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La morfología funcional ha surgido en los años ?80 integrando la anatomía clásica, con datos provenientes del comportamiento y desempeño de los organismos en condiciones experimentales o en la naturaleza. También ha incorporado conceptos de la ingeniería, siendo su objeto de estudio complementario al de la disciplina conocida como biomecánica. En este capítulo se mencionan resultados obtenidos mediante el uso de enfoques y técnicas de la morfología funcional aplicados al conocimiento de un grupo de roedores sudamericanos ecológicamente muy diversos, los caviomorfos, que habitan el continente desde hace ~40 millones de años. Esta diversidad ecológica se da principalmente en la locomoción y la alimentación, por lo que los diferentes grupos taxonómicos y especies muestran muy diferentes tipos de anatomía de las extremidades y el aparato mandibular. El Laboratorio de Morfología Funcional y Comportamiento (FCEyN, UNMdP, IIMyC-CONICET) ha focalizado su análisis en los músculos y huesos involucrados en ambos sistemas. Estos estudios comprenden análisis anatómicos de la forma de los huesos, e interpretaciones mecánicas de las inserciones musculares que permiten inferir adaptaciones a modos de vida particulares. De esta forma, los estudios han permitido responder a preguntas tales como: ¿qué características posibilitan el ejercicio de las fuerzas requeridas para excavar el suelo con las garras o los incisivos? O bien ¿cómo es la estructura del cráneo, la mandíbula y los dientes de tal forma que permite soportar los esfuerzos asociados a la masticación de dietas duras? Los estudios incluyen también la medición de variables funcionales, como la fuerza mandibular, mediante el uso de transductores de fuerza, comparando especies filogenética y ecológicamente diferentes.