Moradas interiores y exteriores del Corpus Christi en Córdoba del Tucumán. Siglos XVIII y XIX

ANA MARÍA MARTÍNEZ DE SÁNCHEZ

Lo sagrado y lo profano en la fiesta de Corpus Christi

UNAM e Instituto de Ciencias Sociales y Humanidades, Benemérita Universidad Autónoma de Puebla

Lugar: México-Puebla; Año: 2008; p. 93 - 109

La festividad del Corpus Christi, adquirió en América un especial significado ya que, además de celebrar un hecho fundamental de la fe católica, debía atraer a ella a los pueblos que se quería evangelizar. Era necesario, por tanto, concitar el interés de los creyentes y lograr su participación, activa (como danzantes, instrumentistas o artesanos en algún rubro) o pasiva, como espectadores del hecho religioso, aunque ésta es una categoría que puede ser relativa por cuanto también quien percibe desarrolla un tipo de actividad. Para lograrlo se conjugaron una serie de elementos expresivos: música, danza, cantos, fuegos artificiales, vestuario, luces, sombras y palabras, para lograr la adoración que se perseguía. La celebración del Corpus tuvo rasgos similares en toda la América hispana, con matices dados por las características de cada ciudad, fundamentalmente si eran o no sede de obispado. Al serlo, el Corpus estaba contemplado en el ceremonial de las consuetas y ordos catedralicios. Interesa el caso de Córdoba del Tucumán, ciudad fundada en 1573 como parte del Virreinato del Perú, cuya primera cofradía de la que se tiene noticias es, precisamente, la del Santísimo Sacramento, mientras que la última que se creó en el período colonial fue la del Alumbrado y Vela, íntimamente relacionada con la anterior.