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Sabemos que la domesticación de los camélidos sudamericanos, conjuntamente con la de diversas especies vegetales, suscitó numerosos cambios en los modos de vida de las poblaciones prehispánicas. Sin dudas, el principal significado de la domesticación de plantas y animales, proceso que se inicia en el área andina hace unos 7.000 años atrás y que culmina hace aproximadamente 2.000 años, fue la transición de una subsistencia basada en economías extractivas ?caza, recolección- en una basada en economías productivas ?pastoralismo, agricultura-. Sin embargo, otra de las consecuencias de la domesticación comprendió la posibilidad de utilizar los camélidos domesticados como animal de carga para el traslado y/o tráfico, a largas distancias y entre ambientes ecológicamente contrastantes, de diversos recursos, bienes y excedentes de producción para ser intercambiados en otras comunidades por recursos o bienes que no podían obtenerse localmente y que permitían cierta complementación económica, al mismo tiempo que se lograban estrechar vínculos sociales que garantizaban la continuidad de tales interacciones. Particularmente, en el área andina centro meridional, los antiguos caminos donde tuvo lugar la movilidad de los grupos cazadores recolectores, sirvieron de base para la conformación de una red de interacción caravanera que permitió el flujo de recursos, bienes y personas entre puntos tan distantes como la costa del Pacífico y la llanura chaqueña, articulando las regiones puneña, valliserrana y yungas. El registro arqueológico de la Puna argentina y su área circumpuneña (norte de Chile, suroeste de Bolivia y región valliserrana del NOA), es particularmente rico en evidencias que dan cuenta de las interacciones sociales a larga distancia y de las prácticas caravaneras que las sustentaron. El hallazgo de recursos y bienes foráneos, en los sitios arqueológicos de la región, es altamente frecuente, como también lo son los múltiples senderos que conforman las rutas de tráfico que cruzan las áridas planicies y una significativa profusión de motivos rupestres que muestran llamas cargadas, o bien, varias llamas alineadas conformando caravanas propiamente dichas.