ISES   20394
INSTITUTO SUPERIOR DE ESTUDIOS SOCIALES
Unidad Ejecutora - UE
congresos y reuniones científicas
Título:
'No hay duda sino que todo ese valle es un plan de oro'. Las explotaciones auríferas coloniales en las cuencas de Santa Catalina y Pozuelos (Puna de Jujuy)
Autor/es:
CARLOS I. ANGIORAMA; FLORENCIA BECERRA
Reunión:
Congreso; V Congreso Nacional de Arqueología Histórica Argentina; 2012
Resumen:
La Puna de Jujuy, porción meridional del altiplano surandino, adquirió una gran importancia regional durante época colonial a pesar de las condiciones desfavorables que para su poblamiento los primeros europeos señalaron reiteradamente. Fue así que ese desierto ?hostil e inhabitable? llegó a concentrar a principios del siglo XVIII aproximadamente el 60% de la población de la actual provincia de Jujuy. Las investigaciones históricas han postulado que dos habrían sido los motores básicos de la relevancia adquirida por la puna jujeña durante época colonial: sus excelentes condiciones para la cría de ganado y su gran riqueza en minerales metalíferos, fundamentalmente oro y plata. En el año 2004 iniciamos investigaciones arqueológicas a largo plazo en dos sectores de la Puna de Jujuy seleccionados por su gran riqueza en minerales metalíferos (específicamente, plata, cobre, estaño y oro). Se trata del sector sur de la Cuenca de Pozuelos (departamentos Rinconada y Cochinoca), y la cuenca del Río Santa Catalina (departamento Santa Catalina). Justamente, en ambas áreas la minería alcanzó un gran desarrollo durante época colonial, dando origen a poblados de gran importancia a nivel regional, como Rinconada, Santa Catalina, Santo Domingo y Antiguyoc. Las tareas de campo realizadas han permitido el registro de una gran cantidad y variedad de evidencias materiales de prácticas minero-metalúrgicas de distintas características, escalas y asignación cronológica, dedicadas al beneficio de los yacimientos de oro y plata de la región. En esta oportunidad nos proponemos analizar aquellas evidencias de actividades vinculadas a la explotación aurífera, ya sea en vetas o a partir del lavado de sedimento aluvial rico en este metal, que tuvieron lugar en esta región durante el período colonial (aproximadamente entre los siglos XVII y XVIII), y lo haremos desde una perspectiva que combina tanto metodologías arqueológicas como históricas. En este sentido, nuestro objetivo aquí es dar a conocer, por un lado, la cultura material que aún perdura en el área producto de esta actividad, y por otro, ofrecer una aproximación a la tecnología utilizada en este período y a la disposición en el espacio de estas explotaciones. Abordaremos también la relación entre estas prácticas y la ocupación y uso del territorio por parte de los europeos y de las poblaciones indígenas. En este sentido, en esta ponencia presentaremos, además de los diferentes tipos de evidencias coloniales generadas a partir de las prácticas de minería aurífera que han perdurado hasta nuestros días, ciertas propuestas que expliquen la diversidad observada, especialmente en relación a la escala de las explotaciones y de los espacios residenciales asociados a dichas labores, ya sean temporarios o permanentes. Vincularemos los datos arqueológicos con la información histórica con la que contamos hasta el momento, de modo tal de identificar a los probables propietarios de los territorios en los que las actividades mineras se localizaron, y los posibles trabajadores involucrados, entendiendo si éstas funcionaron en el marco de una hacienda dedicada solo en parte a estas actividades extractivas, o fueron el producto del trabajo individual o familiar de españoles y/o indígenas. Mostraremos cómo la minería, especialmente la aurífera, que requirió de mínimas inversiones -a diferencia de la explotación de yacimientos de plata, que exigía una tecnología y logística más compleja para su beneficio-, cumplió un rol muy importante en la ocupación, distribución y uso del espacio puneño por parte de sus pobladores coloniales. El impacto de la misma implicó, por un lado, la movilización de indígenas y españoles, observada en el traslado de encomiendas de regiones cercanas a trabajar en las minas de la región, en la circulación de los indígenas de la única encomienda del área -los casabindo y cochinoca-, a diferentes emprendimientos dentro y fuera de la Puna, como también en la llegada de indios y españoles cateadores y mineros desde regiones más septentrionales en búsqueda de nuevas vetas para explotar. Por otra parte, generó modificaciones en el espacio, cuyos resultados son las evidencias que hemos hallado mediante los trabajos arqueológicos realizados. La construcción de las instalaciones mineras en el paisaje local (como los ingenios y lavaderos) y la fundación de pueblos coloniales, como los llamados Asientos de Mineral de Rinconada, Antiguyoc y Santa Catalina, son claras marcas en el espacio de esta actividad y de la relevancia adquirida por la misma en el devenir de la región y sus habitantes.