IMHICIHU   13380
INSTITUTO MULTIDISCIPLINARIO DE HISTORIA Y CIENCIAS HUMANAS
Unidad Ejecutora - UE
congresos y reuniones científicas
Título:
El rol de las migraciones en el proceso de urbanización patagónica: entre la homogeneidad y la diversidad (1947-2010)
Autor/es:
MATOSSIAN BRENDA; SASSONE SUSANA MARÍA; GONZÁLEZ MYRIAM S.
Lugar:
Cipolletti
Reunión:
Jornada; VI Jornadas de Historia de la Patagonia; 2014
Resumen:
La Argentina es un país de temprana y profunda urbanización. En la historia de la conformación del territorio, las migraciones del campo a la ciudad habían constituido un aporte de relevancia sobre todo desde la década del cincuenta, cuando comenzaron a sumarse poblaciones rurales a las periferias de las principales ciudades, proceso que aun no se ha detenido y se reproduce muy activamente en todo el país. Para la región patagónica, las ciudades de 50.000 habitantes y más reunieron hacia 2001 el 49 por ciento de la población total de la región y el 55 por ciento de la población urbana. Estamos hablando de Cipolletti, Comodoro Rivadavia, General Roca, Neuquén-Plottier, Puerto Madryn, Río Gallegos, Río Grande, San Carlos de Bariloche y Trelew. Estas localidades han experimentado muy fuertes crecimientos demográficos. Los casos más significativos fueron los de las ciudades de Río Grande, Puerto Madryn y Neuquén-Plottier para la década del ochenta donde las dos primeras localidades consiguieron duplicar su población (en la relación 1980-1991) y Neuquén incrementó su cantidad de habitantes en casi 100.000. El resto de las ciudades también mostraron ritmos de incremento de su población muy por encima del contexto nacional o de sus propias provincias. Para el caso de San Carlos de Bariloche, con el aumento de la actividad turística, durante la segunda mitad del siglo XX, la ciudad registró tasas de crecimiento medio anual que duplicaron las de la provincia (entre 1947 y 1980) e inclusive triplicaron las del país (entre 1947 y 1991). A lo largo de la segunda mitad del siglo XX estos intensos crecimientos demográficos se nutrieron por un notable aporte migratorio, compuesto tanto por migrantes internos, como por migrantes internacionales. Esos niveles de atracción urbana se vinculan con oportunidades económicas y laborales de la región, sumadas a la vigencia de un imaginario colectivo de una vida tranquila, segura y en contacto con la naturaleza. La propuesta de esta ponencia es identificar y caracterizar las ciudades patagónicas que crecieron por fuertes aportes migratorios, a través del análisis de los resultados de los censos nacionales. De esta manera se busca mostrar cómo ese crecimiento definió perfiles urbanos de mayor o menor diversidad migratoria, con la consecuente complejidad que conllevan estos procesos para la construcción de las identidades culturales a lo largo del tiempo. El concepto de diversidad migratoria supone identificar las ciudades con alta participación de migrantes y con variedad de orígenes. El estudio de las migraciones en estas ?ciudades grandes? se aborda mediante la consideración de los siguiente atributos: población total, población extranjera, población limítrofe: total y por país de nacimiento. Para la caracterización geodemográfica de esas ciudades se trabaja con: a) el tamaño total de población, b) el porcentaje de población extranjera con respecto a la población total de cada centro c) el porcentaje de población extranjera limítrofe con respecto a la población extranjera de cada centro y d) la composición por país limítrofe para cada centro . Es notable que de las 64 ciudades que superan la media nacional del indicador porcentaje de población extranjera con respecto a la población total de cada centro, existen ciudades en las cuales alcanza a triplicar los valores del total del país (4,22 por ciento) como Río Gallegos y Río Grande (15,58 por ciento y 12,75 por ciento, respectivamente). Otras ciudades, todas ellas patagónicas, duplican la media nacional: Neuquén-Plottier, Comodoro Rivadavia, San Carlos de Bariloche y Cipolletti. Luego siguen Puerto Madryn y Trelew, también con valores que superan los nacionales. La migración internacional limítrofe representa el 60,26 por ciento de los extranjeros en la Argentina. En el caso de las ciudades grandes patagónicas, los valores superan a los mencionados; en conjunto, en estas ciudades el 88,25 por ciento de los extranjeros son limítrofes. Esto muestra la importancia de los migrantes limítrofes en las áreas urbanas de la Patagonia. Otro nivel de análisis corresponde a la caracterización por país de origen de los migrantes limítrofes, abordaje que da luz sobre las particularidades de las ciudades patagónicas. En esta instancia, se puede hablar de homogeneidad o diversidad migratoria. La presencia de la población de origen chileno constituye la característica fundamental de todas estas ciudades, en las cuales es posible hablar, al menos hasta 2001, de relativa homogeneidad migratoria, a excepción de Puerto Madryn. Los porcentajes de chilenos en relación al total de migrantes limítrofes superan el 90 por ciento, llegando al 97,12 por ciento en General Roca. La migración chilena en la Patagonia ha alcanzado espacios en los cuales se han desarrollado economías regionales que ofrecieron atractivas oportunidades laborales, especialmente a partir de la segunda mitad del siglo XX, frente a las dificultades económicas de las regiones meridionales de Chile. Asimismo, en la década del setenta la complicada situación política y económica en Chile produce un nuevo impulso al que se suma otro fuerte arribo de población de este origen hacia 1983, motivada por el retorno a la democracia en la Argentina. El flujo se detuvo casi por completo en los noventa para tener un nuevo impulso de carácter educativo-cultural hacia grandes ciudades con oferta de educación pública a nivel universitario. Esta movilidad, más reciente, es significativamente más leve en términos cuantitativos a lo que fue la migración chilena de décadas anteriores. En las últimas décadas, los chilenos en Argentina han mantenido una presencia significativa en la Patagonia, tanto en asentamientos en la franja fronteriza como en numerosas ciudades y pueblos de la región hasta el litoral atlántico. Dicha configuración, que persiste, ha dejado una fuerte impronta en la composición de la población según lugar de nacimiento de las ciudades patagónicas. Puerto Madryn es el único caso de los analizados donde la población de origen chileno posee un peso menor y ninguna de las cinco nacionalidades de origen supera el 50 por ciento del total de la población limítrofe, ya que posee un 48,31 por ciento de bolivianos y un 43,87 por ciento de chilenos. Aquí estamos ante un caso de diversidad migratoria.