ISES   20394
INSTITUTO SUPERIOR DE ESTUDIOS SOCIALES
Unidad Ejecutora - UE
congresos y reuniones científicas
Título:
Entomoarqueología: Alcances y Limitaciones.
Autor/es:
URQUIZA, S.V.
Lugar:
Valparaíso, Chile
Reunión:
Congreso; XVIII Congreso Nacional de Arqueología Chilena; 2009
Institución organizadora:
Sociedad Chilena de Arqueología y el Museo de historia Natural de Valparaíso.
Resumen:
Dentro del campo gnoseológico de la zooarqueología definimos a la Entomoarqueología, como la disciplina que estudia a los artrópodos presentes en el registro arqueológico. La entomoarqueología es muy importante ya que permite obtener datos forenses yambientales específicos referidos a las condiciones de formación del registro arqueológico como ser: humedad, temperatura, química del substrato y estacionales. También puede utilizarse para conocer características sobre la transmisión de ciertas enfermedades que atacan a los seres humanos y animales. Los artrópodos ocupan determinados nichos ecológicos en función de sus modos de vida, por lo que resultan un complemento de otras líneas de evidencia paleoambiental, como la palinología por ej., brindando además información sobre tipos de cultivos, almacenamiento y datos muy sugestivos sobre movilidad. A partir del análisis entomoarqueológico de los sitios (c.a. 2000 a 400 años AP) ubicados sobre la margen izquierda del río Las Pitas, Antofagasta de la Sierra (Catamarca), a ca. 3600 msmn en la Puna Austral Argentina, hemos comprobado la carencia de metodologías que permitan una recolección adecuada de este tipo de material, cuyo tratamiento requiere de condiciones especiales y diferentes a las de cualquier otro vestigio zooarqueológico. La falta de un protocolo de recolección de muestras para la entomofauna arqueológica es un problema que puede constituirse en un grave sesgo analítico, afectando directamente el volumen y la calidad de información que nos brindan los artrópodos. Esta ausencia de una metodología de colecta y preservación de las muestras perjudicando sustancialmente las tareas de campo y laboratorio. Por esto planteamos un protocolo para la recolección de artrópodos que debe seguirse en tres etapas: en el campo durante las excavaciones, en segunda medida en el zarandeo, y finalmente a lo largo de la separación de material en laboratorio, donde el arqueólogo debe prestar suma atención, ya que generalmente se ignoran los invertebrados y son descartados. Se debe contar además con una base de datos actualizada sobre la distribución de los artrópodos en el área de trabajo, ya que sin ésta, es difícil realizar cualquier inferencia consistente. De igual forma es necesario realizar una investigación geológica y paleoambiental que permita contrastar la entomofauna arqueológica recuperada con estas líneas de trabajo. Finalmente debemos decir que a pesar de las limitaciones y sesgos analíticos antes mencionados, y si tenemos en cuenta que el ciclo vital de los invertebrados es muy breve en términos humanos, la resolución obtenida a partir de su análisis es inmejorable, ya que podemos realizar inferencias e interpretaciones del registro arqueológico en una escala temporal de meses, e incluso, según determinadas especies de días.  Esta situación sugiere la profundización de los estudios entomoarqueológicos para Sudamérica, lo que posibilitará el consecuente crecimiento metodológico y teórico de la disciplina, solucionando muchas cuestiones hasta ahora inconclusas, particularmente para aquellos sitios en los cuales los restos de vertebrados son escasos y mal preservados.