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El estudio de los militares en la Argentina del siglo XX ha sido abordado casi de modo excluyente desde perspectivas de análisis que enfocaron prioritariamente las concepciones ideológicas e intervenciones políticas de las conducciones superiores de las Fuerzas Armadas en la política nacional y sus desempeños en gobiernos de facto entre 1930 y 1990, así como centrándose en el accionar represivo castrense sobre diferentes sectores políticos y de la sociedad civil, particularmente, entre 1955 y 1983.Sin descuidar la eficacia social específica ejercida en ciertos contextos por determinaciones ideológicas y políticas, este trabajo propone un análisis de las trayectorias profesionales de oficiales del Ejército Argentino de la Promoción 113 del Colegio Militar de la Nación, comprendiéndola desde su ingreso a esta academia en el año 1979 hasta el año 2015 en que algunos de sus integrantes ascendieron al grado de general de brigada (el primer ascenso se produjo en diciembre de 2014). En el curso de ese extenso período algunos se dieron o fueron dados de baja como oficiales subalternos, otros pasaron a retiro como oficiales jefes y unos pocos ascendieron a coronel a partir de diciembre de 2008. Desde 2015 algunos coroneles de esta Promoción se retiraron del servicio activo y hasta el momento ningún miembro de la misma es general de división o teniente general, y de aquellos que alcanzaron el generalato ninguno es ?Veterano de la Guerra de Malvinas?. En las Fuerzas Armadas Argentinas o de otros países, la pertenencia de sus oficiales a una Promoción y un arma o especialidad definen identidades y sociabilidades profesionales castrenses básicas que influyen en sus concepciones y prácticas acerca del mundo militar, así como en el modo en que se inscriben orgánica y funcionalmente en el mismo a lo largo de sus carreras e, incluso, al pasar a situación de retiro.Los oficiales del cuerpo comando del Ejército Argentino a los que refiere este trabajo, pertenecientes a las armas de infantería, caballería, artillería, ingenieros y comunicaciones y las especialidades de arsenales e intendencia, iniciaron su formación básica como cadetes en el Colegio Militar de la Nación en 1979, egresando con el grado de subteniente el 7 de abril de 1982. Posteriormente realizaron sus carreras como oficiales subalternos en unidades operativas de su arma y en academias militares como cursantes e instructores (por ejemplo: escuelas de armas, Escuela Superior de Guerra, Escuela Superior Técnica, Escuela Militar de Montaña, entre otras). Como oficiales jefes egresados de los cursos de la Escuela Superior de Guerra se integraron en Estados Mayores de Brigadas y ?eventualmente- fueron jefes o segundos jefes de unidades. Ya como oficiales superiores algunos alcanzaron el comando de una Brigada y/o conformaron sus Estados Mayores, desempeñaron diferentes cargos en el Estado Mayor General del Ejército o bien fueron designados como autoridades en las academias militares, entre otros cargos y destinos. Desde la formación básica hasta el pase a situación de retiro, la carrera un oficial está jalonada por instancias de evaluación permanentes (anuales en el destino, para el ascenso al grado inmediatamente superior, como cursante, etc.). Los resultados obtenidos en esas evaluaciones los posicionan en el orden de mérito de su Promoción, en la postulación para un ascenso y, más ampliamente, en la jerarquía de la Fuerza. En consecuencia, cada oficial dispone de una posición relativa en la jerarquía castrense. Incluso entre camaradas de una Promoción se distingue entre oficiales ?más antiguos? y ?más modernos? de acuerdo con el orden de mérito que ocupa cada uno en la misma. En este sentido puede afirmarse que la membresía a una Promoción genera fuertes solidaridades y lealtades entre sus miembros pero también competencia y rivalidad. El modo en que esas afinidades y conflictos son procesados por sus integrantes depende de lógicas y prácticas institucionales, de la producción de relaciones personalizadas, y de contingencias que inciden en el curso de las trayectorias profesionales individuales y colectivas por los miembros de una Promoción a lo largo de unos 35 o 40 años que es el tiempo en que idealmente se proyecta la carrera de un oficial desde su ingreso como cadete al Colegio Militar de la Nación hasta su pase a retiro como coronel, general de brigada o general de división. En el segundo año de estudios los cadetes elegían el arma en la cual desarrollarían toda su carrera militar. Para entonces cada cadete estaba posicionado en el orden de mérito de la Promoción y, de acuerdo con esa secuencia, se producía la elección. Quienes estaban localizados en el último tercio del orden de mérito tenían un margen de opción relativamente más restringido. A partir de ese año una parte importante de las actividades militares realizadas por los cadetes en el Colegio Militar de la Nación y en los ejercicios en el terreno se estructuraban en torno del arma de pertenencia: escuadrón de caballería, batería de artillería, compañía de infantería, de ingenieros y de comunicaciones. La membresía al arma, como decíamos arriba, determinará el curso su carrera hasta el grado de coronel inclusive, pues los generales formalmente no tienen adscripción a un arma. En suma, la membresía a la Promoción y arma configuran identidades que acompañan a un oficial en toda su vida como persona militar. Otro tanto sucedía con la incorporación a las especialidades de apoyo de combate: arsenales e intendencia. Por último ¿por qué centrarnos en la Promoción 113? La historiografía sobre la historia reciente de la Argentina ?véase: Marina Franco y Florencia Levín (2007)- considera a los gobiernos dictatoriales del autodenominado ?Proceso de Reorganización Nacional? de los años 1976-1983 como un objeto clave en el estudio de ese período debido a las implicancias sociales, económicas, políticas e ideológicas que estos imprimieron en la historia del Estado y de la sociedad argentina. Al mismo tiempo, desde las ciencias sociales se ha destacado que la crisis por colapso ?la expresión es de Guillermo O´Donnell- del ?Proceso? estuvo determinada por la derrota en la Guerra de Malvinas contra el Reino Unido, un acontecimiento que por amplio consenso se invoca para señalar el comienzo de la transición democrática. Ahora bien, colocar en foco de análisis trayectorias profesionales de oficiales del Ejército que iniciaron sus carreras en los años del ?Proceso? también podría llevarnos a indagar en otras promociones ?de la 110 a la 114- ¿por qué la 113 en particular? Porque posee un atributo social que la singulariza: una Promoción cuyos miembros ?un total de 238 de las armas y 43 de las especialidades- egresaron como subtenientes en comisión en el mes de abril de 1982, esto es, ocho meses antes de lo previsto debido a que el inicio de la guerra llevó a las autoridades militares de la época a dividirla en dos grandes grupos: uno integrado por subtenientes destinados a unidades que combatieron en las Islas Malvinas y otros en diferentes unidades en el continente.Las trayectorias de estos oficiales ofrecen un prisma para comprender las historias de jóvenes argentinos que eligieron ser militares en una época en la cual las Fuerzas Armadas gobernaban el país. Una Promoción recién egresada del Colegio Militar de la Nación que contó entre sus miembros algunos que vivieron como combatientes la experiencia de una guerra convencional contra una potencia como el Reino Unido. Una generación de oficiales que desarrollaron sus carreras profesionales prácticamente en su totalidad bajo gobiernos democráticos, subordinándose a la conducción de las autoridades políticas civiles democráticamente electas como no había sucedido a lo largo de más de cincuenta años en la Argentina; aunque también atravesaron por una grave crisis profesional en el Ejército ?los ?levantamientos carapintada?- entre 1987-1990 que tuvo consecuencias decisivas en el sistema político democrático de esos años. Hombres que se iniciaron como cadetes en escenarios de Guerra Fría, de conflictos vecinales en el Cono Sur y en plena vigencia de la Doctrina de la Seguridad Nacional; pero que como oficiales subalternos, jefes y superiores experimentaron a lo largo de tres décadas importantes cambios operados en democracia en la política de defensa nacional y la política militar entre fines del siglo XX y principios del XXI (tales como la pérdida de peso político y corporativo de las conducciones castrense en el Estado y la sociedad nacional, la significativa reducción del presupuesto de defensa y de las capacidades operativas de las Fuerzas Armadas, la separación entre defensa nacional y seguridad interior, las iniciativas de cooperación con militares de los países vecinos, la emergencia de las denominadas ?nuevas amenazas?, la masiva participación en misiones internacionales de paz y ayuda humanitaria, el pasaje del sistema de conscripción al de soldados voluntarios, la incorporación de las mujeres al cuerpo comando, entre otros).Para la realización de este trabajo, por un lado, nos serviremos principalmente de fuentes documentales oficiales o institucionales producidas por el Ejército, publicaciones periódicas editadas por esa Fuerza y el libro de Promociones Egresadas del Colegio Militar de la Nación; y, por otro, de recurso a entrevistas semi-estructuradas y en profundidad a miembros de la Promoción 113 definiendo criterios específicos para la construcción de una muestra representativa de individuos expresivos de diferentes armas y especialidades y de perfiles en el desarrollo de sus carreras militares.