?Terminar, comenzar, heredar: reescritura y subjetividad en Mi antagonista (1963)?

LAURA MACCIONI

Cordoba

Congreso; III Congreso Internacional El Caribe en sus literaturas y Culturas.; 2018

FFyH-UNC, CONICET, Red Katatay, UNLPam, UNLP

La cuestión que motiva mi lectura de los primeros textos del cubano Antón Arrufat (1935), es la de la revolución en tanto experiencia de la temporalidad, en tanto construcción de una conciencia histórica que, tras el acontecimiento revolucionario, redistribuye las relaciones entre pasado, presente y futuro. La revolución, en esta perspectiva, sería así no sólo un suceso que ocurre en el tiempo, sino también una revolución del tiempo. En este sentido, si bien esta cuestión del tiempo en relación al hecho revolucionario ha dado lugar a numerosos estudios acerca de las respuestas que los actores dieron a la pregunta acerca de cómo comenzar una nueva era, no menos cierto es que se ha prestado una atención escasa a otra pregunta igualmente acuciante: cómo seguir. Porque el puro presente que instaura la revolución, que a la vez efectúa el futuro anunciado, vuelve altamente problemática la relación con un orden que se da por acabado. En este contexto, ¿cómo tratar con el pasado, qué hacer con él?¿Cómo negociar los significados de la anterior experiencia histórica que habrán de admitirse en la nueva narrativa revolucionaria? Y también: ¿cómo forjar un hombre nuevo en el que, sin prescindir de su novedad, sean aún reconocibles los rasgos de la propia historia cultural cubana?En este marco de indagaciones, quiero detenerme en una novela breve publicada por Antón Arrufat en 1963, cuyo título es Mi antagonista.