Tecnología lítica y actividades agrícolas en el Valle del Bolsón (Pcia. de Catamarca, Argentina).

SOMONTE, CAROLINA; KORSTANJE, MARÍA ALEJANDRA

Tucumán

Jornada; VIII Jornadas de Comunicaciones Facultad de Cs. Nat e IML y 1º Interinstitucionales (Fundación Miguel Lillo, SEGEMAR); 2007

Facultad de Cs. Nat e IML

La agricultura prehispánica, como todo sistema agrícola, es una sinergia de gente,  ideas, recursos, tecnología y trabajo. Hemos tratado en otros trabajos referidos a esta misma área de estudio, la importancia de la organización social del trabajo (Korstanje 2005), y de los recursos edáficos y vegetales (Korstanje y Cuenya 2007a y 2007 b). En esta oportunidad focalizaremos nuestra atención sobre los recursos tecnológicos líticos (Somonte 2005) integrados como parte de las tareas laborales implicadas en la agricultura. Para ello, procesaremos e integraremos información etnográfica e histórica sobre los Andes Meridionales, información arqueológica sobre los sistemas agrícolas formativos en el valle del Bolsón y áreas aledañas, e información específica sobre los sistemas de producción líticos en la misma región.                 Un sistema agrario está definido como un modo de explotación de la naturaleza típico por contar con las siguientes variables: el medio cultivado: esto es, el medio original y las transformaciones históricamente adquiridas los instrumentos de producción: las herramientas, máquinas y material biológico (plantas cultivas y animales domésticos) y fuerza de trabajo social (física e intelectual que los pone en práctica); el modo de artificilización del medio resultante (explotación y reproducción de los ecosistemas cultivados);  la división social  del trabajo entre agricultura, artesanía e industria que permite la reproducción de los instrumentos de trabajo y, por consecuencia, el excedente agrícola que, más allá de las necesidades de los productores agrícolas, permite satisfacer las de los otros grupos sociales; las relaciones de intercambio entre estos sectores asociados, de propiedad y de fuerza que rigen la repartición de los productos del trabajo, de los bienes de producción y de consumo, y las relaciones de intercambio entre los sistemas (la competencia); en fin, el conjunto de ideas e instituciones que permiten asegurar la reproducción social: producción, relaciones de producción y de intercambio, distribución del producto (Mazoyer en Sebill 1989)                                En esta oportunidad nos referiremos principalmente al segundo componente, aquel de las maquinas, herramientas, material biológico y fuerza de trabajo y la explotación y en menor medida al tercero, aquel de la reproducción de los ecosistemas cultivados. No obstante ello, reconocemos que ambos componentes están íntimamente ligados a los demás y que su separación analítica no nos facilita necesariamente la comprensión de un sistema agrario determinado. Es sólo una primera ventana a su visibilidad: la más transparente para la Arqueología.                  Caracterizamos aquí estos dos conjuntos de variables en los dos casos estudiados, los sitios Morro Relincho y El Alto El Bolsón, en la coyuntura de un extenso período que se ha denominado Formativo