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Desde finales de los setenta bajo gobierno dictatorial, pero con mayor fuerza en la década de los noventa, comienza a definirse un nuevo rumbo en el tratamiento de los desequilibrios territoriales de la Ciudad de Buenos Aires. En concordancia con la reestructuración neoliberal y los cambios en el paradigma urbano, los problemas de desarrollo territorial en el sur porteño comenzarían a ser interpretados como un problema de densificación y calidad constructiva; planteándose como respuesta necesaria la dinamización del mercado inmobiliario y la valorización del suelo. Las modificaciones al Código de Planeamiento Urbano del año 2000 (donde se define a la zona sur como Área de Desarrollo Prioritario y se flexibilizan ciertos criterios urbanísticos), responden a esa visión; como también los lineamientos que supone el Plan Urbano Ambiental aprobado finalmente en el año 2008. En la actualidad es posible corroborar la continuidad de este enfoque a partir del Modelo Territorial 2010-2060, donde se introducen indicadores de ?ciudad deseada? como los de ?equitatividad en el valor del suelo?, que supone que el mejoramiento en las condiciones socio-habitacionales de las áreas degradadas debería quedar evidenciado a través del incremento en los valores de renta. Esta iniciativa sobre el desarrollo urbano para la Ciudad de Buenos Aires no constituye un hecho aislado, sino que se inserta en una tendencia general de aplanamiento espacial de la estructura de precios del suelo, verificada en otras ciudades latinoamericanas como Bogotá, Santiago de Chile o Ciudad de México. La desregulación del mercado inmobiliario, sumado a las denominadas ?tendencias de retorno a la ciudad? que sintetizan cambios en las pautas de producción y consumo urbano, han contribuido a un progresivo aumento en los valores del suelo urbano. El mercado inmobiliario, por su parte, estaría evidenciando nuevas formas de realizarse en el espacio urbano, modificando su trayectoria hacia ?áreas de oportunidad?: zonas de la ciudad con bajos valores de renta capitalizada que, a razón de nuevas inversiones, comienzan a experimentar procesos de renovación urbana. Consecuentemente, las ciudades estarían comenzando a evidenciar una complejización de las desigualdades socio-territoriales y tendencias de achicamiento en las brechas de renta entre las zonas tradicionalmente más consolidadas y las más degradadas.Tomando en consideración el contexto reseñado se propone centrar la atención en las recientes políticas de Distritos Creativos o Económicos de la Ciudad de Buenos Aires, que toman como zona preferencial el sur porteño y, que según el propio gobierno local constituyen una iniciativa de promoción del desarrollo urbano. Según se fundamenta a lo largo del trabajo, los Distritos Creativos representan una profundización de las políticas de renovación urbana del Sur a partir del fomento de la construcción y la densificación. Suponen una nueva forma de valorizar el espacio por medio del fomento de usos productivos compatibles con los residenciales (por sus características no contaminantes y de infraestructura liviana); pero también dan cuenta de una nueva impronta en la gestión urbana y en la forma institucional de la articulación público-privada. Bajo esta propuesta, el trabajo introduce al estudio de los Distritos Creativos y propone analizar el impacto urbanístico de esta política considerando las posibles incidencias en la estructura de rentas del suelo de la Ciudad. Finalmente, se presentan algunas reflexiones sobre los alcances de esta orientación en la planificación urbana frente a los desequilibrios territoriales, y sus implicancias sociales.