ISES   20394
INSTITUTO SUPERIOR DE ESTUDIOS SOCIALES
Unidad Ejecutora - UE
libros
Título:
Matices Interdisciplinarios en Estudios Fitolíticos y de otros Microfósiles
Autor/es:
KORSTANJE, MARÍA ALEJANDRA; BABOT, MARÍA DEL PILAR
Editorial:
British Archaeological Reports (BAR), John and Erica Hedges Ltd.
Referencias:
Lugar: Cambridge, Reino Unido (UK); Año: 2008 p. 218
ISSN:
978 1 4073 0237 9
Resumen:
LATINOAMÉRICA Y LA TRADICIÓN DE ESTUDIOS FITOLÍTICOS Los estudios fitolíticos son interdisciplinarios desde sus inicios en el siglo XIX y han involucrado a investigadores de diversas áreas como Biología, Arqueología, Ciencias Agrícolas, Geología, Pedología y Paleontología. La escuela Sudamericana surgió tempranamente de la mano de Joaquín Frenguelli (1925, 1930, 1955) y más específicamente tomó impulso gracias a la labor de Hetty Bertoldi de Pomar (1969a, 1969b), quien investigó los sedimentos fluviales y continentales argentinos desde mediados del siglo pasado. Pero fue recién en 1999 cuando un grupo de investigadores argentinos y uruguayos visualizó la necesidad de organizar reuniones periódicas sudamericanas en torno al estudio de los fitolitos. Desde entonces, se han hecho grandes esfuerzos para desarrollar la disciplina y experiencias de intercambio con otros grupos en el mundo, incluso en situaciones socioeconómicas altamente desventajosas para la práctica científica latinoamericana. De esta manera, la visión desde el sur y sus propias alternativas metodológicas tuvieron la oportunidad de aportar al enriquecimiento mundial de los estudios fitolíticos ampliándolos a nuevas áreas y problemas. Así, las dos primeras reuniones, denominadas “Encuentro De Investigaciones Fitolíticas del Cono Sur” (EIF) (1ero y 2ndo) se desarrollaron dentro de la órbita de las temáticas relativas al extremo meridional de América, mientras que el tercero de ellos, organizado por el grupo de la Universidad Nacional de Tucumán que edita este libro, incluyó a toda Latinoamérica. El último evento se propuso, además, constituir un ámbito para divulgar y compartir experiencias con colegas de todo el mundo, quienes hicieron sus aportes desde Australia, China, EEUU, Suiza y Sudáfrica. ¿Qué diferencia a estos encuentros de aquellos internacionales sobre estudios fitolíticos, conocidos como “International Meeting On Phytolith Research” (IMPR) (1ero a 6xto) que periódicamente organiza la Society for Phytolith Research? En primer lugar, las mayores posibilidades reales de acceso de todos los investigadores e investigadoras latinoamericanos a los mismos, dado que estos encuentros se organizan en nuestros países, con menores costos y distancias, permitiendo el acceso de todos aquellos colegas que trabajan en el tema -sea de modo central o periférico-, y también la participación de estudiantes u otros asistentes de las disciplinas conexas. Tanto los investigadores jóvenes como los estudiantes que están formándose mejoran, de este modo, sus posibilidades de discutir los avances de investigación sea con los profesionales del medio como con aquellos que vienen de otros países, y se les posibilita el establecer contactos que les permitan ahondar sus estudios de un modo entusiasta. En segundo lugar, la lengua oficial es nuestra lengua, el español, lo que nos facilita la comunicación precisa y afinada que requiere este tipo de estudios. No obstante, en las ocasiones en que se han desarrollado estos encuentros, se han previsto alternativas de traducción simultánea para los colegas no hispano-hablantes, los cuales son especialmente bienvenidos dado que nos enriquecen con su presencia y su participación. En tercer lugar, pero en el mismo orden de importancia, estos encuentros nos permiten mantener la visibilidad de una tradición científica particular, generada en el ámbito latinoamericano. Sobre esto queremos detenernos un instante para hacer una aclaración: la nueva globalización, como proceso multi-dimensional en el que nos encontramos ha traído consecuencias positivas y negativas para la ciencia y el trabajo de los científicos. No es nuestra idea desarrollar este tema en profundidad aquí, sino sólo marcar, desde nuestra experiencia como productoras de conocimiento científico que dicho fenómeno conlleva un proceso negativo de pérdidas identitarias. Así como la diversidad biológica es un bien que todos entendemos importante mantener, también lo es la diversidad cultural, dado que implica la posibilidad de diferentes respuestas ante un mismo problema. Del mismo modo, la ciencia -entendida como un aspecto más de la cultura- requiere que se mantenga el respeto identitario a los abordajes locales de problemáticas que pueden ser tanto de interés local como mundial. Solo así podremos mantener las ventajas comparativas que los avances en las comunicaciones nos han brindado como resultado de esta globalización. Sólo en un marco de igualdad y respeto mutuo por las producciones científicas locales, podremos enriquecer nuestro conocimiento. De lo contrario, nos veremos obligados a citar y reproducir solamente los conocimientos que proceden del “mundo central”, que muy pocas veces dirige su mirada hacia la producción de la periferia. En ciencia esto es algo cada vez más notorio y necesario de corregir. Por ello, mantener la identidad de la producción latinoamericana, pero llevarla a la vez, a la dimensión global del conocimiento, ha sido el objetivo del grupo de trabajo que organizó el 3er EIF en Tafí del Valle, Tucumán, Argentina en el año 2005, y cuyos resultados parciales hoy exponemos a nuestra región y al mundo. ESPÍRITU DEL LIBRO En consonancia con lo que hemos mencionado en párrafos anteriores, se encuentra nuestra voluntad y decisión de publicar dieciocho capítulos en una serie de distribución internacional, como lo es BAR International Series. Sin embargo, hemos manteniendo abierta la opción de los autores de escribir sus contribuciones en inglés o en español, aprovechando la posibilidad brindada por los editores de Oxford, la cual agradecemos. Esta posibilidad no ha sido aceptada por las otras editoriales indagadas, por lo que es más destacable aun el gesto y la voluntad de BAR de expandir la estrecha noción inglés-céntrica del uso del lenguaje científico. Notamos que aún en un ámbito de producción de conocimiento tan específico y relativamente acotado en el número de sus especialistas, como lo es el estudio de microfósiles, el idioma constituye una barrera para conocer la producción científica que es publicada en contextos de habla no-inglesa y más aún si los artículos son escritos en lenguas diferentes al inglés. Hemos intentado compensar parcialmente esta carencia a través de la modalidad y lugar de publicación seleccionados. Por otro lado, agradecemos a los autores de habla no-española por mantener sus contribuciones en nuestro libro, aún cuando éste reúne mayormente casos de estudio efectuados en contextos sudamericanos y/o escritos en lengua española. Incluimos aquí un agradecimiento especial a James Coil, quien ha controlado las traducciones al inglés de los resúmenes, para asegurarnos de que la audiencia internacional tenga acceso a abstracts de buena calidad. La traducción del Prefacio al inglés fue realizada por María A. Maidana, Virginia E. Hawkes, Jorge A. Abboud y María R. Bennasar. Dejamos aquí también nuestro agradecimiento a ellos. A lo largo del proceso de preparación del libro, el idioma también nos ha constreñido en otros aspectos, aunque de manera no determinante. Nuestra intención original fue la de someter a un doble referato -global y regional- a todos los artículos, invitando en cada caso, además, a evaluadores especialistas en el campo de los microfósiles y en sus variadas aplicaciones interdisciplinarias. En otras palabras, cada artículo sería evaluado por un par regional y otro global, donde uno de estos sería especialista en microfósiles y el otro en la problemática interdisciplinaria que tratara el artículo en cuestión. A nuestro juicio, esta modalidad de conformación de los pares de evaluadores permitiría, por un lado, divulgar los resultados fuera del ámbito estricto del campo de los microfósiles y, por otro lado, someter a criterios internacionales la producción que procede de las instituciones sudamericanas. Sin embargo, ha sido una ardua tarea lograr la colaboración de evaluadores que, por un lado cumplieran con el criterio de pertinencia en la especialidad y por el otro pudieran leer y a la vez efectuar una crítica sobre artículos escritos en español. Asimismo, en algunos casos, nos hemos colocado gustosamente en el papel de intermediarias en la comunicación entre autores y evaluadores que eran hablantes nativos de lenguas diferentes al español, pero que igualmente accedieron a leer y criticar artículos escritos en idiomas que no les eran propios. A pesar de haber notado esta limitación durante la evaluación de las contribuciones, de todos modos agradecemos a todos aquellos que aún sin poder concretarlo, mostraron su intención de colaborar y, de manera especial, a quienes finalmente pusieron su trabajo y entusiasmo en revisar y evaluar cada uno de los artículos que aquí presentamos. Más allá de las barreras idiomáticas y, ampliando la intencionalidad de tal sistema de referato cruzado, podemos decir que nuestra propia experiencia en el campo de los estudios de microfósiles nos ha mostrado que mucha de la producción específica en el tema sólo circula en el ámbito más estrecho de la disciplina (digamos, los “fitolitólogos”). Y que rara vez estos resultados son accesibles o solicitados por los profesionales de las disciplinas de origen a cuyo ámbito general contribuye la producción sobre microfósiles, ya sean estos geólogos, arqueólogos, biólogos, etc. Esto nos ha motivado a diseñar y monitorear el proceso de evaluación de los artículos de tal manera que fuera riguroso y a la vez tuviera lecturas cruzadas. No ha sido un camino fácil de transitar para los diferentes actores que intervinieron en ello, pero en todos los casos hemos notado una apertura y buena voluntad por parte de  profesionales que aún sin pertenecer al ámbito más estricto de los estudios de microfósiles, han evaluado la producción en términos de su significado para el conocimiento en las disciplinas genéricas (Geología, Arqueología, Biología, etc.). En este sentido, ha habido una ida y vuelta entre los evaluadores y los autores en pos de hacer más accesibles o destacar mejor las implicancias de los resultados. Diríamos que de este modo hemos dado un pequeño paso adelante para “romper la inercia” de la “hiper-especialidad” en la que caemos cuando nos movemos dentro de nuestros campos más específicos de actividad. Los evaluadores fueron anónimos para los autores durante todo el proceso de revisión de los artículos. Algunos de ellos prefirieron mantener tal carácter también en la publicación. Estos proceden de diversos campos: Arqueobotánica y otras especialidades en Arqueología; Fisicoquímica, Antropología Biológica; Pedología y otras especialidades en Geología; Paleobotánica, Palinología, Micropaleontología y otras especialidades en Biología. La procedencia científica de los árbitros coincide con lo que para nosotras constituye otra virtud de este volumen, la que además, le da su nombre, y es la integración disciplinaria. Consideramos que el texto muestra con éxito la conjunción de investigadores de áreas temáticas diferentes en los estudios fitolíticos. Los autores incluyen especialistas en Ciencias de la Tierra, Biología, Ecología, Arqueología, Ciencias del Suelo, Odontología y Oceanografía, y pertenecen a una gran variedad de instituciones. Esto hace visible la clara intención de expandir los estudios de microfósiles a los campos más variados de la ciencia y a un auténtico trabajo transdisciplinario. Finalmente, en este proceso de correr límites y expandir fronteras en las investigaciones aplicadas sobre microfósiles, consideramos especialmente importante a la inclusión de los conjuntos de otros micro partículas (granos de almidón, diatomeas, crisoficeas, etc.) que han demostrado sus posibilidades de actuar como líneas de evidencia independientes a los fitolitos y, a la vez, de complementarlos a los fines de expandir las inferencias de los resultados. ESTRUCTURA Y COMENTARIOS SOBRE EL LIBRO Los artículos se organizan en seis grupos conceptuales. En la primera sección, los autores evalúan el desarrollo de la disciplina en Sudamérica, y discuten las perspectivas futuras para todo el hemisferio sur. Los trabajos de la segunda sección examinan el proceso natural y cultural que puede afectar el registro microfósil a través de casos de estudio de Australia y Argentina, así como algunas nuevas técnicas y preguntas de laboratorio. En la tercera sección se estudian especies productoras de silicofitolitos en el presente. La cuarta sección hace foco en los problemas regionales de ambientes antiguos y actuales, así como en el impacto que los fitolitos pueden tener en su estudio. Esta parte del volumen reúne artículos de regiones muy diferentes en América tales como México, Argentina y Uruguay. En la quinta sección, continuamos evaluando los ambientes regionales pero ahora desde la perspectiva de los paisajes culturales en Perú y Argentina. Finalmente, en la sexta sección volvemos la mirada a los casos arqueológicos de procesamiento, almacenamiento y consumo, a través de residuos en distintos tipos de instrumentos, como artefactos cerámicos, líticos y de molienda y del estudio de restos humanos en Colombia y Argentina. En el tema PASADO Y FUTURO DE LOS ANÁLISIS FITOLÍTICOS, consideramos que toda actividad científica, sea institucional o disciplinar se enriquece enormemente cuando se conocen los orígenes y el derrotero de las mismas (Bertranou 2004). Hay diversas formas de historiar una actividad particular -líneas cronológicas o “crónicas”; o historias reflexivas, críticas y contextualizadas dentro de otros problemas de la ciencia o el conocimiento-, que no sólo permiten de algún modo brindar un homenaje a los precursores, sino organizar en etapas las diversas líneas de conocimiento que se han ido incorporando. Por otra parte, nos permiten comenzar a caracterizar las particularidades de este conocimiento generado en Latinoamérica, y ver si es posible identificar una “escuela Sudamericana” en estudios fitolíticos. En ese sentido, es importante poder contar en este volumen con el trabajo de Alejandro Zucol, Mariana Brea y Esteban Passegi, “Los Estudios Fitolíticos en América del Sur, una Visión Retrospectiva”. Los autores citados tienen el mérito de iniciar una cronología histórica de esta especialidad en el mundo y sus seguidores en cada uno de los países latinoamericanos donde se registran trabajos realizados en fitolitos. Este trabajo ordenando autores y avances científicos es importante como primer puntapié para una historia disciplinar, y sobre todo para poder situar, como decíamos más arriba, lo temprano de las investigaciones fitolíticas en América del Sur, respecto a otros lugares del mundo Este primer panorama histórico de la disciplina nos ayudará no sólo a ubicarnos y ubicar a nuestra especialidad en este momento histórico con sus alcances y limitaciones, sino a reflexionar acerca de las orientaciones y puesta en práctica de la misma para futuras generaciones. Dentro del tema TAFONOMÍA Y TEMAS DE LABORATORIO, consideramos que no es sólo la concepción teórica de la disciplina lo que puede dar la pauta de una tendencia académica, sino que son sus aspectos técnicos y clasificatorios los que también nos sitúan en una perspectiva latinoamericana. Esto, en tanto los contextos de producción tecnológica de nuestras universidades y centros de investigación, están siempre unos pasos detrás (a veces muchísimos pasos detrás) de los estándares de los laboratorios centrales. A pesar de que esto es una evidente desventaja en términos de producción, tiene una consecuencia no esperada, pero altamente valorada en el mundo entero, cual es la creatividad en el laboratorio y en el campo de los científicos que trabajamos en la periferia. Más que seguir protocolos estandarizados, nuestros investigadores deben poner a prueba una y otra vez su inventiva para conseguir los mismos resultados con menor equipamiento, e incluso con insumos alternativos de más fácil alcance Natalia Borrelli, Margarita Osterrieth y Marta Cabello, en su “Estudio Preliminar de la Degradación de Fitolitos de Gramíneas. Experimentación In Vitro”  nos presentan un primer aspecto de esta realidad, que es el aspecto tafonómico de la degradación de la sílice, sobre el cual poco se ha investigado en nuestra especialidad en los últimos tiempos. Las autoras de este modo hacen una contribución al conocimiento del ciclo biogeoquímico de la sílice en los ecosistemas de praderas, explicitando en su experimentación, la potencialidad de los silicofitolitos de gramíneas para la liberación de sílice al medio a partir de su degradación. Dentro de la temática de laboratorio, el artículo de M. Fernanda Álvarez, Natalia Borrelli y Margarita Osterrieth, “Extracción de Silicobiolitos en Distintos Sedimentos Utilizando Dos Técnicas Básicas”, vuelve a ser importante a los objetivos de este volumen debido a que muestra la necesidad de adaptar técnicas y protocolos a realidades locales, en este caso, los característicos suelos loéssicos pampeanos. En ese sentido, si bien es un primer avance, ambos artículos constituyen no sólo un aporte inicial al conocimiento de la tafonomía de los fitolitos sino a las áreas específicas donde diversos investigadores pampeanos los recuperarán. El trabajo de Alejandro Zucol y Daniel Loponte, “Análisis Comparativo Metodológico y Estudio de la Abundancia Fitolítica en Tártaro de Dientes Humanos de Sitios Arqueológicos de la Provincia de Buenos Aires, Argentina”, constituye un aporte interdisciplinario entre botánicos y arqueólogos. En este caso, se suma al ensayo metodológico para concentrar la mayor cantidad de fitolitos posibles, comparando diferentes metodologías, un interesante abordaje de comparación cuali-cuantitativa de las piezas dentales de una misma mandíbula para observar la variabilidad de depositación de estos restos de acuerdo a la mecánica masticatoria de los individuos. Cerrando esta temática, el grupo australiano, Jeffrey Parr, Geoffrey Kerr, John Arthur y Kathryn Taffs, presentan “El Impacto del Fuego en Turberas del Noreste de NSW, Australia: Implicancias para la Interpretación de los Conjuntos de Microfósiles y las Historias de Incendios”. Este artículo nos muestra cómo el uso de la analogía es necesario tanto en estos contextos en los cuales el objetivo es la reconstrucción paleoambiental con o sin la presencia antrópica como factor de cambio, como en aquellos casos que abordan las dinámicas actuales de formación y transformación del registro microfósil -desde perspectivas tafonómicas de campo y laboratorio- para generar modelos acerca de cómo es posible rastrear estos cambios en el pasado. Por tanto, consideramos que este tipo de enfoques son altamente valiosos para la producción de conocimiento mientras puedan ser usados en la generación de hipótesis e indicadores materiales cuyas manifestaciones deberán ser recabadas rigurosamente. Desde luego, el grado de validez de las comparaciones entre análogos, depende en una medida importante de la “proximidad” que pueda ser establecida entre ellos. En ese sentido, se inscribe en la línea de los dos trabajos ya citados arriba (aunque con mayor desarrollo) y el de Fernández Honaine et al., que comentaremos a continuación. En el tema ESTUDIOS ACTUALES Y DE TAXONOMÍA EN FITOLITOS, consideramos que otro ejemplo de investigación en laboratorio para una adaptación de los resultados generales a las particularidades regionales y locales es el artículo de Mariana Fernández Honaine, Verónica Bernava Laborde, y Alejandro Zucol, “Contenido de Sílice en Gramíneas del Pastizal Nativo del Sudeste Bonaerense, Argentina”. Los autores realizan un estudio de concentración de sílice en gramíneas de la Provincia de Buenos Aires, para determinar si existen diferencias a nivel de subfamilia, específico o intraespecífico entre individuos que crecen en distintas áreas de la zona de estudio. Además de ser uno de los primeros análisis del contenido de sílice en gramíneas en la zona, tiene la importancia de explorar las relaciones de acumulación de sílice en las plantas, no desde el punto de vista fisiológico sino con controles estadísticos. Coincidimos con los autores, además, que la información generada en este tipo de abordaje resulta también importante para la comprensión de la incorporación de sílice biogénica al ambiente. Aquí debemos hacer un comentario que, si bien responde a esta temática es válido para todo el volumen. La taxonomía es un tema que no puede separarse de las clasificaciones que dan cuenta de ella. Así, la historia de los estudios fitolíticos ha proporcionado una gran variedad de clasificaciones, lo cual ha llevado a múltiples discusiones y reuniones para lograr una unificación. Dentro de éstas, muchos investigadores sudamericanos han hecho uso recurrentemente de la clasificación que hiciera tempranamente H. Bertoldi de Pomar (1971). No obstante ello, en la actualidad hay cierto consenso en comenzar a utilizar el código ICPN (2005) por su carácter internacional. Uno de los problemas que tal código tiene para su uso en español, es que no está hecho el glosario que traduzca oficialmente la terminología que hoy está publicada sólo en inglés (y los sinónimos para algunos de ellos pueden ser múltiples de acuerdo a en qué lugar de Latinoamérica se los traduzca). De todos modos, en esta ocasión, y si bien varios árbitros insistieron en que se adecuaran las clasificaciones usadas en los artículos al código ICPN, los autores y las editoras coincidimos que dado que este volumen surge de un congreso anterior a la publicación de tal código, no era posible para todos realizar las modificaciones con la suficiente madurez que el uso de un nuevo instrumento requiere. Siguiendo el orden de presentación, cuando nos encontramos con el tema AMBIENTES REGIONALES Y PALEOECOLOGÍA, notamos que este sigue siendo un tema que concilia el interés de una gran cantidad de autores. En este caso veremos que, en parte, las diferencias de enfoques en el abordaje de los ambientes naturales y antropizados se vinculan con el campo de origen de los investigadores sobre microfósiles; esto es, si proceden de las ciencias de la tierra, biológicas, o sociales, por ejemplo, y de su grado de proximidad con la naturaleza de las preguntas puntuales que son abordadas. Así, el efecto antrópico es evaluado en mayor profundidad en aquellos casos de estudio que parten de una pregunta acerca del impacto humano sobre el medio -generalmente una pregunta arqueológica-, en los cuales el ambiente -en proceso de cambio o en situaciones de relativa estabilidad- es el escenario en el que estos impactos antrópicos tienen lugar. Por su parte, una acabada comprensión de los procesos naturales ocurre en aquellos abordajes que parten de una perspectiva de tipo geológico-ambiental, aun cuando el escenario que se analiza esté constituido por sitios arqueológicos. Las variantes de enfoques también dependen de los derroteros particulares que la historia de las investigaciones locales y regionales han seguido -es decir, sus tradiciones científicas- y del grado de integración que se ha logrado entre las preguntas y metodologías. En este caso, presentamos situaciones donde el abordaje de los paleoambientes desde la óptica del estudio de los microfósiles busca integrar la gente a las dinámicas ambientales durante el Cuaternario centro-sudamericano. Esto es ilustrado en el artículo de Emily McClung de Tapia, Héctor Cabadas-Báez, Ernestina Vallejo-Gómez, Jorge Gama-Castro, Elizabeth Solleiro-Rebolledo y Sergey Sedov, “Fitolitos como Indicadores de Paleosuelos y Vegetación de Pastizal del Valle de Teotihuacan, México” y en el de Laura del Puerto, Hugo Inda y Felipe García-Rodríguez, “Reconstrucción Paleoambiental para el Holoceno Medio y Tardío en la Cuenca de la Laguna Negra: el Aporte de los Indicadores Biosilíceos”. McClung de Tapia et al. desarrollan un estudio paleoambiental a partir de los conjuntos de silicofitolitos de especies de Poaceae recuperados de perfiles pedológicos del Valle de Teotihuacan, México. En el trabajo se controlan los registros fitolíticos de los suelos de acuerdo con su posición en el paisaje a fin de estudiar la variabilidad espacial de los mismos a nivel regional y sub-regional, así como sus fluctuaciones durante los últimos 22.000 años. Los autores establecen a modo de hipótesis, cuatro momentos de cambio ambiental hasta el presente y postulan la ocurrencia de impacto antrópico en el área, el cual debe ser mejor controlado a futuro. Del Puerto et al. proponen un modelo paleoambiental para la cuenca de la Laguna Negra en el Sudeste de Uruguay, desde el Holoceno Medio hasta el presente. Exponen la información paleolimnológica referente al desarrollo trófico, cambio climático y variaciones del nivel marino del área de estudio, la cual es producida a partir de cambios registrados en múltiples indicadores. Éstos incluyen el análisis de materia orgánica, carbonatos, diatomeas y silicofitolitos, resultando los dos últimos de gran potencial para identificar cambios paleoambientales en sistemas acuáticos. Se identifican eventos transgresivos y regresivos, así como índices de temperatura y humedad que permiten establecer tres momentos en las variaciones climáticas del área. Las secuencias paleoambientales en lugares con ocupaciones arqueológicas son abordadas en el trabajo de Margarita Osterrieth, Gustavo Martínez, María Gutiérrez y Fernanda Álvarez, “Biomorfos de Sílice en la Secuencia Pedosedimentaria del Sitio Arqueológico Paso Otero 5, Buenos Aires, Argentina”. Aquí se estudian los conjuntos de silicobiolitos recuperados de este sitio arqueológico, de relevancia para la comprensión de los procesos culturales y naturales ocurridos durante los últimos 10.450 años en el área pampeana argentina. La secuencia estratigráfica, que abarca desde la transición Pleistoceno-Holoceno al Holoceno Tardío es analizada en sus variaciones en las abundancias totales y representaciones relativas de silicofitolitos para establecer dos momentos principales en cuanto a las condiciones ambientales, los cuales se sitúan antes y después de los 10.450 años AP. A su vez, para el segundo bloque temporal se definen sucesivas variaciones que indican la ocurrencia de cambios ambientales rápidos en las llanuras durante la transición Pleistoceno-Holoceno y en el Holoceno Tardío. Se sugieren algunos efectos de la intervención antrópica en el sitio, los cuales pueden ser abordados en mayor profundidad en futuros estudios.    Aquellos artículos que abordan los paleoambientes en tiempos geológicos más remotos, como en el caso de las contribuciones de Mariana Brea, Alejandro Zucol, María Sol Raigemborn y Sergio Matheos, “Reconstrucción de Paleocomunidades Arbóreas Mediante Análisis Fitolíticos en Sedimentos del Paleoceno Superior-Eoceno? (Formación Las Flores), Chubut, Argentina” y de Margarita Osterrieth, Roberto Violante y Natalia Borrelli, “Silicofitolitos en Sedimentos de Testigos Marinos de la Región Norte de la Plataforma Continental Argentina”, carecen de los problemas antes mencionados sobre “el ruido” del efecto antrópico, pero se enfrentan más crudamente a las limitaciones del uso de análogos modernos. Brea et al. plantean la reconstrucción de paleocomunidades arbóreas del Paleoceno Superior-Eoceno? de Chubut, en la Patagonia argentina. Los autores analizan los registros de silicofitolitos observados en los sedimentos atribuidos a este momento, y contemporáneos al desarrollo de un importante ciclo fluvial, en términos de las “asociaciones fitolíticas” en las que éstos se presentan. A partir de un manejo cauto de análogos modernos, se propone la ocurrencia de una paleovegetación correspondiente a dos variantes de bosques tropicales a subtropicales húmedos. Osterrieth et al. indagan en una temática poco explorada desde el campo de los silicofitolitos, tal cual es la dinámica de formación del registro de estas partículas en plataformas continentales bajo condiciones de exposición subaérea. El caso de estudio aborda los paleosuelos formados en la plataforma continental argentina contemporáneamente a la regresión ocurrida durante la última glaciación, correspondientes al límite Pleistoceno-Holoceno. Este capítulo constituye un aporte sumamente original del libro puesto que muestra de qué manera la presencia, características, estados y biogeoquímica de silicofitolitos permiten evaluar la magnitud de los procesos pedogenéticos, erosivos y morfodinámicos ocurridos en plataformas continentales que se encuentran actualmente sumergidas.   En el tema AMBIENTES REGIONALES, ECOLOGÍA HUMANA Y AGRICULTURA, la presencia humana como factor de cambio y formación del registro microfósil es analizada desde un lugar central en los artículos de Alejandra Korstanje y Patricia Cuenya, “Arqueología de la Agricultura: Suelos y Microfósiles en Campos de Cultivo del Valle del Bolsón, Catamarca, Argentina” y de Alexandre Chevalier, “Adaptaciones Humanas en los Andes Centrales en el Holoceno Temprano: La Contribución de los Fitolitos”. El primero es un aporte al análisis múltiple de microfósiles, desde los campos de cultivo mismos. En este caso, los fitolitos constituyen una de las señales analizadas y es notorio cómo esta señal se convierte en complementaria de otras (por ejemplo almidones, materia orgánica etc.) en la información que puede proveer para la comprensión de las prácticas agrícolas mismas. El trabajo de Chevalier presenta una investigación sobre la explotación humana de dos ecosistemas en los Andes Centro-Sur, situados en la costa y el altiplano peruano, durante el Holoceno Temprano y Medio. El estudio de silicofitolitos en dos sitios arqueológicos permite al autor evaluar de manera preliminar el uso de las plantas por parte de los grupos cazadores-recolectores-pescadores del área, los cuales han sido tradicionalmente estudiados desde sus manifestaciones líticas y zooarqueológicas. En este sentido, el artículo constituye un aporte original a la comprensión de los procesos relacionados con las ocupaciones humanas en los Andes Centro-Sur, e incluye además, algunos resultados inquietantes acerca del manejo temprano (ca. 8500 años AP) de plantas domésticas por parte de los grupos costeños. Tal como podemos apreciar en este volumen, el PROCESAMIENTO, ALMACENAMIENTO Y CONSUMO: MICROFÓSILES EN ARTEFACTOS Y SERES HUMANOS, constituye otra área de investigación que está suscitando gran cantidad de trabajos y despertando interés, sobre todo por parte de arqueólogos y arqueólogas. Así como señalamos para otras secciones del libro, también en este caso, el razonamiento analógico es empleado en la reconstrucción de prácticas de procesamiento,  almacenamiento y consumo -a una escala más puntual-, mediante el estudio de residuos de uso en artefactos arqueológicos y restos humanos, respectivamente. Los artículos de Alejandro Zucol, Mariana Brea y Diana Mazzanti, “Análisis de Restos Orgánicos Presentes en Cerámicas Arqueológicas de las Sierras de Tandilia (Provincia de Buenos Aires, Argentina)” y de M. del Pilar Babot, Patricia Escola y Salomón Hocsman, “Microfósiles y Atributos Tecno-Tipológicos: Correlacionando Raederas de Módulo Grandísimo con sus Desechos de Talla de Mantenimiento en el Noroeste Argentino”, sobre artefactos líticos destinados a la siega y/o trilla, respectivamente, indagan en los comportamientos culturales que pueden ser inferidos a partir del registro de microfósiles contenido en estos materiales. Zucol et al. estudian la cerámica arqueológica de grupos cazadores-recolectores tardíos (ca. 1000 años AP en adelante) del Área Pampeana argentina desde una perspectiva metodológica original. Ésta propone alternativas para estudiar a los contenidos de microfósiles como indicadores de manufactura y uso. El trabajo de Babot et al. explora dos aspectos de raederas líticas de gran tamaño recuperadas en sitios agropastoriles del Noroeste argentino, posteriores a los ca. 2000 años AP. Por un lado, los residuos de uso identificados por los autores en estos artefactos permiten postular la siega y/o trilla local de especies domésticas de Chenopodiáceas, en un ámbito en el cual la evidencia directa de cultivo procedente de campos no está aún disponible. Por otro lado, se indaga en una hipótesis técnico-tipológica que propone la vinculación de ciertos desechos de talla con el mantenimiento de las raederas, lo cual puede ser corroborado a partir de la coherencia de los residuos de uso en ambos casos. Los trabajos de Gerardo Tassara y Margarita Osterrieth,  “Silicofitolitos en Artefactos de Molienda de Sitios Arqueológicos del Área Interserrana, Buenos Aires. Un Estudio Preliminar” y de Alejandro Zucol y Mariano Bonomo, “Estudios Arqueobotánicos del Sitio Nutria Mansa 1 (Partido de General Alvarado, Provincia de Buenos Aires): II. Análisis Fitolíticos Comparativos de Artefactos de Molienda”, hacen foco más en las “señales” del entorno del sitio y del entorno ambiental que pueden quedar en los artefactos arqueológicos, que en los restos del uso de los mismos. Tassara y Osterrieth analizan la presencia de silicofitolitos en artefactos de molienda arqueológicos recuperados en superficie en el Área Pampeana argentina. Efectúan una caracterización cuali-cuantitativa y de estado de preservación de los mismos, lo que constituye una base preliminar a partir de la cual trabajos futuros deberán identificar los recursos vegetales procesados. Asimismo, los autores identifican en las muestras extraídas componentes minerales que pueden asociarse a la roca de origen y a sedimentos loéssicos que constituyen la matriz de los sitios. Zucol y Bonomo también estudian artefactos de molienda arqueológicos procedentes de la misma área que en el caso anterior, pero claramente atribuidos a niveles estratificados del Holoceno Tardío (ca. 2.700-3.100 años AP). En este trabajo, se comparan cuali-cuantitativamente los contenidos de silicofitolitos de los instrumentos y la matriz sedimentaria sin poder establecer diferencias netas entre ellos. Sin embargo, el estudio de otros indicadores recuperados junto a los silicofitolitos, permiten a los autores plantear futuras líneas de indagación acerca de los residuos de uso de las piedras de moler. Por último, el trabajo de Diana Ramírez Ríos, Andrés Ricardo Otálora Cascante y Ricardo Parra Giraldo, denominado “Identificación de Fitolitos en el Cálculo Dental de Individuos Prehispánicos del Valle del Río Cauca, Colombia”, propone evidencias de consumo humano que nos remiten a la dieta de la gente, tal como ésta puede ser seguida a partir de los fitolitos entrampados en cálculos dentales de poblaciones prehispánicas de la actual Colombia. Aquí es interesante marcar que se trata de un equipo interdisciplinario de odontólogos y arqueólogos, que exploran diferentes muestras procedentes de cuatro poblaciones prehispánicas de un mismo valle y las comparan con los fitolitos de la vegetación actual. De este modo, no sólo arriban a consideraciones sobre la ingesta misma, sino también sobre la salud oral de dichas poblaciones -lo cual constituye un novedoso aporte a este campo de estudio- y a las condiciones del ambiente en que habitaron. En este grupo de contribuciones nuevamente, se hacen notables las diferencias de enfoques que mencionamos en párrafos precedentes, los cuales remiten a remarcar ya sea los aspectos culturales de los conjuntos de microfósiles o bien, en sus significados ambientales. Estas perspectivas diversas se traducen en diseños de las investigaciones, que incluyen diferentes alternativas de muestreo, observación e interpretación de los resultados obtenidos; asimismo, condicionan el tipo de inferencias que pueden ser derivadas de los datos en términos de comportamiento humano y el análisis crítico de la historia de las muestras. COMENTARIOS FINALES Retomando el hilo inicial de la presentación, queremos concluir expresando nuestro beneplácito con el resultado final del libro, que esperamos pueda constituirse en una obra de consulta tanto para especialistas como para un público más general. Creemos que los distintos casos de estudio que se incluyen permiten hacer un recorrido por situaciones de aplicación de los silicofitolitos y otros microfósiles, lo que ha sido posible gracias al compromiso de los autores, evaluadores y editores durante la redacción de los capítulos y a lo largo del complejo proceso de edición por el que hemos optado conjuntamente. Gracias a esto, es que podemos ofrecer una obra que ha sido sometida a un doble arbitraje externo (global y regional, especializado y general) y a partir de allí, intensamente dialogada entre los distintos actores en sus diferentes instancias de construcción. M. Alejandra Korstanje y María del Pilar Babot Editoras San Miguel de Tucumán, Junio de 2008 BIBLIOGRAFÍA Bertoldi de Pomar, H. 1969a La micropaleontología continental en los estudios edafológicos. En: Actas de la V Reunión Argentina de Ciencias del Suelo, pp. 727-730. 1969b Partículas de sílice organizadas en sedimentos pampeanos de la llanura santafecina. 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