INVESTIGADORES
BELTRAMINO Ariel Anibal
congresos y reuniones científicas
Título:
Cronología de una invasión: el caracol gigante africano en la Argentina y alrededores
Autor/es:
GUTIERREZ GREGORIC, D.E.; VOGLER, R.E.; BELTRAMINO, A.A.; RUMI, A.
Lugar:
La Plata
Reunión:
Simposio; III Simposio Latinoamericano de Moluscos Bioinvasores; 2013
Institución organizadora:
Facultad de Ciencias Naturales y Museo. Uiversidad Nacional de La Plata
Resumen:
El caracol gigante africano, Achatina fulica Bodwich, 1822, es reconocido mundialmente como un invasor exitoso. Esta especie constituye una plaga de cultivos, es hospedadora de parásitos de importancia médica y causa alteraciones en el balance energético ambiental. Su presencia en América del Sur data de la década de 1980 cuando fue ingresada a Brasil con fines alimenticios. Desde esa fecha, se la ha registrado en Venezuela, Ecuador, Colombia y Perú. En 2010, la especie se detectó no oficialmente en Paraguay y nuestro equipo de trabajo confirmó su presencia en la Argentina (Puerto Iguazú, Misiones). Su detección en Misiones, condujo a que desarrolláramos dos modelos bioclimáticos para predecir su distribución potencial en Sudamérica y en particular para identificar las áreas más australes susceptibles de ser invadidas. Ambos modelos utilizan los algoritmos MaxEnt y GARP, proyectan una alta probabilidad de ocupación en la región limítrofe entre Paraguay y Argentina. A fines de 2012, la presencia de esta especie fue confirmada oficialmente en Paraguay por el Servicio Nacional de Calidad y Sanidad Vegetal y de Semillas del Paraguay (SENAVE), con registros en varios Departamentos de ese país. Misiones, Concepción, Alto Paraná y Asunción, fueron identificadas como altamente susceptibles en nuestros modelos. En el mismo sentido, en mayo de 2013 recibimos la inquietud de pobladores de la ciudad de Corrientes sobre la aparición de unos caracoles desconocidos y mediante una campaña realizada en el mismo mes, hemos confirmado la presencia de A. fulica en esta ciudad, lo cual implica una expansión del rango de distribución de la especie en la Argentina en unos 600 km (línea de ruta). Los ejemplares fueron hallados en casas particulares, registrándose individuos en diferentes sustratos y alturas, con hasta 118 ind/m2. Adicionalmente, se constató que la presencia de la especie en el lugar data de aproximadamente un año. Entre los posibles vectores de introducción se puede mencionar la comercialización de plantas, abono para jardín y materiales de construcción. Es posible que ejemplares vivos se hayan diseminado en esta localidad, mediante la eliminación de residuos verdes (limpieza de terrenos) y domiciliarios, de escombros y/o como mascota.