IMHICIHU   13380
INSTITUTO MULTIDISCIPLINARIO DE HISTORIA Y CIENCIAS HUMANAS
Unidad Ejecutora - UE
congresos y reuniones científicas
Título:
Instrucciones para leer. La Biblia en las Sentencias de Isidoro de Sevilla
Autor/es:
CASTRO DOLORES
Reunión:
Jornada; VI Coloquio Medieval: Sociedad y Cultura en la Alta Edad Media Occidental; 2015
Resumen:
La presente comunicación tiene como objetivo analizar las sentencias que, dirigidas principalmente al clero visigodo, el obispo Isidoro de Sevilla (636) desarrolla en torno de la lectura e interpretación del texto bíblico en el marco de un proyecto pedagógico de mayor alcance esbozado parcialmente en su obra Sentencias. Isidoro, quien había sucedido en el 600 a su hermano Leandro en lasilla episcopal de Hispalis, contaba con una larga trayectoria a lo largo de la cual había desempeñado un importantísimo papel tanto a nivel pastoral y doctrinal, como también político. Dos ejes articulan el presente trabajo. Por un lado, el estudio de las sentencias que regulan y organizan la práctica de la lectura de la Sagrada Escritura. Por el otro, la relación entre aquellas enseñanzas y el contexto cultural del siglo VII en general, atendiendo específicamente al ámbito eclesiástico visigodo. Este último punto nos llevará a la indagación de los principales interrogantes que mantenían en vilo al episcopado godo, en particular al hispalense, vinculados principalmente a la conducta y formación del clero peninsular. Desde esta perspectiva, las instrucciones transmitidas por Isidoro en Sentencias coincidían en comunicar un modo de leer las Escrituras, considerado adecuado y verdadero, necesario para instruir al clero y garantizarla transmisión del mensaje cristiano.Deeste modo, Isidoro asumía una importantísima tarea educadora cuyos principales ejes dejará asentados en las Sentencias. Desde la corrección de las prácticas religiosas a las instrucciones de contenido bíblico, el obispo ofrecía instrumentos para preparar al clero según sus exigencias y deberes, y sobre todo, para evitarla ignorancia y la herejía. En rigor, un clero correctamente instruido debía ser capaz de corregir las malas conductas y los errores, evitar la caída en la herejía y guiar a los fieles a la salvación.La Biblia constituyó la base de la formación de sacerdotes y no sacerdotes, tanto en las escuelas catedralicias como en los establecimientos monásticos del reino. En este sentido la correcta comprensión del texto bíblico representó un factor decisivo dentro del programa pastoral de Isidoro, pues era necesario hacer inteligible las verdades escriturarias a un público profundamente heterogéneo. Con tal fin, el hispalense desplegó una serie de instrucciones que indicaban cómo debían leerse las Escrituras, pues reconocía la necesidad de un clero instruido y preparado para afrontar las tareas y obligaciones que le correspondían en tanto cuerpo. De esta manera, el análisis propuesto invita a considerar un conjunto de dimensiones que exceden a un texto particular, único y compacto. Como es sabido, las Sagradas Escrituras, lejos de representar un objeto inmóvil, remitieron a un sinfín de realidades que, desde la liturgia a la educación, comunicaban, enseñaban y resignificaban constantemente la Palabra Divina.