La "pequeña Miami" en el entorno del "planeta favela"

SONIA VIDAL

Buenos Aires

Congreso; XXV Jornadas de Investigación y VII Encuentro Regional SI+AMB; 2011

UBA - Facultad de Arquitectura Diseño y Urbanismo

El corredor sudoeste conformado a lo largo de la Autopista Ezeiza-Cañuelas y su continuación por la ampliación de las rutas provinciales 52 y 58, ha sido el blanco de los nuevos emprendimientos privados (muchos de gran envergadura), siendo denominado por el marketing inmobiliario como “la pequeña Miami”.   También conocido en el ambiente de los desarrolladores como el “corredor verde Canning-San Vicente”, cuenta al presente con 23 proyectos de barrios, clubes de campo y otras tipologías similares y están gestándose otros 15 más.   Lo singular del caso es que la localización de estos conjuntos se halla distribuida en cinco municipios, que poseen diferentes normativas con respecto a las cuestiones de ordenamiento territorial y preservación del medio ambiente. Ello implica que lo que en un partido es aceptable, en otro puede ser una traba insoslayable.   Pero, más allá de esta obvia consideración. existen aspectos en común que demandarían un estudio crítico, ya que se enlazan con cuestiones inherentes a la calidad del entorno y a las transformaciones del territorio.   En principio se evidencia el consumo de tierras de alto valor productivo agropecuario afectadas a usos urbanos; es decir, dejan de ser espacios productores para convertirse en espacios producidos.   En segundo lugar, se va consolidando una “cuña de riqueza” con actividades residenciales sobre-consumidoras de suelo con bajísimas densidades de población, formando una barrera de emprendimientos privados a lo largo de un corredor de alta velocidad. Ignorando un entorno plagado de asentamientos informales, de tejido urbano de baja calidad y de islotes de planes de vivienda social carentes de servicios.   Por último, habría que destacar que este ambicioso emprendimiento de conjuntos residenciales cerrados, centralidades organizadas en torno a actividades de consumo y corredores viales diseñados en función del automóvil, resalta en el paisaje formas de polarización extrema en estrecha vecindad. Esta mutación socio-ambiental puede ser la expresión de futuros conflictos de tensión por la apropiación del espacio.   Resumiendo, aparecen tres ejes de análisis a tener en cuenta por los procesos de ordenamiento territorial, ambiental y urbanístico:   La fragmentación generada entre espacios exclusivos privados que se desterritorializan de su contexto La segregación social que emana de la estrecha vecindad de estratos socio-económicos totalmente extremos. La hibridación del paisaje que muestra una zonificación no planificada donde coexisten áreas urbanizadas con áreas agropecuarias y/o de  valor paisajístico, constituyendo un mosaico aleatorio, determinado por el mercado inmobiliario.