IDIHCS   22126
INSTITUTO DE INVESTIGACIONES EN HUMANIDADES Y CIENCIAS SOCIALES
Unidad Ejecutora - UE
libros
Título:
Aproximaciones a la escuela francesa de epistemología
Autor/es:
KARCZMARCZYK, PEDRO (EDITOR); KARCZMARCZYK, PEDRO (COLBORADOR); ACOSTA, JAZMÍN; RIVERA, SILVIA; GASSMANN, CARLOS; ABEIJÓN, MATÍAS; TORRANO, ANDREA; CUERVO SOLA, MANUEL
Editorial:
Instituto de epistemología, Universidad Nacional de Tucumán
Referencias:
Lugar: Tucumán; Año: 2012
Resumen:
Pedro Karczmarczyk (editor coordinador del volumen) Aproximaciones a la escuela francesa de epistemología Los problemas que dominan a la epistemología pueden contextualizarse históricamente como una forma de racionalidad filosófica. La filosofía se ha presentado a lo largo de la historia como un discurso en el que sus diversos componentes (metafísica, ontología, gnoseología, ética, lógica, etc.) se mostraron unidos en el molde de la ?unidad del saber?. En este marco unitario alguna de las formas del saber filosófico detenta usualmente una posición dominante. El énfasis colocado en la unidad del saber filosófico, o en ?la unidad del pensamiento humano?, es una herencia que el pensamiento filosófico recibe de sus raíces mítico-teológicas. Dicha visión se vio sometida, en la historia de la filosofía, a un proceso de secularización por el cual la instancia dominante pasó de la teología a la metafísica y de ésta a la teoría del conocimiento. Entre los siglos XIX y XX, este proceso atestiguó un cambio ulterior, colocando a la epistemología como instancia dominante de la racionalidad filosófica. La sucesión debe verse como una consecuencia de la funcionalización social de los dispositivos de creencias (ideología), lo que provoca que los mismos se conviertan, en determinado momento, en un obstáculo para la producción de nuevos conocimientos. De esta manera, los nuevos conocimientos, para desarrollarse, se ven forzados a provocar reestructuraciones en el campo filosófico, ya sea mediante el reemplazo de la instancia dominante, la incorporación o creación de nuevas formas de saber filosófico -tal el caso de la epistemología-, o de la marginalización relativa de otras. Se trata de en un proceso complejo (que no es ni lineal, ni biunívoco), en el que cabe no obstante discernir un esquema de la sucesión temporal de las formas filosóficas que dominan la pretendida ?unidad del pensamiento humano? (filosofía). El que acabamos de describir es un proceso lento de sustitución y reemplazo en el tipo de garantías que se le exige elaborar a la filosofía. Algunos momentos, como el ocaso de las garantías de la fe, acaecido con el surgimiento de la filosofía moderna, podrían parecer a primera vista contrajemplos para esta concepción de la evolución del saber filosófico. Podría creerse, en efecto, que con la constitución de esferas autónomas de discurso (teología, ciencia, filosofía), del discurso filosófico se desgajó en un discurso de una naturaleza diferente: la ciencia. Sin embargo, una mirada más atenta revela un paisaje diferente, puesto que esta transformación estuvo acompañada, primero, por la aparición de una nueva instancia dominante de la unificación del conocimiento filosófico. Se trata de la búsqueda de una nueva clase de garantías, las del origen y el fundamento del conocimiento, es decir, las de la gnoseología o teoría del conocimiento, en el interior de la cual se verificó finalmente un nuevo desplazamiento, con la constitución, a fines del siglo XIX y principios del siglo XX, de la ?filosofía de la ciencia? o epistemología. Este modelo para la conceptualización del desarrollo del discurso filosófico tiene la ventaja de permitirnos pensar la relación que la epistemología guarda con la instancia de saber filosófico dominante en el seno de la cual se desarrolla: la de la gnoseología. A partir de las relaciones que la epistemología guarda con la temática de las garantías del conocimiento podemos apresar, en un esquema heurístico que será complejizado de diversos modos en este libro, la diferencia entre las tesis características de la epistemología anglosajona y de la epistemología francesa. De acuerdo con en este esquema heurístico, el rasgo más característico de la epistemología anglosajona es su sujeción, en la mayor parte de su desarrollo, a la teoría del conocimiento, lo que se revela en la persistencia de algunos aspectos de la filosofía de la representación y en la reproducción de la oposición idealista entre sujeto y objeto como dos polos cuya armonía debería establecerse, filosóficamente, en términos de la verdad. En su lugar, la epistemología francesa se propuso el estudio de los mecanismos de producción de los conocimientos. La epistemología, desde esta perspectiva, ya no fue vista primordialmente como el estudio de los fundamentos del conocimiento científico, sino como la teoría de las condiciones y las formas de la práctica científica y la historia de esta práctica, tal como aparece en las distintas ciencias concretas. Expresado de otra manera, el contraste se podría establecer mediante la observación de que mientras los anglosajones hacen filosofía de la ciencia como una extensión de la lógica, los franceses la hacen como una extensión de la historia de la ciencia, es decir, encontrando en la historia el laboratorio del epistemólogo. Ahora bien, según veremos, el campo de la epistemología francesa ha cobijado una buena cantidad de debates que tienen que ver primordialmente con dos tendencias en tensión: la que enfatiza la autonomía de lo epistemológico y aquella que destaca la determinación social del pensamiento. Los trabajos de este libro esperan problematizar este y otros ejes, explorando las perspectivas de los ?clásicos? de la escuela francesa en epistemología (Bachelard, Canguilhem, Althusser, Foucault, etc.), las relaciones entre los mismos y los diálogos que cabe establecer entre estos y otras corrientes de pensamiento.