CIECS   20730
CENTRO DE INVESTIGACIONES Y ESTUDIOS SOBRE CULTURA Y SOCIEDAD
Unidad Ejecutora - UE
capítulos de libros
Título:
Sujeto, Ideología y Revolución en la obra de Louis Althusser
Autor/es:
VALENTÍN HUARTE; PEDRO SOSA
Libro:
Actas del Coloquio Internacional 50 años de Lire Le Capital
Editorial:
Editorial de la Facultad de Humanidades y Ciencias de la Educación de La Plata
Referencias:
Lugar: La Plata; Año: 2017; p. 327 - 340
Resumen:
En el presente artículo desarrollaremos el tratamiento que la noción de ?sujeto? recibe por parte de Althusser. En el primer apartado procuraremos mostrar el modo en que en el primer momento de la producción althusseriana, condensada en Para leer El Capital, el sujeto no está allí donde se lo busca, es decir en ?los individuos concretos?, en ?los hombres reales?, sino allí donde ya no puede ser concebido como ?sujeto? - i.e. en las estructuras, en las relaciones (de producción, políticas e ideológicas). Aquí Althusser destituye a los individuos concretos de su condición de sujetos constituyentes. En cambio, son constituidos por los lugares que ocupan y las funciones que soportan en la estructura de lo social. El sujeto como tal, en tanto instancia constituyente de la estructura social, estaría dado por las relaciones que definen y distribuyen esos lugares y funciones. Sin embargo, tales relaciones no pueden definirse bajo la categoría de ?sujeto? en la medida en que subjetcum, en tanto sustancia, es lo que es en sí mismo independiente de toda relación. En el segundo apartado, siguiendo el desenvolvimiento del pensamiento de Althusser, desarrollaremos la idea clave de los textos que se aglutinan en torno a Ideología y aparatos ideológicos de Estado, según la cual el sujeto, cuya constitución no puede simplemente explicarse por la sóla determinación de la estructura social, se constituye como efecto de la interpelación ideológica, precisando las notas esenciales de la Ideología en la reelaboración conceptual de que de esta noción hace el autor. La Ideología actúa produciendo sujetos, produciendo como efecto la representación de sí mismo como sujeto, esto es, proporcionándole al individuo la evidencia, supuesta antes que nada, de que él mismo es sujeto, es decir, un ser libre y autónomo, responsable, autor y constituyente. Aquí el concepto de sujeto aparece montado sobre una ambigüedad característica: por un lado, designa la autopercepción de sujeto, entendido como ?subjetividad libre?, subjectum; por otro lado, el individuo es sujeto en tanto sujeto a la ideología, sujetado. Frente a este desplazamiento, este rechazo, esta redefinición del sujeto, se levantaron muchas críticas. Algunas de ellas vinieron del mismo seno althusseriano. Muchos de sus propios discípulos -Badiou, Balibar, Rancière- y otros filósofos que pueden inscribirse dentro de la misma tradición de pensamiento -Laclau, Zizek- opusieron frente a la concepción del sujeto-efecto otra que prefirió entenderlo en términos de ruptura. Esta crítica obedeció a la siguiente motivación: si el sujeto se constituye como efecto de una ideología, si está determinado por la estructura social en la que se inscribe, entonces se obtura la posibilidad de una política en términos de práctica de trasformación social y de una subjetividad comprometida con tal práctica. Frente a esto, recuperando una polémica entre Althusser y Lacan al respecto de la pertinencia de la noción ?sujeto del inconsciente?, plantearon una concepción del sujeto definida en términos del lugar donde la estructura no cierra, donde rompe, donde se quiebra. Así se garantizaba la posibilidad de la política como acontecimiento disruptivo. Junto con el sujeto, Althusser habría matado la posibilidad de la política, de la transformación social, y sólo habría descifrado las claves de la reproducción social. Sin sujeto, no hay política: el dictum pos-althusseriano por excelencia.En tercer lugar, entonces, intentaremos mostrar, que la posibilidad de la política en términos de práctica transformadora del orden social dado no depende de la elaboración de una concepción de sujeto como ruptura, opuesta a la concepción del sujeto como efecto, tal como el pensamiento pos-althusseriano, en los nombres de Rancière, Balibar, Badiou, Laclau y Zizek, parece haber acordado. En todo caso procuraremos volver visible el hecho de que pensar al sujeto en términos de efecto, siguiendo a Althusser, no obtura la posibilidad de la ruptura o la transformación social, ni la de un sujeto comprometido (debemos decir, constituido) en esa práctica. Para ello esbozaremos, en los primeros apartados, un rodeo a través del modo en que Althusser desarrolla su concepción del sujeto como efecto, en su relación constitutiva con la estructura social y la ideología. Luego de eso, en el último apartado iremos al quid de la cuestión. Finalmente, ensayaremos una consideración hipotética acerca de las razones político-teóricas a las que obedeció el desplazamiento pos-althusseriano y de la importancia, en términos estratégico-políticos, que tiene la perspectiva de Althusser. (Aclaración: El ISBN consignado es provisorio hasta que salga publicado con un ISBN definitivo)