ISES   20394
INSTITUTO SUPERIOR DE ESTUDIOS SOCIALES
Unidad Ejecutora - UE
congresos y reuniones científicas
Título:
La impronta de la cualificación en el sindicalismo azucarero. Tucumán, 1944-1955
Autor/es:
FLORENCIA GUTIÉRREZ
Lugar:
Tucumán
Reunión:
Jornada; Corporaciones empresarias, asociaciones cañeras y sindicatos obreros en la política tucumana, 1890-1966, PICT 2007-1545; 2012
Institución organizadora:
Instituto Superior de Estudios Sociales (UNT-CONICET)- Doctorado de Humanidades, FFyL-UNT
Resumen:
La capacidad organizativa y negociadora de la clase trabajadora argentina fue sustancialmente transformada en el periodo comprendido entre la denominada  revolución de junio de 1943 y la caída del gobierno peronista en 1955. En términos historiográficos, la vinculación entre el fortalecimiento del sindicalismo y el avance de las reformas laborales fue un problema analizado a la luz de la protesta obrera, principalmente las huelgas. Menor atención recibió el impacto de los convenios colectivos, aunque su emergencia resulta clave para evaluar las transformaciones operadas en las relaciones entre obreros e industriales y analizar el progresivo control del sindicalismo en la organización de los procesos laborales. Los convenios colectivos se instituyeron como verdaderos cuerpos legales que ampliaron y profundizaron la legislación social impulsada por el gobierno peronista y contribuyeron a quebrar la casi ilimitada autoridad de la patronal sobre los trabajadores. Una de las novedades incorporadas en esta normativa fue el denominado escalafón, es decir, la intrincada gama de categorías socio-ocupacionales que clasificaba y organizaba a los trabajadores. Desglose que se convirtió en un recurso clave para disminuir la facultad de los industriales en términos de contratación, despido o ascenso del personal.  En lo que atañe al complejo agroindustrial provincial, en junio de 1944 se fundó la Federación Obrera Tucumana de la Industria Azucarera (FOTIA), que propició un proceso de agremiación amplio sustentado en la incorporación de los trabajadores de fábrica y surco. En su primer memorial la Federación propuso la diferenciación de 101 “escalas” laborales. La cualificación propuesta se profundizó con el correr de los años para llegar a la institucionalización de 444 clasificaciones, convirtiéndose en una destacada herramienta de negociación sindical asociada no sólo al cercenamiento de las facultades empresariales, sino a la conquista de los nuevos derechos laborales.   En el periodo estudiado, la impronta de la cualificación se introdujo en el asociacionismo gremial no sólo como estrategia de negociación y presión obrera. El aliento del Estado al proceso de sindicalización impulsó demandas que, sustentadas en la especialidad, resquebrajaron la propuesta aglutinante y cohesiva de la FOTIA. Los maestros de azúcar y los mecánicos recuperaron la particularidad de sus oficios para intentar escindirse de la Federación y avanzar en procesos de agremiación diferenciada. A lo largo de este texto analizaremos dos implicancias de la cualificación en la esfera asociacionista azucarera. Por un lado, privilegiaremos su análisis como estrategia sindical, para tal fin estudiaremos las múltiples connotaciones del escalafón en la dinámica de las relaciones laborales, tanto de fábrica como de surco. Por otro, examinaremos la forma en que la especificidad de ciertas actividades agroindustriales propició intentos de asociación por fuera de la entidad madre azucarera.