IPSIBAT   26217
INSTITUTO DE PSICOLOGIA BASICA, APLICADA Y TECNOLOGIA
Unidad Ejecutora - UE
congresos y reuniones científicas
Título:
Cuatro desafíos para la enseñanza de la psicología desde una perspectiva decolonial
Autor/es:
OSTROVSKY, ANA ELISA; FERNANDO MARTÍN POÓ
Reunión:
Workshop; Workshop: Psicología, colonialidad y procesos de decolonización [Modalidad virtual]; 2020
Resumen:
Quienes enseñamos Psicología, una carrera que en Argentina ya cuenta con algo más de medio siglo de egresados, tenemos desafíos antiguos y nuevos, y algunos peguntas recurrentes como ¿qué tipo de ciencia es la Psicología? (Vilanova, 2003). La enseñanza universitaria, por otra parte, puede analizarse desde distintos niveles de concreción de curriculum y estrategias pedagógicas (Camilioni, 2018). Al respecto, nuestra propuesta, más que en cuestiones técnicas de la pedagogía universitaria se centra en preguntas que nos hacemos los profesores a cargo de materias a la hora de elegir bibliografía, seleccionar énfasis y privilegiar algunos temas por sobre otros desde una perspectiva crítica de nuestra disciplina. Sabemos que hacia los años noventa, con la caída de los grandes relatos teórico-epistemológicos que articularon gran parte del siglo XX como el positivismo, surgió el construccionismo social que, tomando los estudios sociales de la ciencia y culturalismos de distinto cuño, criticó la pretensión universal de conocimiento y el acceso privilegiado a la realidad por parte de la ciencia (Gergen & Gergen, 2018; Ibáñez, 1994). Cabe señalar que a poco de florecer dicha empresa se advirtió que más allá de la crítica a la universalidad había que advertir los valores éticos y políticos profundamente arraigados en los modos de concebir el mundo (Montero, 2001). Consecuentemente, se volvió central analizar las condiciones de producción del conocimiento y como se ponían en juego las relaciones centro- periferia con sus consecuentes grados de autonomía y dependencia. Así, diversos autores entre los cuales se volvió representativo Aníbal Quijano señalaron la matriz de pensamiento colonial que moldeaba nuestras prácticas esgrimiendo como universal una gnosis, ética y estética imperialista (Quijano,1999, 2009, 2015). El movimiento decolonial volvió a la deconstrucción un nuevo imperativo e interpeló a las estructuras generadoras y reproductoras de conocimiento a revisar sus maneras de hacer y trasmitir ciencia. De esta forma, en la última década, en el seno de las propias universidades diversos agentes comenzaron a desplegar alternativas de conocimiento transitando la contradicción de desarmar los propios ladrillos que edificaron sus formaciones (Moreno Uribe & Dietz, 2019; Ortiz, & Carmona, 2018). En el caso de nuestra disciplina, la psicología, quienes tenemos la responsabilidad de confeccionar los programas de estudio y el perfil de materias que conforman el ciclo básico de la formación, transitamos una serie de desafíos a la hora de pensar propuestas decoloniales. Los mismos a su vez interactúan con las condiciones de trabajo como la masividad en la matrícula y la falta de infraestructura, y particularmente en el nivel de contenido, con las particularidades propias del contexto formativo nacional tal como han sido mencionadas por diferentes autores (Di Doménico & Piacente, 2011; Di Doménico & Vilanova; 1999; Klappenbach, 2015). Tales desafíos se nos revelan simultáneamente como obstáculos y posibilidades de cambio: intentamos revisar los sesgos coloniales de los saberes que impartimos, frecuentemente sin formación sistemática al respecto, enmarcados en estructuras universitarias estructuralmente conservadoras y armados más de intuiciones ético-políticas que de caminos exitosamente transitados A continuación, en un recorrido más idiosincrático que exhaustivo, presentamos algunos de ellos. Los mismos no revisten el carácter de luminiscencias pedagógicas ni de teoría poscolonial, sino más bien la enunciación de un conjunto de problemas. El primero de ellos consiste en la pregunta por la propia identidad, el segundo subraya el carácter interseccional de la perspectiva decolonial, el tercer desafío se centra en el problema del lenguaje y el último muestra la tensión entre la autonomía y la dependencia académica.