INVESTIGADORES
ACHA eduardo marcelo
capítulos de libros
Título:
Procesos ecológicos en el Mar Patagónico.
Autor/es:
MIANZAN, H.; ACHA E. M.
Libro:
Estado de conservación del Mar Patagónico y áreas de influencia
Editorial:
Foro para la Conservación del Mar Patagónico y Áreas de Influencia
Referencias:
Año: 2008; p. 22 - 62
Resumen:
La dilatada extensión del mar Patagónico, que abarca más de 1.000.000 km2, da lugar al desarrollo de una importante región nerítica, con habitats diversos que permiten el desarrollo de su gran riqueza biológica. Sin embargo, la diversidad  e intensidad de usos del mar por parte del hombre pueden alterar la estructura y el funcionamiento de los ecosistemas marinos y esta degradación esta sucediendo en forma rápida demandando enfoques también rápidos y más efectivos para proteger, mantener y llegado el caso, restaurar dichos ecosistemas.                 Recientemente, el concepto de Áreas Marinas Protegidas (AMP) esta siendo reconocido como una herramienta muy poderosa para la conservación y el manejo de recursos marinos y este concepto puede ser analizado para ser aplicado en nuestra región. La pregunta es donde enfocar nuestra atención y qué criterio será considerado ya que el mar en el extremo sur de nuestro continente es muy extenso y dista mucho de ser homogéneo. Mirado con la perspectiva correcta el mar Patagónico aparece formado por parcelas o parches diferentes, como aquellas colchas de patchwork que hacían las abuelas. A las uniones entre esos parches se los conoce como zonas de interfaz o  “frentes”.                 La presencia de sistemas frontales parece ser de gran utilidad para propósitos de conservación. Son regiones en donde la producción tanto primaria como secundaria se halla estimulada y permite altas tasas de depredación y agregaciones reproductivas y de cría. Además son fácilmente detectables por medio de tecnologías de sensoramiento remoto, persistentes en el tiempo y de escalas espaciales en general reducidas lo que facilita su localización y posterior vigilancia. Por consiguiente, vale la pena poner esfuerzos en establecer las propiedades que nuestras zonas frontales pueden tener para propósitos de conservación respecto de su biodiversidad, productividad y de la importancia para las historias de vida de organismos marinos.