IMHICIHU   13380
INSTITUTO MULTIDISCIPLINARIO DE HISTORIA Y CIENCIAS HUMANAS
Unidad Ejecutora - UE
congresos y reuniones científicas
Título:
Konstantino Kavafis. La identidad griega desde la diáspora.
Autor/es:
CECILIA ELEONORA MELELLA
Lugar:
Buenos Aires
Reunión:
Congreso; Tercer Congreso Helénico Internacional. La impronta a griega en las artes y las ciencias.; 2014
Resumen:
¿Cuál es la identidad griega en los poemas de Konstantino Kavafis? ¿Nos atenemos a su vida o nos anclamos en su obra? Si partimos de la base de que toda identidad es una construcción nunca acabada, abierta a la temporalidad, a la contingencia, una posición relacional sólo temporariamente fijada en el juego de las diferencias y que a su vez está construida dentro de la representación y no fuera de ella (Arfuch, 2002; Hall, 2003), podemos sostener que tanto vida como obra son discursos y que ambos en su convergencia cincelan la identidad griega kavafiana en la diáspora. Por un lado se halla el Kavafis egipcio, hijo de una familia griega de Alejandría, homosexual y poeta, cosmopolita y a la vez netamente alejandrino, dividido entre Oriente y Occidente. Por otro lado, se encuentra el Kavafis decididamente griego (o deberíamos decir heleno) que observa acechante en la mayor parte de su obra. Una identidad griega construida desde y en la diáspora. Kavafis nació en Alejandría en 1863. Fue el último de nueve hijos de una próspera familia de comerciantes griegos. Tras la muerte de su padre en 1870, el futuro poeta pasó doce años en Inglaterra, pero en 1882 regresó a Alejandría, ciudad que no abandonaría hasta su muerte en 1933. La diáspora es entendida aquí como un concepto dinámico que posibilita la construcción de comunidades en contextos transnacionales. Es decir, sus miembros reconstruyen imaginarios, una visión común, memorias y mitos sobre sus comunidades de origen y establecen lazos materiales y simbólicos con éste. Las comunidades diaspóricas no sólo forman una identidad colectiva entre el destino y el origen, sino con comunidades étnicas en otras partes del mundo. Se construyen comunidades imaginadas diaspóricas (Anderson, 1997) basadas en su auto-reconocimiento que desarrollan su capacidad para imaginarse. Las narrativas, la memoria, las prácticas, los relatos constituyen aquellas formas sobre las cuales las diásporas se construyen a sí mismas y establecen un vínculo en tensión con el origen (Tsagarousianou, 2004). La obra de Kavafis constituye un espacio privilegiado para analizar la construcción diaspórica de la identidad griega. Esta identidad, anclada casi exclusivamente la historia, discurre sobre cuatro ejes cardinales: el ideal griego de juventud como materialización de la charis divina, la bella muerte o muerte heroica (panta kalá) vinculada al guerrero y las epopeyas fundacionales helenas. Asimismo, la concepción del amor anclada, nuevamente, en  la belleza corporal, en la fugacidad y en la eternidad que destilan un tiempo kavafiano cercano a la filosofía eleática (Yourcenar, 1995). Por último, la construcción de koinonia (comunidad) sobre la base de la frontera entre un nosotros y otros, los griegos y los bárbaros, la polis y el polemos, eje fundamental de la filosofía y la política occidental ya desde Platón y Aristóteles. Así, la identidad en Kavafis podría ser pensada como una dualidad, un ser y un no ser, un acercamiento y un extrañamiento. Por un lado el ser griego, marcado fuertemente en el horizonte de sus poemas con representaciones de la Grecia arcaica, clásica, helenística y bizantina. Pero a su vez, la identidad está marcada por un extrañamiento con respecto a ese ser griego, otra cara de la moneda, la dimensión de la alteridad representada también por la misma Alejandría egipcia, árabe, híbrida y políglota. Orientalismo en suspenso, escribió Marguerite Yourcenar (1995). Alejandría fue su ser amado, la fuente inagotable de esos rasgos orientales extremadamente lejanos al perfil de Alejandro.