IPEHCS   26259
INSTITUTO PATAGONICO DE ESTUDIOS DE HUMANIDADES Y CIENCIAS SOCIALES
Unidad Ejecutora - UE
congresos y reuniones científicas
Título:
Niños infames: Apuntes sobre los ?niños débiles?
Autor/es:
LUCILA DA SILVA
Lugar:
Cipolletti
Reunión:
Jornada; XIX JORNADAS ARGENTINAS DE HISTORIA DE LA EDUCACION; 2016
Institución organizadora:
UNCo
Resumen:
Niñosinfames: Apuntes sobre los niños débiles. En1906, la gestión de Ramos Mejía enel Consejo Nacional de Educación argentino, inaugura en la Capital Federal laprimera ?Escuela para niños débiles?. En líneas muy generales, estas escuelas?también llamadas ?Escuelas en medio de Parques?, o ?Escuelas en medio debosques?- fueron instituciones creadas para albergar niños en edad escolar, conalgún tipo de debilidad (?física opsicológica? CITA), que se esperaba pudiera subsanarse sometiendo al niño a unaestructura distinta a la de la escuela tradicional, que estuvierafundamentalmente vinculada al ?contacto con la naturaleza? (CITA), rutinas deejercicio físico y dieta. En ese sentido, a diferencia de las llamadas?escuelas especiales? -que son creadas para absorber los remanentes de la educación común y no van a aparecer oficialmentehasta bien entrado el siglo XX  - estainstitución vino a funcionar como un refuerzode la escuela tradicional; ya que se trataba de un ciclo lectivocomplementario, que la mayoría de las veces se desarrollaba durante el recesoescolar, y cuyas estadías eran variables, dependiendo de la ?respuesta? de losniños al régimen del establecimiento. De manera análoga, tampoco el status del?niño débil? era el mismo que más tarde se le otorgó a los destinatarios de laeducación especial. Por el contrario, la noción de ?niño débil? fue presentadadesde el principio como una categoría distinta a lo que en la época se señalócomo ?idiotez? o ?retraso?; y estuvo más bien ubicada a mitad de camino entreéstos (que para el sistema oficial no podían ser educados) y el niño ?normal?. Locierto es que ni aún los cultores de este proyecto pudieron definir estacategoría con claridad: CITA. De ahí que, frente a las dificultades paradefinirlo, una primera interpretación pueda ser etimológica, basada en lostérminos usados para designarlos. En inglés, sugiere que se trataba de niñosconsiderados ?enfermizos? (sickly),?físicamente defectuosos? (Phisicallydefected), ?delicados? (delicate),?debilitados? (debilitated), ?malnutridos o desnutridos? (undernourished)CITAS . De manera análoga, el carácter de debilidad atribuido en idiomacastellano, sugiere que el factor común era de alguna forma la propensión a enfermarse.     Sila enfermedad (o, como estableceFoucault (1996:21), la medicacilización[1])es el dispositivo que vertebró todo el siglo XIX occidentalizado, justificandoy fundamentando la distinción entre lo normal y lo patológico; con elmajestuoso poder de ?delimitar lo irregular, lo desviado, lo poco razonable, loilícito y también lo criminal? (Foucault, 1996:13); cabe que nos preguntemos¿Qué mutaciones se produjeron en esa red, de manera que el Poder definió yorganizó marcos de entendimiento y modos de experiencia por los cuales no sólose determinó quién estaba enfermo y quién no; sino que además, en determinadomomento, se  distribuyó diferencialmente-y se gestionó- la propensión a enfermar? ¿De qué manera los niños débilesencarnaron este dispositivo?Estetrabajo se inscribe en un contexto de reflexión acerca de los dispositivosescolares, y en  particular, en untrayecto que se interroga acerca de los diferentes procesos de subjetivación[2].Además, sobre este tema en particular, me encuentro desarrollando una tesina deEspecialización en Cultura Letrada, apartir de la reconstrucción que hago de las discursividades acerca de los?niños débiles? en la revista El Monitor.Elobjetivo principal de esta ponencia es compartir y poner a discusión algunosinterrogantes que han surgido en este incipiente trayecto. Teniendo eso enmente, me propongo, en primer lugar, presentar las características generalesdel caso: ¿Cómo se definió a los niños débiles? ¿Qué características tenía lainstitución y el régimen al que eran sometidos? En segundo lugar, intentaréproponer algunos vértices deanálisis, fundamentalmente basados en los siguientes interrogantes: ¿Quécorrimientos, intersecciones y modificaciones discursivas se produjeron paraque esa categoría fuese posible? ¿Qué disciplinas reivindicaron su derecho adefinirlos? ¿Qué disciplinas y qué poderes institucionales (políticos,pedagógicos, jurídicos, policíacos) reivindicaron su derecho a gestionar estossujetos-cuerpo infantiles? ¿Qué enunciados pudieron articular estas voluntades?¿Por qué estos chicos enfermizos sevuelven de repente objeto del poder? ¿Qué mutación diagramática, es decir, quécambio en la relación de fuerzas, se produjo para que el poder arroje luz sobreestos chicos, que eran hasta ese momento invisibles?; y finalmente: ¿Quéestrategias de administración de los sujetos-cuerpo cobraron forma a partir desu surgimiento?            Para poner a funcionar esosinterrogantes, partiré de un conjunto de herramientas teórico-metodológicas propuestaspor Michel Foucault (unas veces en su obra, otras en la lectura que de él haceGillez Deleuze), para luego explorar su funcionamiento a partir de los planteosde Roberto Espósito (¿???) y Beatriz Preciado (¿???). Asimismo, estoy de plenoacuerdo con Silvia Grinberg (¿???),  cuandodescribe la forma que asume en su investigación el trabajo con discursividades: Así, más queinterrogar al discurso como si designara algo sin hacerlo, como si dijera algosin decirlo, nuestra interrogación fue: cómo funciona, qué designa, quéelementos recorta. ¿Cuáles son las fuerzas en pugna?, ¿cuáles ocupan el lugarnecesariamente vacío' de la significación? Porotro lado, en términos más historiográficos, recuperaré no sólo la descripcióny el análisis que hace Foucault de la medicalización entre los siglos XVII yXX; también recuperaré  la propuesta dePaiva (¿???), OTROS; quienes resultan exitosos en presentar los principalespliegues del higienismo en nuestro país. Asimismo, siguiendo de cerca algunaspropuestas de historia de la infancia y la educación, me interesa tensionar ciertosanálisis (Lionetti, ¿???, Carli?, Puigros?), fundamentalmente aquellos quesostienen una visión generalizada que distinguía analíticamente entre ?niños? y?menores?, así como los que ?a mi entender- han menospreciado el vínculo ennuestro país entre infancia, educación formal e industria.[1] ?En último término la enfermedad es, enuna época determinada y en una sociedad concreta, aquello que se encuentrapráctica o teóricamente medicalizado? (Foucault, 1996:21)[2] Comentario CONICET