Arqueotaxonomías: revisando conceptos y categorías disciplinarias para imaginar y habitar nuevos espacios sociales

KORSTANJE, MARÍA ALEJANDRA; LAZZARI, MARISA

Rennes

Seminario; Coloquio Las sociedades indígenas entre clasificaciones etnográficas y memoria colectiva (Época colonial-principios del siglo XX / siglo XXI).; 2013

Universidad de Rennes 2

El contenido semántico de los conceptos que usamos para designar clases o categorías de entidades, eventos o relaciones puede variar considerablemente entre distintos niveles de análisis, grupos sociales,  generaciones, e incluso, entre interlocutores participando en una misma conversación ya sea de modo explícito, casual o consuetudinario. Esta flexibilidad e indeterminación de las categorías de clasificación y denominación se ve acentuada por la interdisciplinariedad que caracteriza a la práctica arqueológica hoy en día. La traducción entre disciplinas no es simple ni directa, sobre todo dado que nuevas experiencias en nuestra vida profesional y cotidiana nos alertan sobre las  consecuencias de los sistemas académicos establecidos para denominar y reconocer situaciones y agentes. A la luz de nuevos desarrollos en el campo social, es posible ver que algunas herramientas teóricas y metodológicas—ya sea aquellas desarrolladas por la evolución interna de la arqueología como otras que han sido incorporadas desde otros campos—han creado un núcleo duro del lenguaje académico que asume como realidad independientemente de aquello mismo que constituye en el proceso de designación. El reconocimiento e investigación de esta problemática es un fenómeno relativamente reciente en nuestro campo profesional. Los conceptos viajan a través de las disciplinas y las comunidades interpretativas, transformándose y adaptándose a nuevos contextos. Esta circulación erosiona viejas interpretaciones y prácticas, a la vez que posibilita formas nuevas de ver y comprender. Para que esta circulación, inevitable y necesaria, fertilice el campo de lo social creando nuevas posibilidades de acción, es necesario incorporar al proceso la reflexión sobre las consecuencias prácticas que ciertos conceptos y sus acepciones pueden tener en la vida y el futuro de quienes son más vulnerables a su potencial toxicidad.  Si quien domina el lenguaje controla el mensaje y gana el debate, es importante que podamos reflexionar sobre esos términos y su forma de popularización no sólo en el ámbito estrictamente académico sino en diálogo con aquellos a quienes nuestro discurso afecta. Esta doble reflexión no es sencilla y también puede caer el clásico discurso “políticamente correcto”, pero que resulta un significante vacío en la realidad. Entonces ¿es posible aportar a un discurso incluyente y perdurable que trascienda las características de un consenso ambiguo? Reflexionaremos en esta presentación sobre algunos de los conceptos que la arqueología utiliza o ha definido en un contexto que se presumía neutral, y que han sido recientemente objeto de adaptaciones, modificaciones (o rechazos) en el marco de las prácticas de identidad nativa y su lucha por el reconocimiento en el espacio público. Dichas  modificaciones sostienen prácticas y discursos en conflicto, muchas veces ignorando los contextos originales de producción de dichos conceptos o sus revisiones más recientes. Esta captura de términos es desde ya legítima en tanto los conceptos son parte del saber científico que debe ser abierto y transmisible. Sin embargo, también ha puesto en descubierto la anquilosada estructura conceptual de la disciplina, la cual ha demorado en producir nuevas formas de presentar y representar el pasado de maneras consensuadas y productivas para el futuro de las comunidades nativas. Algunas de nuestras experiencias ilustrarán los riesgos que nuestras arqueotaxonomías tomadas como capital académico, neutral y  respetado traen aparejadas, para la vida de las personas, objetos y paisajes.