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El norte de Mendoza se caracteriza por las condiciones generales de aridez/semiaridez y por la gran diferencia altitudinal existente entre las principales regiones físicas: montañas, piedemonte y llanura. En este contexto, el agua ha sido un recurso crítico para el asentamiento humano cuya disponibilidad estuvo condicionada por las variaciones climáticas, las que durante el Holoceno han producido alteraciones en la llanura anegadiza, con la consecuente expansión y retracción de los antiguos humedales. En el piedemonte precordillerano (700 msnm) y la planicie NE de la Travesía (500 msnm) -áreas donde se produjo un fuerte desarrollo urbano y rural en el último siglo- se registran asentamientos humanos desde hace aproximadamente 2000 años AP. Es justamente en la intersección del piedemonte y la planicie, que las investigaciones arqueológicas y de la historia ambiental indican la existencia de ocupaciones humanas en torno a antiguos humedales, hoy extintos. En base a estos antecedentes, el objetivo del proyecto CONICET PIP N° 11220130100826 Antiguos humedales de las tierras bajas del norte de Mendoza. Ocupaciones humanas durante el Holoceno Tardío, es analizar el asentamiento humano y las estrategias de explotación del ambiente en el área donde existieron extensas áreas de humedal, que fluctuaron en los últimos 2000 años, como la Gran Ciénaga del Bermejo y la del Plumerillo.La Ciénaga del Bermejo fue un extenso humedal que se desarrolló al este de la ciudad de Mendoza, desde tiempos prehispánicos hasta su desecación en la primera mitad del siglo XX. En este sector se concentraban las mejores tierras de cultivo del norte mendocino y como sucedió en América y Europa, este humedal fue drenado entre el siglo XIX y XX, en pos del avance económico y agrícola. Entre los años 2016 y 2018 se realizaron trabajos arqueológicos en el Museo Municipal Casa Molina Pico, predio ubicado entre la Ciénaga del Bermejo y el Canal Cacique Guaymallén, sector estratégico y apto para asentamiento dentro del ecosistema de humedal, ya que eran las tierras más altas y secas del área, lo que no permitió su afectación durante el crecimiento de la ciénaga entre los siglos XVII y XIX. Los resultados obtenidos de las excavaciones, el análisis de materiales y una datación radiocarbónica, permitieron definir sucesivas ocupaciones desde la colonia -mediados del siglo XVIII- hasta la actualidad, y en las cuales hay evidencia de explotación de recursos de humedal, como los peces, al menos hasta fines del siglo XIX.