por microfenocristales de plagioclasa y sanidina de ~0.8 mm de tamaño máximo dispersos en una matriz originalmente hialocristalina que ha sido totalmente silicificada. Entre los minerales accesorios se observan apatitas y circones de hábito acicular y prismático, típico de rocas volcánicas, y mafítos reemplazados por hematita. La plagioclasa posee forma subideomorfa, maclas polisintéticas y generalmente no está muy alterada. Por su parte, los cristales de sanidina son idiomorfos y en algunos casos se encuentran alterados y remplazados por sericita. Son comunes las típicas secciones basales hexagonales de la sanidina. Componen además la fracción gruesa, xenoclastos ígneos ricos en plagioclasa y cuarzo, con bordes redondeados y engolfados. La matriz es afanítica suturada y esta constituida por cuarzo xenomorfo con inclusiones de minerales arcillosos y cloritas de hábitos aciculares. La textura original de devitrificación ha sido totalmente enmascarada por procesos diagenéticos que produjeron la silificación. La cavidad central está formada por sucesivas capas de agregados cristalinos de cuarzo de hábito radial (peiniformes) que crecen desde los bordes en continuidad óptica. El tamaño de los cristales de cuarzo aumenta hacia el centro de la cavidad alcanzando tamaños de hasta 2,3 mm. Se observan también algunas fracturas rellenadas por cuarzo. Si bien el bandeado de flujo que presenta la riolita superficialmente recuerda a un bandeado sedimentario y la fábrica abierta sugiere depósitos conglomerádicos, el estudio macroscópico y microscópico detallado de los mismos evidencian un origen a partir de coladas lávicas de composición riolítica. Esto es consistente con la gran cantidad de depósitos volcánicos y volcaniclásticos que caracteriza al Grupo Cerro Morado. temperatura (McPhie et al., 1993), otros las relacionan con la liberación de volátiles durante la cristalización esferulítica (Swanson et al., 1989). En detalle, se observan como agregados de cristales fibrosos radiales nucleados alrededor de una cavidad central. En el depósito estudiado poseen geometrías dominantemente esféricas y coalescentes que por meteorización presentan aspecto de fábricas clastosoportadas. En detalle, las cortezas están formadas por pequeñas esferulitas aglutinadas en torno a una cavidad central de forma elipsoidal y tamaño variable. Estas cavidades pueden estar parcial o totalmente rellenas con cristales de cuarzo de aspecto drúsico. La riolita presenta una estratofábrica aparente vinculada con variaciones en el tamaño y abundancia de las litofisas. En ocasiones se observan pliegues cerrados. Cada capa individual posee un espesor ~20 cm y ordenamiento normal. En la base de la unidad las litofisas son de 0,5 cm de diámetro y aumentan hacia el tope alcanzando tamaños de hasta 10 cm. La estratofábrica aparente y pliegues cerrados se interpretan como bandeados de flujo, típicos de una riolita, con presencia de una fase gaseosa, donde procesos de meteorización diferencial subsecuentes dieron origen a la aparente textura conglomerádica. Al microscopio, las litofisas presentan textura microporfirica compuesta por microfenocristales de plagioclasa y sanidina de ~0.8 mm de tamaño máximo dispersos en una matriz originalmente hialocristalina que ha sido totalmente silicificada. Entre los minerales accesorios se observan apatitas y circones de hábito acicular y prismático, típico de rocas volcánicas, y mafítos reemplazados por hematita. La plagioclasa posee forma subideomorfa, maclas polisintéticas y generalmente no está muy alterada. Por su parte, los cristales de sanidina son idiomorfos y en algunos casos se encuentran alterados y remplazados por sericita. Son comunes las típicas secciones basales hexagonales de la sanidina. Componen además la fracción gruesa, xenoclastos ígneos ricos en plagioclasa y cuarzo, con bordes redondeados y engolfados. La matriz es afanítica suturada y esta constituida por cuarzo xenomorfo con inclusiones de minerales arcillosos y cloritas de hábitos aciculares. La textura original de devitrificación ha sido totalmente enmascarada por procesos diagenéticos que produjeron la silificación. La cavidad central está formada por sucesivas capas de agregados cristalinos de cuarzo de hábito radial (peiniformes) que crecen desde los bordes en continuidad óptica. El tamaño de los cristales de cuarzo aumenta hacia el centro de la cavidad alcanzando tamaños de hasta 2,3 mm. Se observan también algunas fracturas rellenadas por cuarzo. Si bien el bandeado de flujo que presenta la riolita superficialmente recuerda a un bandeado sedimentario y la fábrica abierta sugiere depósitos conglomerádicos, el estudio macroscópico y microscópico detallado de los mismos evidencian un origen a partir de coladas lávicas de composición riolítica. Esto es consistente con la gran cantidad de depósitos volcánicos y volcaniclásticos que caracteriza al Grupo Cerro Morado. et al., 1998). Mientras algunos autores las consideran como texturas volcánicas de devitrificación a alta temperatura (McPhie et al., 1993), otros las relacionan con la liberación de volátiles durante la cristalización esferulítica (Swanson et al., 1989). En detalle, se observan como agregados de cristales fibrosos radiales nucleados alrededor de una cavidad central. En el depósito estudiado poseen geometrías dominantemente esféricas y coalescentes que por meteorización presentan aspecto de fábricas clastosoportadas. En detalle, las cortezas están formadas por pequeñas esferulitas aglutinadas en torno a una cavidad central de forma elipsoidal y tamaño variable. Estas cavidades pueden estar parcial o totalmente rellenas con cristales de cuarzo de aspecto drúsico. La riolita presenta una estratofábrica aparente vinculada con variaciones en el tamaño y abundancia de las litofisas. En ocasiones se observan pliegues cerrados. Cada capa individual posee un espesor ~20 cm y ordenamiento normal. En la base de la unidad las litofisas son de 0,5 cm de diámetro y aumentan hacia el tope alcanzando tamaños de hasta 10 cm. La estratofábrica aparente y pliegues cerrados se interpretan como bandeados de flujo, típicos de una riolita, con presencia de una fase gaseosa, donde procesos de meteorización diferencial subsecuentes dieron origen a la aparente textura conglomerádica. Al microscopio, las litofisas presentan textura microporfirica compuesta por microfenocristales de plagioclasa y sanidina de ~0.8 mm de tamaño máximo dispersos en una matriz originalmente hialocristalina que ha sido totalmente silicificada. Entre los minerales accesorios se observan apatitas y circones de hábito acicular y prismático, típico de rocas volcánicas, y mafítos reemplazados por hematita. La plagioclasa posee forma subideomorfa, maclas polisintéticas y generalmente no está muy alterada. Por su parte, los cristales de sanidina son idiomorfos y en algunos casos se encuentran alterados y remplazados por sericita. Son comunes las típicas secciones basales hexagonales de la sanidina. Componen además la fracción gruesa, xenoclastos ígneos ricos en plagioclasa y cuarzo, con bordes redondeados y engolfados. La matriz es afanítica suturada y esta constituida por cuarzo xenomorfo con inclusiones de minerales arcillosos y cloritas de hábitos aciculares. La textura original de devitrificación ha sido totalmente enmascarada por procesos diagenéticos que produjeron la silificación. La cavidad central está formada por sucesivas capas de agregados cristalinos de cuarzo de hábito radial (peiniformes) que crecen desde los bordes en continuidad óptica. El tamaño de los cristales de cuarzo aumenta hacia el centro de la cavidad alcanzando tamaños de hasta 2,3 mm. Se observan también algunas fracturas rellenadas por cuarzo. Si bien el bandeado de flujo que presenta la riolita superficialmente recuerda a un bandeado sedimentario y la fábrica abierta sugiere depósitos conglomerádicos, el estudio macroscópico y microscópico detallado de los mismos evidencian un origen a partir de coladas lávicas de composición riolítica. Esto es consistente con la gran cantidad de depósitos volcánicos y volcaniclásticos que caracteriza al Grupo Cerro Morado.