"Queremos que nos respeten. Somos vigilantes. Somos seres humanos como todos". Reclamos policiales en la provincia de Buenos Aires desde el registro de la acción pública (2009-2017).

GALAR, SANTIAGO

Santiago del Estero

Jornada; Primera Jornadas Nacionales Perspectivas e Intervenciones en las Ciencias Sociales del NOA.; 2017

Facultad de Humanidades y Ciencias Sociales y de la Salud, Universidad Nacional de Santiago del Estero,

Una de las características centrales que define a la profesión policial es el carácter continuo de la actividad como derivación de una reglamentación que trasciende la vida pública de los/as agentes para pautar también sus vidas privadas. Garriga Zucal (2014), en esta dirección, entiende al trabajo policial como una forma de vida, una profesión que excede las horas en servicio, promoviendo que los/as agentes consideren que, más que tener una profesión, son una profesión. Los/as policías enfrentan además un importante grado de precariedad: jornada laboral completa indefinida, sobrecarga horaria compulsiva, riesgo de vida, ausencia de días de descanso, regímenes disciplinares poco claros, horarios rotativos, falta de contención y exposición a altos niveles de estrés. En esta línea, debido a dinámicas particulares vinculadas al consumo y el endeudamiento, la mayoría de los/as agentes debe complementar sus salarios mediante la realización de servicios adicionales durante las horas de franco y descanso. Atendiendo a este tipo de mecanismos, Frederic (2008) destaca la dificultad que enuncian los/as agentes para administrar su tiempo libre y dedicárselo, entre otras cosas, a sus familias. Los/as policías en nuestro país se encuentran imposibilitados/as de realizar reclamos por fuera de la línea de autoridad y de constituir colectivos de tipo gremial. Según Rodríguez Alzueta (2014) el poder político obstaculiza la libertad sindical policial atendiendo a la matriz militarizada de las fuerzas, por el temor a la politización y la necesidad de mantener una cadena de mando. La Corte Suprema de Justicia de la Nación, cabe destacar, respaldó la negativa política en lo ateniente al derecho a la sindicalización de agentes policiales en un esperado fallo dictado en abril de 2017. En el fallo avaló una decisión del Ministerio de Trabajo, que había denegado el pedido de inscripción del Sindicato Policial Buenos Aires (SIPOBA) en el Registro de la Ley de Asociaciones Sindicales. La resolución, que involucra a la Policía Bonaerense, sentó un precedente sobre el resto de las fuerzas. Los/as policías que protestan públicamente, en tanto sus acciones pueden entenderse como ?actos de desobediencia?, se exponen a sanciones institucionales.De esta manera, la ley y el código de disciplina que regulan al oficio policial en nuestro país prohíben a las fuerzas policiales la agremiación y la posibilidad de reclamar por fuera de la cadena de mando. En tensión con esta limitación, la actividad policial es realizada en condiciones desfavorables al punto que, de considerar el desconocimiento de derechos y el carácter ininterrumpido del trabajo, podríamos caracterizarla como una relación laboral pre-capitalista. Ahora bien, desbordando los límites impuestos por el Estado, según el registro de consultoras privadas, en las últimas tres décadas se produjeron en Argentina más de doscientas protestas de sectores policiales (Nueva Mayoría, 2014). El presente trabajo recupera estos puntos de partida con miras a avanzar particularmente en la caracterización de reclamos protagonizados en la última década por colectivos vinculados a la Policía de la provincia de Buenos Aires. Concretamente nos preguntamos: ¿qué características tienen los actores que se expresan en el espacio público en nombre de los/as policías bonaerenses?, ¿cuáles son las formas y dinámicas que adquieren estos reclamos?, ¿cuáles son las demandas que estos actores sostienen frente a instancias estatales?