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Las condiciones de preservación de las tumbas de la antigua Tebas es escasa, dada la compleja historia post-depositacional que se registra. En TT49, los hallazgos bioantropológicos comprenden a ciertas porciones de individuos que fueron hallados en diferentes sectores del monumento en el curso de las campañas de la Misión Arqueológica Argentina en Luxor. A los escasos análisis que pueden efectuarse, se agregan las condiciones de los hallazgos y de las partes esqueléticas encontradas, cuya identificación se dificulta por la propia fragmentación y depositación secundaria del registro. Del tratamiento que fue dado a las momias depositadas en TT49 informan también las notas de Lane y Champollion, quienes visitaron el monumento a principios del siglo XIX, dando indicios de que este monumento pudo haber funcionado como depósito y que haber reunido las momias provenientes de otras tumbas. Información más precisa procede de los restos incorporados en los sedimentos que utilizaron como relleno de los pozos funerarios los investigadores del monumento a principios del siglo XX. En los siglos XVIII y XIX las momias fueron un bien de intercambio, adquiriendo valor económico. Mientras que los ejemplares más completos pasaron a formar parte de colecciones, los incompletos pudieron haber ingresado en una red de comercio más restringida, en la que el coleccionismo de reliquias (en el sentido simbólico) podría habría haber desempeñado algún rol, a la vez de que se tienen referencias que partes de momias eran molidas y consumidas con diversos fines. En este trabajo nos proponemos interpretar ese registro fragmentario desde una perspectiva comparativa que tenga en cuenta la morfología de los hallazgos y su distribución en los lugares en los que fueron redepositados y en relación con otros sitios de la necrópolis, con el fin de comprender la circulación de estos materiales arqueológico sen la necrópolis.