CONICET | Buscador de Institutos y Recursos Humanos

Desde fines de la década de 1970 se generaron expectativas en la literatura internacional referidas a las diferentes formas de aprovisionamiento de recursos líticos y a la información que éstas pueden proporcionar sobre el comportamiento de cazadores-recolectores. Entre los planteos realizados, cabe mencionar el de Renfrew (1977), quien generó sobre la base de premisas económicas- expectativas concretas acerca de la cantidad y tamaño de artefactos líticos esperados en casos de aprovisionamiento directo e indirecto de materias primas. Más recientemente, en la Patagonia continental argentina, diferentes estudios han analizado la forma de obtención de distintas rocas sobre la base de estos criterios, lo que ha sido utilizado para inferir el área habitualmente explotada por los cazadores-recolectores o, en el caso de grandes distancias, para sostener la existencia de interacción entre distintos grupos humanos. En la Patagonia sur estos análisis se han focalizado en la presencia-ausencia de distintas variedades de obsidianas que son, a nivel macroscópico, fácilmente identificables y geoquímicamente, muy homogéneas (por ejemplo, Stern 1999, 2000). Estas obsidianas circulan entre ambas vertientes de la cordillera. Lamentablemente, sólo en pocos casos se han considerado otras variables, como la cantidad o volumen de ejemplares recuperados, el tamaño de distintas clases de artefactos o el grado de explotación de los núcleos (por ejemplo Franco 2002, 2004, Méndez Melgar 2004, Morello et al. 2004). En esta ocasión, queremos focalizar nuestra atención sobre algunas variedades de rocas silíceas disponibles en el Macizo del Deseado. En ese área, la bibliografía geológica indica la presencia frecuente de ignimbritas y maderas silicificadas, tobas y filones epitermales de cuarzo, con algunos sectores muy silicificados, con calcedonia y jaspe (entre otros, Echeveste 2005, Panza y Marín 1998). Como sabemos, existe diferencia en la escala de trabajo que utilizan geólogos y arqueólogos. Los muestreos exploratorios de materias primas líticas realizados por nosotros en los extremos este y sur de este Macizo, indican variabilidad en la disponibilidad de las mismas a distintas escalas. Esta variabilidad se refiere a las variedades de rocas disponibles, su calidad y forma de presentación, habiendo podido diferenciarse fuentes primarias y secundarias (en el sentido de Luetdke 1979). Sobre la base de estas variaciones hemos comenzado a construir un mapa supra-regional de la distribución de las mismas. El análisis macroscópico de los artefactos confeccionados sobre estas rocas indica que algunas de ellas estarían circulando a distancias de más de 150 km en línea recta al sur, hacia áreas en las que la disponibilidad de rocas silíceas es muy baja y los tamaños de los nódulos son pequeños. Se utilizan aquí criterios de frecuencia, grupos tipológicos (sensu Aschero 1983) y tamaño de los artefactos para comenzar a discutir la forma y razones de apropiación de estas materias primas líticas. Creemos que los resultados exploratorios obtenidos referidos a la forma de aprovisionamiento de estas materias primas líticas, unidas a las ya existentes de la obsidiana, nos ayudan a entender la circulación e interacción de los cazadores-recolectores en la supra-región. Para estos fines, consideramos valiosa la construcción de una base de recursos líticos a escala supraregional, la que deberá ser evaluada en relación con las características del registro arqueológico lítico y complementada con otras líneas de evidencia.