INVESTIGADORES
ZONANA victor Gustavo
congresos y reuniones científicas
Título:
La urna (1911) de Enrique Banchs: un cancionero argentino del siglo XX
Autor/es:
VÍCTOR GUSTAVO ZONANA
Lugar:
Buenos Aires
Reunión:
Jornada; Décimas Jornadas Internacionales de Literatura Española Medieval y de homenaje al Quinto Centenario del Cancionero General de Hernando del Castillo,; 2011
Institución organizadora:
Facultad de Filosofía y Letras de la Pontificia Universidad Católica Argentina
Resumen:
El
vínculo de Enrique Banchs con la poesía medieval en términos generales y con la
poesía española del siglo XVI, en términos particulares, podría abrirse al
menos en tres direcciones: por una parte, el diálogo con la tradición de la
métrica española y su recreación contemporánea; por otra, la recuperación de
personajes, temas y del universo imaginario de la literatura medieval;
finalmente, y como un desprendimiento de este aspecto, la consideración, en
función de una temática específica, de la retórica y la tópica inherentes a la
expresión del amor. Me ha parecido pertinente escoger este camino. Esta
elección está sesgada por dos apreciaciones de Jorge Luis Borges en torno a la
poesía de Banchs. Al preguntarse sobre los 25 años de silencio del poeta,
Borges señalaba en páginas de El Hogar,:
(
) La urna es un
libro contemporáneo, un libro nuevo. Un libro eterno, mejor dicho, si nos
atrevemos a pronunciar esa portentosa o hueca palabra. Sus dos virtudes
esenciales son la limpidez y el temblor, no la invención escandalosa ni el
experimento cargado de porvenir. (Borges. p. 64.
Esta afirmación,
de 1936, exhibe la opinión de un escritor que ha renunciado a la aventura
vanguardista y que ve en el libro de Banchs un argumento poderoso para
justificar su defensa de un arte pobre, hecho de verde eternidad y no de prodigios.
Años más tarde, en 1970, la consideración del libro eterno queda asociada a la
tópica. En efecto, al evocar el legado de Banchs, señala que La urna:
Está hecho de lugares comunes: el ruiseñor, las estrellas, la desdicha de amar
y no ser amado, pero en el fondo de los lugares comunes existe la eternidad de
la literatura (Borges. 1970, 180). Como en otras ocasiones, en esta afirmación
de Borges es difícil calcular la proporción de crítica y de elogio, es decir,
evaluar si la eternidad de la literatura es un valor conquistado o meramente un
consuelo, posible y único.
Mi
tentativa será entonces profundizar en la enumeración apenas esbozada por
Borges. El objetivo al que se aspiro con este procedimiento, consiste en leer
el poemario a la luz de la retórica y la tópica amorosa de las distintas
tradiciones medievales como horizonte hermenéutico que ayude a reinterpretar su
significación y sus méritos. Pienso que la cantidad y variedad de tópicos
recreados constituye una manifestación de una asunción programática y que, en
función de ello, dicho horizonte tradicional al que se apela es clave
indispensable para comprender la mayoría de los poemas e incluso para escarbar
en el sentido de la escritura del volumen.
Mi
exposición se organizará en los siguientes apartados. Primero, un repaso de las
relaciones de Banchs con la poesía medieval. Segundo, la consideración de La
urna como poemario y el examen de la recreación de los tópicos de la poesía
amorosa. Por último, una valoración del sentido de recuperar el lugar común en
la expresión del amor y sus alcances en la trayectoria poética de Banchs.