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El análisis de las fiestas patrias --promovidas por la dirigencia mutualista y avaladas por el gobierno de Porfirio Díaz-- como ámbitos de contacto entre la cultura letrada y las clases trabajadoras contribuye a comprender de qué forma estos ámbitos fueron utilizados por la administración porfiriana para difundir entre los obreros y artesanos capitalinos un conjunto de ideales y valores, claves para apuntalar y legitimar su proyecto político. Como lo señala Roger Chartier, la fiesta, a través de sus discursos, rituales y alegorías constituye una gramática simbólica que permite manifestar y socializar un proyecto, ya sea de carácter político o religioso. El estudio de los festejos permite explorar un problema medular de la práctica historiográfica: las formas de interlocución y circularidad entre la cultura de las clases subalternas y las clases dominantes. A través de estos espacios participativos se puede observar el sistema de valores que intenta imponer el aparato estatal, las estrategias y mecanismos puestos en marcha para efectivizar la transmisión, así como la resistencia, asimilación o refuncionalización que los de abajo articulan frente a los embates de la ideología dominante. En tal sentido, el objetivo de esta ponencia es analizar la progresiva forma en que el poder público se apropió de las fiestas patrias organizadas por los trabajadores mutualistas y eclipsó el tradicional papel de estos actores como promotores de las fiestas cívicas hasta convertirlos en invitados de un gran espectáculo diseñado por el poder. En segundo lugar, destacaremos la forma en que las festividades fueron utilizadas por la administración porfiriana para promover la concordia entre el pueblo mexicano y la colonia española y, como contrapunto, precisaremos las respuestas de los trabajadores frente a esta estrategia de persuasión.