INVESTIGADORES
OSSWALD andres Miguel
congresos y reuniones científicas
Título:
Juego, gozo y ocupación. Las posiciones de E. Husserl y E. Levinas frente al análisis heideggeriano del útil
Autor/es:
VERÓNICA KRETSCHEL, ANDRÉS MIGUEL OSSWALD
Lugar:
Universidad Nacional de Tucuman
Reunión:
Congreso; XIV CONGRESO NACIONAL DE FILOSOFÍA DE AFRA; 2007
Institución organizadora:
AFRA
Resumen:
En Ser y tiempo (1927), Heidegger afirma que la utilidad es la relación originaria con el ente, es decir, que el modo inmediato de trato con las cosas en la cotidianeidad no es el conocer teórico sino el ocuparse que manipula y utiliza. El ente se presenta como un útil que se da a la mano para el Dasein. El darse del ente como útil depende de la familiaridad del Dasein con la cadena remisional a la que aquel pertenece. Sólo cuando ya no es posible la relación práctica con el ente, cuando ocurre una ruptura en la cadena (en virtud de que el útil se presenta como sorprendente, impertinente o insistente), tiene lugar la relación teórica como un cambio en la mirada del Dasein. Esto es, el ente se presenta como un ente ante-los-ojos respecto del cual se suspende todo comportamiento práctico y tiene lugar la percepción. En este trabajo presentaremos dos críticas a la supuesta originariedad de la utilidad que tienen como hilo conductor el rechazo a la idea de finalidad implicada por ella. Edmund Husserl, en un texto de 1931, juzga que el modo primero de vincularse con el ente se establece a partir de una actitud teórica que encuentra su motivación en una curiosidad meramente lúdica. Esto es, en una curiosidad que no nace de necesidad alguna y que no se orienta a la conservación de la vida, sino que quiere contemplar para sí las cosas sin más. El útil, por su parte, es un objeto cultural fundado sobre el objeto perceptivo al que le es inherente un tipo especial de referencia: una meta. Se trata de una orientación que tiene su origen en los propósitos subjetivos. En Totalidad e infinito (1971), Emmanuel Levinas rechaza, con Heidegger, el carácter primero de la actitud teórica pero, con Husserl, reivindica la ausencia originaria de finalidad en el trato con el ente. En efecto, el hombre busca, en principio, gozar del ente por pura satisfacción. Se trata de un gozo que no busca nada más allá de sí mismo, es derroche y juego desinteresado. Aun las cosas de las que vivimos (el alimento como caso ejemplar) no son utensilios que tendrían por finalidad la conservación de la existencia sino que, por el contrario, los útiles están subordinados a la relación de gozo. El gozo de una cosa, aunque sea una herramienta, no consiste solamente en relacionar esta cosa con el uso para el cual está fabricada sino también en gozar de su uso. Tanto Husserl como Levinas, frente a la circunspecta absorción en el trato cotidiano con el útil, que se desprende de la obra de Heidegger, anteponen una actitud más originaria que supone rechazar la idea de finalidad. Ya sea en una teoría anterior a la práctica, impulsada por la curiosidad o en un vínculo de goce con el ente, se trata en ambos casos, de pensar al hombre y al mundo de un modo diferente a la impuesta por la interpretación finalista que subyace en la formulación de Ser y tiempo.