ISES   20394
INSTITUTO SUPERIOR DE ESTUDIOS SOCIALES
Unidad Ejecutora - UE
congresos y reuniones científicas
Título:
Evidencias de Zea mays en FE1 (Dpto. La Cocha, Tucumán)
Autor/es:
PÉREZ PIERONI JOSEFINA; OLISZEWSKI NURIT
Lugar:
Tucumán
Reunión:
Jornada; VIII Jornadas de Comunicaciones de la Facultad de Ciencias Naturales e Instituto Miguel Lillo (UNT).; 2007
Institución organizadora:
Facultad de Ciencias Naturales e IML (UNT).
Resumen:
En este trabajo se presentan los resultados del análisis de los macrorrestos arqueobotánicos del sitio Finca Elías 1 (departamento La Cocha, provincia de Tucumán), con especial énfasis en aquellos pertenecientes a Zea mays L., con el objetivo de realizar una primera aproximación al consumo de vegetales en el mismo. El sitio Finca Elías 1 (en adelante FE 1) se encuentra ubicado en el área pedemontana de la provincia de Tucumán y fue excavado en el año 2003, por alumnos de la Carrera de Arqueología de la Facultad de Ciencias Naturales e I.M.L., bajo la dirección del Lic. Carlos Aschero. La diversidad de la evidencia hallada sugiere espacios domésticos, con presencia de posibles fogones, acumulaciones de caracoles terrestres, restos de peces y camélidos, material arqueobotánico, abundantes fragmentos cerámicos, algunos artefactos líticos, y un entierro probablemente asociado a un piso de ocupación (Aschero 2003). Los macrorrestos arqueobotánicos fueron recuperados durante la excavación del sitio en parte a ojo desnudo, separando aquellos restos distinguibles de la matriz. También por tamizado en seco de todos los sedimentos extraídos. En el laboratorio se realizó la identificación taxonómica de los macrovestigios vegetales, empleando una lupa binocular Arcano (2X a 4X). Entre los especímenes carbonizados se pudo reconocer un único taxón: Zea mays L. Los mismos corresponden mayormente a Z. m. var. minima Bonafus (13 especímenes) y un único caso a Z. m. var. oryzaea Kuleshov. Los no carbonizados corresponden a Celtis sp. y a Mimosoideae. Por un lado, la aparición de los macrorrestos no carbonizados debe tomarse cuidadosamente, considerando los procesos posdeposicionales que pudieron introducirlos. En cuanto al maíz, debe considerarse que las dos variedades distinguidas son reventadoras y no tienen diferencias muy relevantes desde el punto de vista del aprovechamiento humano, ya que son de maduración temprana, con usos (mayormente para freír) y tiempos de siembra y cosecha similares. Se trata de maíces con espigas pequeñas y granos también pequeños. Ambas variedades son consideradas como primitivas, particularmente la variedad minima (Parodi 1959), y han sido registradas en muchos sitios del Noroeste Argentino con cronologías correspondientes al período Formativo, tales como Campo del Pucará (Andalgalá, Catamarca), Palo Blanco y Costa de Reyes (Tinogasta, Catamarca), Casas Viejas (Valle de Tafí, Tucumán), entre otros (Oliszewski 2004). La asociación de buena parte de los cariopses con un probable piso ocupacional, que a su vez presentaba evidencias de distintas actividades (restos arqueofaunísticos, de carbón, artefactos cerámicos y líticos, etc.) permite apoyar la hipótesis que considera a estos niveles como espacios domésticos. El piso corresponde a los niveles 9 y 10 excavados, que se propone como la ocupación más temprana del mismo (Aschero 2003). Hasta el momento siempre se propuso, a modo de hipótesis, el consumo de maíz por grupos prehispánicos pedemontanos en base a hallazgos asociados y al ambiente propicio para su cultivo. Hay que recalcar que estos son los primeros granos de maíz descubiertos en contextos arqueológicos y reportados en la bibliografía para el área pedemontana y de llanuras del sur de Tucumán.