CIECS   20730
CENTRO DE INVESTIGACIONES Y ESTUDIOS SOBRE CULTURA Y SOCIEDAD
Unidad Ejecutora - UE
congresos y reuniones científicas
Título:
La imagen social del viejo en torno a la enfermedad y la decadencia
Autor/es:
MAZZETTI CAROLINA
Lugar:
Córdoba
Reunión:
Seminario; VIII Seminario Regional (Cono Sur) ALAIC. Políticas, actores y prácticas de comunicación: encrucijadas de la investigación en América Latina; 2015
Resumen:
La producción de sentidos y de imaginarios sociales se genera en un permanente proceso de transformación, construcción y deconstrucción cultural que involucra la creación de modelos de subjetividad e identidad. En este marco prevalece una determinada imagen social de la vejez asociada a nociones que se constituyen mediante los elementos que prevalecen en una época y determinado contexto histórico. De esta manera es factible identificar valoraciones, significados y prejuicios que son reforzados desde el lenguaje -como así también rastrear sentidos negados- que se filtran en la publicidad y los medios de comunicación en general.Nunca hasta este tiempo histórico, la humanidad ha vivido el extraordinario fenómeno de un envejecimiento poblacional de semejantes características porque además de ser global, también es multigeneracional. Sin embargo, el fenómeno del envejecimiento no es ajeno a la utilización de eufemismos que intentan sustituir palabras que socialmente son consideradas ?ofensivas? o de "mal gusto". Si bien el envejecimiento constituye un proceso diferencial y multidimensional, los discursos imperantes no sólo no reflejan la diversidad de los modos de envejecer sino que además tienden a asociar el término de la vejez como sinónimo de enfermedad.Evidentemente la subestimación, discriminación y estigmas asociados a la vejez remiten a una imagen de deterioro conocida como viejismo. Como consecuencia se acrecienta la gerontofobia -entendida como el miedo a envejecer o el rechazo a los viejos- alimentando las ideas que refuerzan concepciones que asocian la juventud con la salud, la belleza y la productividad y, por oposición, a la vejez con la enfermedad y la decadencia. De esta manera se desencadena la desvalorización de todo lo que represente ser viejo porque nadie desea verse como frágil, improductivo o dependiente.