IMHICIHU   13380
INSTITUTO MULTIDISCIPLINARIO DE HISTORIA Y CIENCIAS HUMANAS
Unidad Ejecutora - UE
libros
Título:
Contribución del análisis espacial a la ciencia y a la geografía: el caso de los métodos clasificatorios.
Autor/es:
SANCHEZ DARIO CESAR
Editorial:
Universidad del Salvador
Referencias:
Lugar: Buenos Aires; Año: 2009 p. 840
Resumen:
La obra completa se halla disponible on line en: <!-- /* Style Definitions */ p.MsoNormal, li.MsoNormal, div.MsoNormal {mso-style-parent:""; margin:0cm; margin-bottom:.0001pt; mso-pagination:widow-orphan; font-size:10.0pt; font-family:"Courier New"; mso-fareast-font-family:"Times New Roman"; mso-bidi-font-family:"Times New Roman"; mso-ansi-language:ES-AR;} a:link, span.MsoHyperlink {color:blue; text-decoration:underline; text-underline:single;} a:visited, span.MsoHyperlinkFollowed {color:purple; text-decoration:underline; text-underline:single;} @page Section1 {size:612.0pt 792.0pt; margin:70.85pt 3.0cm 70.85pt 3.0cm; mso-header-margin:36.0pt; mso-footer-margin:36.0pt; mso-paper-source:0;} div.Section1 {page:Section1;} --> http://www.salvador.edu.ar/vrid/biblioteca/Pagina de Biblioteca Digital/tesis/geografia/sanchez.htm Dado el espacio en Mb que ocupa no se puede cargar en el SIGEVA, ni siquiera los tres volúmenes por separado.Resumen Desde mediados del siglo XIX, la historia de las ciencias sociales se ha caracterizado por una suerte de dialéctica entre dos grandes corrientes de pensamiento que se denominan, de manera genérica, o si se quiere reduccionista, positivismos y humanismos. Como veremos en el capítulo siguiente, al positivismo comtiano, fuertemente ambientalista, se le opuso la corriente filosófica del historicismo, y al neopositivismo de la primera mitad del siglo pasado lo enfrentaron distintas doctrinas sustentadas, según el caso, en el protagonismo de ciencias humanas como la sociología, la psicología, la antropología y nuevamente la historia. Utilizando la expresión del filósofo y epistemólogo austríaco Paul Feyerabend (1924-1994), el resultado de esta confrontación ha sido la coexistencia de posturas epistemológicas inconmensurables, es decir incompatibles en lo que respecta al lenguaje científico utilizado pero también en cuanto a los problemas investigados, a los métodos utilizados y a las observaciones que se realizan. Actualmente en América Latina se observa un notorio predominio de los enfoques humanistas, producto de la influencia de una ciencia sociológica que ha perdido identidad para confundirse con la doctrina marxista y sus múltiples y continuas reinterpretaciones. Esta marxología, como también se la suele denominar, encontró un campo propicio de desarrollo por la década del ochenta, con la caída de las tiranías y del terrorismo de Estado, que habían impedido la libre actividad intelectual, y por supuesto también afectó a la geografía. No obstante, la contribución del Neopositivismo y del análisis espacial a la ciencia en general y a la geografía en particular fue enorme, revolucionaria, pero creemos que en nuestro medio no ha sido comprendida en toda su dimensión, razón por la cual hemos volcado un gran esfuerzo de erudición para demostrar la siguiente hipótesis de trabajo: La doctrina filosófica del Neopositivismo, cimentada en el concepto de modelo, colocó a la geografía por primera vez en un plano de igualdad respecto a las restantes ciencias fácticas, dotándola de un lenguaje matemático y una metodología analítica que le permitieron participar de manera protagónica del diálogo interdisciplinario. Un ejemplo de ello son los métodos de clasificación areal, cuyas aplicaciones pasadas y presentes exceden en mucho el marco de la geografía.  Con respecto al plan general de la presente tesis, con el Capítulo 2 se da por finalizada la Parte 1, que opone los enfoques humanistas y postmodernos al análisis espacial. En dicho capítulo se presentan las principales corrientes humanistas del último siglo: historicismo, marxismo, existencialismo, vitalismo y fenomenología, así como su repercusión en la ciencia geográfica. También se describen brevemente los aportes de los principales pensadores y se citan las obras filosóficas y geográficas más trascendentales. La Parte 2 desarrolla las principales contribuciones del análisis espacial a la ciencia en general, y consta de cinco capítulos. El Capítulo 3 muestra los primeros antecedentes del análisis espacial, nacidos en la Grecia clásica y redescubiertos en el Renacimiento. La figura de Eratóstenes de Cirene, posiblemente el mayor sabio del helenismo, se erige como la del Padre del Análisis Espacial. En el Capítulo 4 se realiza una rápida reseña del positivismo clásico y su versión remozada: el empirismo lógico o neopositivismo, corriente filosófica que alentó el desarrollo de nuevas teorías matemáticas que más tarde revolucionarían a la ciencia en general, a las ciencias sociales en particular e inclusive a la propia sociedad como consecuencia de los avances tecnológicos asociados a las mismas. A continuación se analiza la incorporación del lenguaje matemático en las ciencias económicas (Capítulo 5), la psicología, la sociología, la demografía (Capítulo 6), el urbanismo, la planificación territorial, la teoría general de los sistemas, la semiología gráfica (Capítulo 7) y varias otras disciplinas, atendiendo muy especialmente a los estudios espaciales. La Parte 3 desarrolla las principales contribuciones del análisis espacial como paradigma geográfico y consta de tres capítulos, comenzando con la revolución cuantitativa de la geografía (Capítulo 8), continuando con la etapa de la consolidación del análisis espacial (Capítulo 9) y finalizando con su actual asociación casi simbiótica con las denominadas geotecnologías (Capítulo 10). La Parte 4 presenta, a modo de ejemplo, la contribución del análisis espacial a la metodología clasificatoria en geografía: en el Capítulo 11 se hace un paralelismo entre el concepto de región geográfica y el de tipología espacial; en el Capítulo 12 se presentan los métodos estadísticos y su relación con la metodología del análisis espacial; y en los Capítulos 13 y 14 se desarrollan los métodos que permiten la determinación de áreas homogéneas y funcionales respectivamente. Por último, la Parte 5 presenta un único capítulo, correspondiente a las conclusiones y reflexiones finales. En él se plantea lo que hemos denominado la dialéctica positivismo – humanismo en las ciencias sociales: la puja entre dos posturas filosóficas inconmensurables, y por ello complementarias para un mejor conocimiento de la realidad socioterritorial. Finalmente, se invita a reflexionar nuevamente, tras la lectura de toda la obra, sobre el interrogante que ya hemos planteado en esta Introducción, y que motivó en buena medida este esfuerzo de erudición que demandó varios años de trabajo: ¿Debemos hacer ciencia privilegiando una ética social, consistente en ser fieles al paradigma hegemónico, o debemos privilegiar una ética científica, consistente en buscar siempre la verdad, mal que nos pese, y ponerla al alcance de la sociedad y de la política, que en última instancia es la responsable de propugnar los cambios atendiendo al bienestar general? Para decirlo con otras palabras: ¿Debemos hacer CIENCIA, con mayúsculas, o solamente debemos hacer ciencias sociales?