IMHICIHU   13380
INSTITUTO MULTIDISCIPLINARIO DE HISTORIA Y CIENCIAS HUMANAS
Unidad Ejecutora - UE
congresos y reuniones científicas
Título:
Definir con la Palabra: vida activa y vida contemplativa en Isidoro de Sevilla
Autor/es:
CASTRO, DOLORES
Reunión:
Simposio; Quinto simposio internacional sobre religiosidad, cultura y poder (V SIRCP); 2014
Resumen:
En los últimos decenios proliferaron de manera notable dentro de los estudios medievales distintas investigaciones destinadas al estudio de la Biblia y de la exégesis bíblica. En rigor, se abordó la centralidad de la Palabra en la Edad Media desde variados enfoques y perspectivas, que, en conjunto, contribuyeron a un mejor conocimiento de la multiplicidad de funciones desempeñadas por el texto bíblico a lo largo del período medieval. Desde su presencia material en los scriptoria y bibliotecas de iglesias y monasterios hasta su rol en la liturgia y en la educación, la Biblia impregnó una pluralidad de ámbitos y escenarios al constituirse en el marco interpretativo de la realidad medieval por excelencia. La siguiente comunicación propone así explorar una de las funciones fundamentales del texto sagrado en la Edad Media: su papel en la definición y demarcación de las prácticas y las conductas de los hombres. En efecto, nuestro estudio parte del análisis de una obra de Isidoro de Sevilla, las Sentencias, obra en la cual el obispo hispalense manifiesta una profunda preocupación por el devenir moral de su feligresía. El trabajo consta de dos objetivos principales. En primer lugar, se analiza el uso del discurso bíblico en tanto herramienta fundamental para definir y enseñar la distinción entre la vida activa y la vida contemplativa en las Sentencias de Isidoro de Sevilla (ca. 633). A lo largo de los tres libros que componen la obra, el hispalense despliega abundantes referencias bíblicas, directas e indirectas, procedentes tanto del Antiguo como del Nuevo Testamento. Asimismo, se advierte una marcada diversidad en las formas escogidas por Isidoro para vehiculizar el contenido bíblico, al alternar el uso de la cita literal (completa e incompleta), la cita de memoria y la alusión a episodios bíblicos específicos. En este sentido, se relevarán los principales libros y pasajes bíblicos que Isidoro selecciona para ejemplificar, definir y caracterizar estos dos modos de vida que propone. Desde esta perspectiva, el empleo de la letra sagrada resulta en la época de Isidoro una operación necesaria tanto para exhibir la capacidad y la sabiduría del doctor de Sevilla como para reforzar y legitimar los argumentos esgrimidos. Por otra parte, al mismo tiempo que confería autoridad a sus propias palabras, Isidoro enseñaba a su público, en su mayoría miembros del clero visigodo, un modo específico de leer las Escrituras. En segundo lugar, el trabajo hace hincapié en el estudio de la legislación canónica, en particular de las actas del IV concilio de Toledo (633) a los efectos de relevar el papel central desempeñado por el fenómeno monástico en la Hispania del siglo VII. En estrecha relación con el punto anterior, se advierte en el documento conciliar la preocupación de Isidoro, quien preside la asamblea, por regular situaciones concretas que atañen al monacato visigodo. Este interés de Isidoro en particular, pero de la Iglesia visigoda en general, se advierte no solo en las actas de Toledo IV sino también en distintas obras aparecidas a lo largo del siglo VII. Durante este período se constata una creciente proliferación de monasterios al interior del reino y la difusión de distintas reglas monásticas, siendo las más destacadas la Regula monachorum, elaborada por Isidoro entre los años 615 y 619, la Regula monachorum atribuida a Fructuoso de Braga y la Regula communis (anónima). La circulación de escritos abocados entera- o parcialmente a la cuestión monástica advierte un escenario complejo y heterogéneo, al revelar, por un lado, el protagonismo alcanzado por el monasterio dentro del reino de Toledo, tanto en las esferas de la producción y el consumo como también en la educación y la cultura. Por el otro, advierte la necesidad de encuadrar aquella realidad diversa, que llegó a presentar incluso diferencias regionales pronunciadas, dentro del marco construido por la iglesia, pues junto con los monasterios surgieron además en este período otras formas de concebir la vida religiosa que reclamaban una relación autónoma con la divinidad.Desde esta perspectiva, tanto en las Sentencias como en las actas del IV concilio de Toledo clasifican y definen modos de actuar en el mundo. Dos estrategias que sirven a una tarea pastoral de mayor escala que no se limitaba únicamente al fenómeno monástico, sino al clero en general, cuerpo llamado a desempeñar un rol privilegiado dentro del plan divino, siendo responsable de la preparación de los fieles y del mantenimiento del orden creado por la divinidad. Isidoro, al caracterizar las ocupaciones y deberes propios del binomio vida activa/vida contemplativa, tarea que realiza apoyándose principalmente en las Sagradas Escrituras, definía al mismo tiempo cuáles constituían las conductas permitidas y aceptadas por la Iglesia y cuáles permanecían ajenas a ella. En esta operación, el empleo de la letra bíblica otorgaba a las palabras de Isidoro un carácter de verdad inobjetable al mismo tiempo que este último se posicionaba como un experto, un intermediario necesario, en la ardua tarea de descifrar el mensaje divino.